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Docente Pablo Fuentealba en revista NOS: «Ley Emilia: ¿Se tomó conciencia»?

Tras las modificaciones a la Ley de Tránsito, el año pasado se registraron las tasas más bajas de fallecidos en accidentes ligados al alcohol en la conducción de los últimos 13 años. A un mes de cumplir un año de su promulgación, las autoridades regionales hacen un balance positivo de la Ley Emilia. Sin embargo, según la visión de un científico social esto no asegura un cambio de actitud en los conductores.

Según la Comisión Nacional de Seguridad de Tránsito (Conaset) durante el 2014, en nuestro país se registraron 78.445 accidentes de tránsito, dejando 1.630 fallecidos y 57.885 lesionados: 7.457 de forma grave, 4.012 menos graves y 46.416 leves. De estos, 5.654 siniestros de tránsito (7,2 % del total), 193 fallecidos (11,8 % del total) y 5.142 lesionados (8,9 % del total) fueron causados por la presencia de alcohol en conductores, peatones y pasajeros.

“La vía punitiva está agotada”

Al recorrer las calles de la capital regional, de día y de noche, los taxistas tienen también su propia visión de cómo las normativas que modificaron la Ley de Tránsito cambiaron conductas y hábitos. Daniel Sánchez trabaja hace más de 12 años en la línea Radio taxis Concepción, ubicados en la Avenida diagonal Pedro Aguirre Cerda. Él asegura que durante sólo los primeros tres meses de promulgada la normativa junto a sus colegas notaron cambios en los penquistas. “Los taxistas tuvimos una mayor demanda cuando recién salió la Ley Emilia. La gente temía a la sanción y no manejaba luego de haber tomado, pero eso ya pasó, hoy siguen conduciendo ebrios”, sostiene. Eso al menos es  lo que ellos dicen ver en sus recorridos y cree que se debe a que realmente no se ha tomado conciencia.

A ese cambio conductual hace referencia Pablo Fuentealba, sociólogo y profesor de la Facultad de Gobierno y Psicología de la Universidad del Desarrollo, para quien el positivo balance que realizan las autoridades regionales no guarda estricta relación con un cambio de hábitos en los conductores. “Es difícil afirmar que se haya producido un cambio conductual. Cuando se lanza una política, programa o Ley tipo Ley Emilia o Tolerancia Cero, acompañada de campañas comunicacionales y de múltiples controles policiales, la conducta de riesgo disminuye, pero sólo temporalmente. Una vez que ha pasado el efecto comunicacional inicial, se vuelven a recuperar las cifras normales, porque aquella conducta tiene su base en la estructura social y cultural”, enfatiza.

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