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¿Jugada peligrosa o respuesta certera? Análisis a la arremetida del Gobierno contra el PS y sus efectos en el Congreso – Emol

De acuerdo a los expertos, no se ve una salida fácil al clima de tensión provocado por el anuncio de una acusación constitucional desde el socialismo y el emplazamiento sobre los presuntos nexos con el narcotráfico desde La Moneda.

SANTIAGO.- «Nos hemos enterado por parte del PS que estarían evaluando una acusación constitucional contra nuestra ministra de Educación y uno solo puede hacer una reflexión: Ya no tienen pudor para tratar, a través de esta acusación, de ocultar lo que todos queremos saber: Qué relación tiene el PS con el narcotráfico».

Esa fue la frase de la ministra Secretaria General de Gobierno, Cecilia Pérez, que volvió a encender los ánimos entre La Moneda y la oposición, provocando una batalla que está alcanzando altos niveles de tensión. La respuesta desde el socialismo no tardó y por ahora las relaciones entre ambas partes están quebradas.

Sin embargo, eso no pareció preocuparle al Ejecutivo. De hecho, ayer fue el propio Presidente Sebastián Piñera quien respaldó a la vocera e insistió en la necesidad de que el PS aclare los problemas detectados en su padrón electoral, luego de las acusaciones que surgieron sobre la militancia de personas vinculadas a grupos narcos en San Ramón.

La arremetida de La Moneda no dejó indiferente a la oposición, la cual pese a su alta dispersión logró unidad para defender al PS. El primer efecto fue su decisión de negar el ingreso de los subsecretarios a las comisiones del Senado y un eventual apoyo a la acusación contra Marcela Cubillos por su rol ante el nuevo sistema de admisión escolar.

El segundo, y quizás el más peligroso para el Gobierno, fue el respaldo de la DC a sus históricos aliados, donde advirtieron que el lenguaje utilizado por Pérez pone en riesgo la política de acuerdos que ha impulsado esa colectividad con el Gobierno y que ha permitido el avance de su reforma tributaria y previsional en el parlamento.

Sin embargo, pese a que el tono generó incomodidad en algunos sectores, desde Chile Vamos salieron a respaldar la postura de La Moneda y subrayaron que pedir a los socialistas que aclaren su eventual vínculo con el narcotráfico vale más que «un par de votos» en el Congreso.

Con todo, la estrategia fue visada por el propio comité político y comunicada durante el encuentro que sostuvieron con los líderes oficialistas este lunes, en donde se determinó que la portavoz asumiera un tono duro y «sin tapujos». En el entorno de la titular de la Segegob, asumieron de ese modo que a ella «siempre le tocaba ser la pesada».

A ello se sumó la decisión del oficialismo de solicitar a la mesa de la Cámara de Diputados una sesión especial para hablar sobre la penetración del narcotráfico en instituciones públicas y sus efectos. En tanto, los senadores de oposición decidieron acudir al Ministerio Público para obligar a Pérez a fundamentar sus críticas hacia el PS.

La mirada de los expertos

En ese contexto, es complejo descifrar cuál fue el objetivo del Ejecutivo al iniciar una nueva batalla con el PS y la oposición. Si bien está la necesidad de proteger a Cubillos de una acusación que a su juicio no tiene fundamentos, parece ser que el bloqueo legislativo que sufrirá en el parlamento puede ser más dañino para sus intereses.

A juicio del cientista político y académico de la Universidad de Talca, Mauricio Morales, «en un contexto de desaceleración económica y con una discusión sobre la rebaja a 40 horas laborales que está perdiendo por paliza, el Gobierno no encontró mejor manera de torcer la agenda que encarar al PS vinculándolo con el narcotráfico».

«El PS no es un partido de narcotraficantes. Tiene líderes -como cualquier otro partido- que han caído en esas prácticas, pero el gobierno insiste en generalizar. Con esto no consigue otra cosa que polarizar innecesariamente el debate, pero también logra esquivar la discusión sobre la jornada laboral, que lo ha tenido por las cuerdas», añadió.

En esa línea, Morales advirtió que «por tanto, el Gobierno está jugando con fuego. Inicia una guerrilla con el PS -que es el partido con el mayor volumen de presidenciables-, cambia el eje de discusión, pero también logra lo que la propia oposición no ha conseguido: unirse bajo un paraguas común de defensa corporativa al PS».

Una visión distinta planteó el director del Programa de Opinión Pública de la UDD, Gonzalo Müller, quien justificó la posición del Gobierno recordando que «la majadería del PS de estar anunciando semana tras semana acusaciones constitucionales contra la ministra Cubillos colmó la paciencia del Gobierno».

«Y de alguna manera, ruda pero certera, la vocera los sacó al pizarrón en un tema que obviamente es doloroso para el partido, pero en el que realmente no ha habido claridad. Después de escuchar al Presidente, entiendo que es una decisión del Gobierno, no de la vocera, y que obedece también a decir ‘bueno, si tu quieres ser majadero'», añadió.

En esa línea, recalcó que es preciso tener en cuenta que «la acusación constitucional implica que una ministra de Estado ha faltado a la ley o a la Constitución y cuando todas las semanas tu argumento es que la ministra falta a la ley o a la Constitución, va a recibir una respuesta del mismo calibre. Es decirles, ‘bueno, y cómo andamos por casa'».

¿Cómo se puede resolver la disputa?

En lo que si coinciden ambos expertos es en que la pelea no será fácil de desenredar. «La ministra no va a ofrecer disculpas, pues eso implicaría reconocer un error no forzado. El Gobierno deberá mantener sus dichos y esperar la arremetida de la oposición», dice Morales.

«Es cierto que el Gobierno retoma el control de la agenda pública de debate, trasladando las prioridades desde la discusión laboral al vínculo entre narcotráfico y política, pero precisamente por pegar a la bandada es que puede salir trasquilado en el mediano y largo plazo, generando una unión opositora», agregó.

En tanto, Müller apuntó que «lo que queda ahora es recuperar el diálogo, decir que ni nosotros vamos a estar diciendo todas las semanas que la ministra incumple la ley, porque eso no es verdad, pero tampoco queremos que a nosotros se nos acuse de vinculaciones con el narcotráfico, porque no es verdad».

«Lo que esperaría como reacción es un llamado al diálogo, a la cordura y no buscando sancionar ahora la opinión política de la ministra vocera. Esperaría que se cruzaran estas dos partes, hubiera un paso atrás y se recuperara la cordura y el diálogo», subrayó.

El académico advirtió eso si que «primero van a pasar algunos días, porque esto recién ocurrió, pero las próximas semanas, sobre todo pensando que la próxima no es legislativa, esa pausa va a abrir la puerta a que hayan otros que abran la puerta al diálogo».

Para lograrlo, cree que el rol que tenga el ministro del Interior, Andrés Chadwick y su par de la Segpres, Gonzalo Blumel, «va a ser determinante en eso, en reconocer ambas partes que hay que recuperar el diálogo y un tono de conversación. Esa es una posibilidad o escalar a un enfrentamiento cada vez mayor».