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«El hombre camina en la Luna»: Cómo cubrieron los medios del mundo la histórica misión Apolo 11 – Emol

En plena Guerra Fría, el evento fue transmitido por televisión a casi todo el planeta, relatado por radios y divulgado por diarios. Menos en la URSS y China, donde se informó sin pompa alguna y se plasmó la idea de que todo fue una farsa.

En plena Guerra Fría, el evento fue transmitido por televisión a casi todo el planeta, relatado por radios y divulgado por diarios. Menos en la URSS y China, donde se informó sin pompa alguna y se plasmó la idea de que todo fue una farsa.

Ese 20 de julio de 1969, al menos 530 millones de personas en el mundo vieron en vivo y en directo el preciso instante en que los estadounidenses Neil Armstrong y Edwin «Buzz» Aldrin dieron sus primeros pasos sobre la superficie lunar. Y lo hicieron por televisión.

«La aventura más grande y peligrosa en la que jamás se ha embarcado el hombre», tal como lo bautizó el fallecido Presidente John F. Kennedy cuando lanzó el programa siete años antes, fue transmitido por una red de 20 estaciones terrestres interconectadas con satélites sobre el Atlántico, el Pacífico y el Índico, que permitieron llevar la señal de la NASA a los telespectadores de EE.UU., Latinoamérica, Europa, Norte de África, Asia y Australia. Se trató de la mayor audiencia jamás lograda hasta entonces por la televisión.

Desde los inicios de la hazaña, los medios de comunicación resultaron claves. Diarios, radios y, por supuesto, la televisión, cubrieron de forma exhaustiva el hecho histórico, llevando a gran parte del mundo, aún siendo borrosa, la captura de los dos astronautas pisando el suelo del satélite natural.

Pero en pleno apogeo de la Guerra Fría entre EE.UU. y la URSS, la carrera espacial se convirtió en un frente vital y la disputa también permeó los medios de comunicación. «La prensa, la televisión y la radio actúan como canales difusores y transmiten un relato de la ‘hazaña científica’. Esa hazaña, en algunos círculos, fue vista simplemente como una ‘hazaña científica’ y en otros sentidos usada como un arma política», afirmó a Emol René Jara, director de la Escuela de Periodismo de la Universidad de Santiago.

Cobertura e influencia de la Guerra Fría

Más allá de lo histórico, para el Gobierno de EE.UU. liderado por Richard Nixon, ser el primero en pisar la Luna implicó una victoria contundente y quería que todos lo supieran. Un factor fundamental para ello fue el uso de la prensa como propaganda.

«El año anterior, 1968, había sido especialmente malo. Se había asesinado a Martin Luther King, con los graves disturbios raciales posteriores, y luego a Robert Kennedy. También fue un año particularmente crudo en la impopular guerra de Vietnam. Entonces, mostrarle al mundo que habían logrado mandar al hombre a la luna, ida y vuelta, era un triunfo en el más amplio sentido de la palabra. Y lo utilizarían a su favor por varios años más», explicó Soledad Reyes, académica de la Facultad de Gobierno de la Universidad del Desarrollo.

En muchos hogares, el evento se siguió como un programa popular y quienes no disponían del aparato, todavía un lujo, lo vieron con amigos o en sitios públicos. Según señaló la revista Broadcasting en un artículo publicado el 28 de julio de 1969, en territorio estadounidense el paseo lunar atrajo a 125 millones de espectadores, casi el doble de lo que se había previsto inicialmente.

«La radio y la televisión habían cambiado completamente la vida cotidiana de la gente. Hubo toda una polémica porque la NASA no quería incluir cámaras en la misión, pero finalmente lo hicieron. Se dice que el evento fue visto por (…) un quinto de la población mundial de ese momento. Sin duda, el evento más propagandístico de la Guerra Fría», destacó la historiadora.

El legendario periodista de la cadena CBS, Walter Cronkite, transmitió durante 17 horas junto al astronauta Walter Schirra. Ambos permanecieron varios segundos en silencio después de que el módulo se posó en la Luna y luego, celebraron. «Allí está, el primer paso (…) Armstrong está sobre la Luna, un estadounidense de 39 años, parado sobre la superficie de la Luna», afirmó Cronkite con voz templada.

