La desaceleración económica de China, junto a la depreciación del Yuan y la caída de la bolsa de Shanghai, se han convertido en un tema de primer orden para los gobiernos latinoamericanos. China fue el principal motor del gran crecimiento económico que experimentaron las exportaciones latinoamericanas en la primera década del siglo XXI, llevando a que el comercio entre China y América Latina aumentara más de 10 veces. Hoy en día en cambio, China es una de las principales razones de que varios gobiernos de la región, mientras pierden popularidad, estén con dolor de cabeza enfrentando una mala situación económica. Y es que para países como Chile, Brasil y Perú, China es su principal socio comercial, mientras que para varios otros, como Venezuela, Argentina y Colombia, es el segundo.
Esta dependencia de las exportaciones latinoamericanas es algo ya inherente a las economías de la región. Antes era EE.UU, ahora China quizás más adelante será India. Mucho se dijo y discutió, cuando se crecía a altas tasas, que había que aprovechar el momento para realizar cambios económicos estructurales que permitieran sostener el crecimiento en el tiempo. Pero vemos hoy en día que nada concreto se hizo. Pollo que es hora que esta situación económica se enfrente como una oportunidad para realizar cambios económicos estructurales y así dejar la extrema dependencia en las exportaciones de materias primas. Se va a necesitar tiempo y mucha voluntad política, pero esa transformación es necesaria.
Carta publicada Diario de Atacama 05/09/2015