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Viaje a Cúcuta y creación de Prosur: La riesgosa apuesta de Piñera para marcar liderazgo regional – Emol

SANTIAGO.- «Una de las tradiciones republicanas más hermosas de nuestro país es nuestro compromiso y defensa sin reconocer límites ni fronteras de la democracia, de la libertad, del Estado de Derecho y del respeto a los DD.HH. Y por tanto, el viaje a Cúcuta de este Presidente es un fiel reflejo del compromiso con esos valores básicos».

Con esas palabras, el Presidente Sebastián Piñera justificó este martes su decisión de ir a Colombia para entregar personalmente la ayuda humanitaria que Chile ofreció al presidente encargado de Venezuela, Juan Guaidó, visita que provocó un debate entre quienes lo defienden y los que lo acusan de tensionar la política exterior del país.

Mientras el senador y miembro de la comisión de RR.EE. de la Cámara Alta, José Miguel Insulza, comentó que la idea es «parte de una política absolutamente equivocada», el presidente del PPD, Heraldo Muñoz, destacó que el viaje de Piñera «aunque es opinable, está dentro de sus facultades en materia de política exterior».

En medio de la discusión sobre el rol que ha asumido por la crisis venezolana, incluyendo su interés por crear un nuevo bloque regional denominado Prosur, distintos expertos analizaron las determinaciones del jefe de Estado, asegurando que, pese a que puede traerle réditos internacionales, los costos a asumir podrían ser altos.

Al respecto, el analista y académico de la Universidad de Valparaíso, Guillermo Holzmann, destacó que «hay una coherencia» con lo que ha hecho el Presidente en términos internacionales, pero advirtió que su viaje se da en medio del desarrollo de catástrofes puede generarle «un costo doméstico» ante las críticas opositoras.

«Este viaje es coherente con la posición y liderazgo de Chile en el Grupo de Lima. Sin embargo, se planteará un debate en Chile desde la oposición y quienes critican la forma en que Piñera ha abordado este tema que, por lo demás parte de una decisión tomada en el gobierno de Bachelet», comentó.

Una visión similar planteó el director del Programa de Opinión Pública de la UDD, Gonzalo Müller, quien reconoció que el Mandatario «asume un riesgo, pero desde la lógica de ser consistente con su discurso. Tiene más que ganar que perder, porque es difícil criticar a alguien que va a hacer presión para que llegue ayuda».

«Si bien corre un riesgo, este tiene sentido y le puede dar frutos, sin duda. Venezuela es para una gran mayoría de los chilenos un tema importante y donde no cabe la indiferencia y Chile tiene en el actual cuadro una oportunidad de ejercer un liderazgo importante, pero para poder concretarla hay que correr ciertos riesgos», añadió.

Una estrategia arriesgada

Un punto de vista distinto sostuvo el cientista político y académico de la Universidad de Talca, Mauricio Morales, quien afirmó que la idea de Piñera «es una apuesta innecesariamente riesgosa. Bastaba con señalar que Chile apoyaba la medida y que aportaba con ayuda».

«La política exterior chilena ha sido históricamente sobria y prudente. Si la operación fracasa, Piñera deberá pagar un alto costo político. Por cierto, este viaje convive con emergencias nacionales y la interpretación que surge es que para el Presidente es más importante ayudar a Venezuela que a sus propios compatriotas», enfatizó.

A juicio de Morales, «claramente fue un error. Piñera está jugando con fuego. Sabe que el 42% de aprobación es una cifra muy buena para él en este contexto, y está dispuesto a poner en riesgo ese apoyo. Si le resulta, su aspiración es llegar al 50%, pero si fracasa, no le será fácil remontar».

La misma idea expuso el decano de la Facultad de Gobierno de la Universidad Central, Marco Moreno, quien subrayó que «aunque su cálculo es buscar afirmar el voto duro de un sector del electorado, sabe que otro sector de la ciudadanía, está por verse cuanto, no respalda su aventura».

«En un sistema electoral como el actual la clave es movilizar a los propios y ese parece ser su objetivo de corto plazo. No busca el apoyo de la oposición, sino reinstalar el ‘chilezuela’ que le rindió en su elección ahora para enfrentar un marzo complejo, que marca el inicio del ciclo de movilizaciones y sin mayorías en el Congreso», indicó.

A juicio de Moreno, Piñera «apuesta a que el viaje le rinda en términos de imagen exterior, que lo posicione como el líder de la derecha latinoamericana. Está pensando en el consumo interno en parte, pero en el clima de opinión internacional de los líderes del mundo con su viaje a Cúcuta».

«Quiere que lo valoren, que lo reconozcan internacionalmente. Otra vez comparándose con Michelle Bachelet, pero ahora en la influencia internacional. Creo que esto último lo mueve en esta apuesta. No hay que olvidar que forma parte de la naturaleza del Presidente moverse por este tipo de pulsión», concluyó.

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