Ayer se conoció la renuncia del rector de la Universidad Iberoamericana, Félix Viveros, junto a la salida de cuatro miembros de la junta directiva debido a problemas financieros por $1.200 millones, lo que se suma al difícil momento por el que atraviesa la Arcis, declarada en quiebra durante la semana pasada.

Los conflictos que se conocen no son nuevos. La U. del Mar vivió un proceso similar hace algunos años y se cerró debido a deudas y dificultades académicas.

Por ello, preguntamos a tres expertos en educación sobre qué hay que considerar para elegir una universidad sin déficit financiero.

“La acreditación y la información financiera entregada al Ministerio de Educación son trascendentales para enterarse de la situación que tiene una institución, sin embargo la información cuesta un poco procesarla, por lo que se necesita una bajada más simple y fácil”, sostiene Raúl Figueroa, director ejecutivo de Acción Educar.

Visión similar es la de Andrés Bernasconi, académico de Educación UC. “Las instituciones que tienen problemas financieros surgen porque no están acreditadas o han perdido la acreditación, y la pérdida conlleva no tener beneficios como becas y CAE, lo que produce que la institución tenga menos disponibilidad de recursos para financiarse. Esto se puede chequear en la página del CNA y ver cuál fue el último ‘chequeo médico’ y las razones concretas”, explica.

Mauricio Bravo, de la UDD, opina que “no basta mirar la acreditación, sino se debe ver cuántos años son, porque entre más años da más garantías que la universidad tiene un buen proyecto consolidado y factible”.