La esperanza de vida va en aumento y la tasa de natalidad a la baja. Estos fenómenos podrían influir en el futuro de las próximas generaciones que lleguen a esta nueva «edad», que se ubica después de los 80 años.
Un estudio realizado por el Programa de Conocimiento e Investigación en Personas Mayores (Cipem) de la Universidad del Desarrollo entregó datos que permiten conocer datos del segmento que se denomina «cuarta edad». El envejecimiento de la población es tendencia mundial. El poco deseo de las nuevas generaciones de tener hijos y la poca compatibilidad de éstos con sus proyectos de vida han generado que cada vez haya menos niños.
Por otro lado, las tecnologías de la salud han permitido aumentar la esperanza de vida. Llegar a los 100 años ya no es poco común. Ante todas estas variantes, se define a la «cuarta edad» como la etapa de vida de las personas que tienen sobre 80 años. En Chile, según el estudio que es apoyado también por la Caja de Compensación Los Héroes, este segmento poblacional representa al 2,7% del total.
Dificultades para valerse por si mismos
No es una cifra elevada, pero señalan que «va en constante crecimiento». Sumado a lo anterior, es grave observar que el análisis señala que un 49,7% de ellos tienen dificultades para realizar sus actividades diarias. Así mismo, un 17,4% sufre de pobreza multidimensional. Un punto no menor es que, pese a que cerca de la mitad tiene dificultades para valerse por si mismo, solo un 16,8% vive solos.
El resto aún con sus parejas o con sus hijos. ¿La ventaja? En la generación actual de cuarta edad el promedio de hijos es de 4,2. Nicole Tornel, socióloga de la Universidad Central y del Centro de Terapia Integral, explica que «si bien no es obligación de los hijos cuidar a los padres, en la mayoría de los casos se ponen de acuerdo o al menos uno de ellos se preocupa de sus progenitores».
Ante esta práctica familiar basada en el afecto, Tornel ve con preocupación el futuro de las próximas generaciones de cuarta edad.
Las calles no son seguras para la tercera edad
«Estamos ante una generación individualista, que se preocupa poco de los demás. No están teniendo hijos, y no se trata de tenerlos para que los cuiden, pero si están, es probable que en base al afecto si se preocupen de sus padres», añadió.
En ese sentido, la especialista señala que el Estado debiese preocuparse más de esta situación. «Sabemos que el tema de las pensiones es grave y que muchos adultos mayores viven en pésimas condiciones. Pero también hay estudios que señalan que las calles y la infraestructura en general, no es adecuada para adultos mayores», añadió.
El punto clave ante esta situación, es que la cifra de cuarta edad va en aumento y es probable que en las próximas décadas, la tercera y cuarta edad representen importantes porcentajes de la población nacional. «Tenemos que aprovechar que aún estamos a tiempo, que a diferencia de otros países este fenómeno está recién comenzando en Chile», añadió Tornel.
Desde la perspectiva psicológica, la socióloga del Centro de Terapia Integral, explica que al centro de salud llegan muchos adultos mayores con principios de depresión, ante lo que se les recomienda buscar hobbies, mantenerse ocupados o practicar algún deporte.
Trabajar como entretención
«En ese sentido, así como se hizo la ‘Ley de inclusión’ para que trabajen personas con capacidades diferentes, debería generarse una ley que impulse trabajos de medio tiempo para adultos mayores. Más allá del tema monetario, que debería tener otras soluciones, el tener pequeñas tareas o un trabajo les ayuda con su autoestima e incluso con su condición física y mental», explica Tornel.
El año 2015 el Instituto Nacional de Estadísticas chileno (INE) aseguró que Chile tendrá en 2020 la esperanza de vida más alta del mundo, de 77,4 años para los hombres y 82,2 para las mujeres, por lo que el organismo exige mayores políticas públicas para asegurar una vejez digna.
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