Al día siguiente, los estadounidenses revivieron la imagen en los periódicos, que llevaron en sus portadas la histórica foto de la misión Apolo 11 o, bien, un dibujo de los astronautas con la bandera del país norteamericano en el centro. Fue el caso del diario Today, que acompañó el retrato a color con la frase «La odisea de los hombres a la Luna» y de la revista Time, que dedicó su portada a un dibujo de Armstrong con una cámara de televisión y una gran bandera. «Hombre camina en la Luna», fue, en tanto, el titular que se repitió en diarios como The New York Times o The Boston Globe.

Medios internacionales también se sumaron al a divulgación. The Daily News (Reino Unido) instaló el enunciado «¡Ellos atracaron!»; el diario mexicano El Universal afirmó que «La Luna fue conquistada», y el español ABC publicó «‘Adán’ había pisado la Luna». Para el periódico Marca, la Luna fue «dominada».

«Los medios de comunicación apoyaron esta campaña de triunfo de la carrera espacial americana. En eso Occidente fue bastante unánime», consideró, por su parte, Jara y añadió que la televisión y la transmisión en directo resultaron clave. «Cumple un rol de legitimación y de validación de los progresos que había hecho EE.UU. y también era un mecanismo disuasivo: como EE.UU. había ganado esta carrera espacial, tenía las competencias y la capacidad de disuadir cualquier tipo de acción bélica que pudiera ejercer la Unión Soviética», explicó el académico.

Pero las televisiones de dos países no mostraron las imágenes del histórico arribo: la URSS y China. El cosmonauta Alexéi Leónov, primer ser humano que realizó una caminata espacial, fue uno de los pocos privilegiados que lo vio en directo en la URSS. «Considero, al igual que lo hice entonces, que fue un robo a nuestro pueblo: el vuelo a la Luna fue un logro de toda la Humanidad», afirmó en una entrevista con la agencia oficial rusa RIA Nóvosti.

«Cuando Armstrong puso un pie en la Luna (…) los soviéticos cruzábamos los dedos y les deseamos éxito a los muchachos», rememoró. De todas formas, la noticia no se ocultó en la URSS y fue recogida por los periódicos locales, aunque estuvo lejos de ser la noticia destacada del día.

Doble rol de los medios

Sin embargo, este clima de Guerra Fría y la baja calidad de las imágenes que ese día llegaron a la Tierra – restauradas luego por la NASA – hicieron a los más desconfiados dudar y se extendieron teorías que aseguraban que el hecho no había sido real.

«Había discrepancias (…) gente en Reino Unido no creía mucho. Tres de cada diez personas creía que la imagen era real. En Francia había un poco más de confianza», consigna Jara. «En la URSS había plena desconfianza sobre el hecho, se creía que había sido una farsa», añadió.

En 1969, menos de 5% de los estadounidenses dudaban de la veracidad de la misión, un porcentaje que aumentó a 6%, según un sondeo realizado por Gallup en 1999. En 2009, 25% de los británicos interrogados por TNS no creían en el evento y tampoco el 57% de los rusos sondeados por Vtsiom en 2018.

«Los medios en particular alimentaron las dudas con el paso de los años», aseguró Roger Launius, ex historiador oficial de la NASA en su obra «Apollo’s Legacy». En ella recuerda que la NASA, que se había resistido durante años a comentar las teorías conspirativas, tuvo que cambiar su postura luego de que la cadena Fox las popularizó en 1978. «Las tecnologías de la información en general, en una perspectiva larga – desde el 69 en adelante – (…) dieron argumentos técnicos para que crecieran y se difundieran aún más las teorías conspirativas», consideró Jara.

En ese sentido, para el académico de la Usach, los medios de comunicación cumplieron un doble rol en la cobertura de la llegada del hombre a la luna: «primero, difundiendo la imagen y ratificando la legitimidad de la imagen, pero al mismo tiempo, en la medida en que van avanzando las tecnologías, dando argumentos que alimentan esas tesis conspirativas», afirmó.

De todas formas, destacó que durante los últimos años, la prensa ha utilizado estos avances tecnológicos para constatar, no a las teorías conspirativas, sino que al hecho de que ese 20 de julio de 1969 la humanidad sí dio su primer paso en la Luna.

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