La académica experta en Derecho Laboral, Ana María Díaz, analizó la actual propuesta del Gobierno de Reforma Laboral, señalando los pros y los contras que tendría la implementación de esta reforma.
La Facultad de Gobierno realizó un nuevo encuentro que tuvo como objetivo congregar diversas visiones regionales sobre el proyecto de Reforma Laboral impulsado actualmente por el Ejecutivo, exposición que estuvo a cargo de la experta en Derecho Laboral y académica UDD, Ana María Díaz.
La expositora comenzó haciendo un esbozo de los principales objetivos promovidos por esta reforma, la cual parte de la base de que actualmente existe un desequilibrio entre empleadores y trabajadores a la hora de negociar beneficios. De esta forma, los cursos de acción estarán dirigidos a equiparar las fuerzas con el fin de subsanar lo que el propio Gobierno ha denominado como una “deuda con los trabajadores”. Dentro de estas propuestas se encuentra, por ejemplo, la publicación de las remuneraciones de todos los cargos, esto con el objeto de otorgar mayor información al grupo negociante; el mayor plazo que tendrán los sindicatos para presentar su proyecto a los empleadores; o el reemplazo en huelga. El problema, según Ana María Díaz, es que muchos de estos puntos pueden tener consecuencias tanto en la competitividad como en la producción, lo que termina afectando no sólo a los empleadores, sino que también a los mismos trabajadores.
De esta manera, la actual reforma parece revestir un carácter más sindical que laboral, puesto que no son los trabajadores en sí los que se verán fortalecidos, sino que es el sindicato el que tendrá mayores atribuciones y sólo quienes estén necesariamente adscritos a éste podrán contar con los beneficios de la negociación. Si bien la académica se mostró favorable a la existencia de sindicatos –ella misma se ha dedicado a asesorar a estos órganos–, un fortalecimiento mal concebido podría ser perjudicial para el desarrollo del país.
En este punto los asistentes mostraron diversidad de opiniones sobre el proyecto, en especial en cuanto a que éste parece desconfiar de los empleadores de forma transversal sin tomar en cuenta que en muchos casos la relación entre sindicato y empleador es de entendimiento. De esta forma, tanto los asistentes como la expositora concordaron en que es peligroso que este debate sea abordado como una pugna entre empresarios y sindicatos, puesto que tal contexto de crispación no haría más que alejar el real debate sobre el mejoramiento de las condiciones de los trabajadores.
Finalmente, la expositora señaló que la baja sindicalización que se evidencia en Chile no es un fenómeno aislado que tenga que ver con un debilitamiento adrede de los sindicatos producto de la regulación existente, puesto que en la propia OCDE, organismo que reúne a las economías con mayor desarrollo, la tasa de sindicalización ha bajado de un 35% en los años setenta a un 16,9% en la actualidad, cifra que se asemeja al contexto nacional el cual bordea el 14%.