Para los expertos, la caída constituye un proceso sistemático, en el cual influyen los años de estudio de las mujeres y su incorporación al mercado laboral.
La tendencia al envejecimiento se consolida cada vez más: Chile alcanzó, en su historia, la menor tasa global de fecundidad, uno de los indicadores demográficos que revelan esta situación. Así, en 2016, el índice llegó a 1,69 hijos nacidos por mujer, muy diferente a 1960, cuando las madres tenían en promedio 5,4 hijos. En 2015 -el último antecedente- había sido de 1,8.
Así lo revela la última versión de las Estadísticas Vitales 2016 del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), difundidas ayer.
La importancia del indicador radica en que la tasa de fecundidad se relaciona con la tasa de reemplazo, que es el valor que permite que se mantenga en equilibrio la fuerza laboral para sostener a quienes nacen y a quienes se jubilan. Así, la tasa revelada por el INE se encuentra por debajo de la de reemplazo, que es de 2,1 hijos por madre.
Respecto del detalle por regiones, la tasa de fecundidad mostró las cifras más bajas en Los Ríos (1,48), Biobío (1,55) y Valparaíso (1,62).
Mientras, las mayores tasas se dieron en el norte, en un fenómeno que los especialistas atribuyen a la inmigración.
Las más altas se dieron en las regiones de Tarapacá (2,1 hijos por mujer) y Antofagasta (1,97). El seremi de Salud de Tarapacá, Manuel Fernández, explicó que la zona tiene el 53% de mujeres en edad fértil (entre 15 y 49 años), lo que es superior al promedio nacional, que es de alrededor de 50%.
«Un dato de referencia que nos entrega el servicio de maternidad del Hospital de Iquique es que un 30% de los partos en Tarapacá son de mujeres migrantes. Si uno lo analiza, efectivamente es un componente significativo para explicar esa tasa de fecundidad mayor que el resto del país», dijo el seremi.
En tanto, a nivel nacional, en 2016 hubo 231.749 nacimientos, 12.921 menos que en el año anterior. En esa línea, la tasa de natalidad, que corresponde al número de nacidos por cada mil habitantes, fue de 12,8, una cifra más baja que en 2015, cuando llegó a 13,6.
Según el investigador del Centro de Políticas Públicas de la U. del Desarrollo, Mauricio Apablaza, «a nivel regional, la tasa de natalidad más alta se encuentra en la Región de Arica y Parinacota, superando los 15 niños vivos por cada mil habitantes. Los resultados parecen sugerir que la migración puede tener un efecto positivo en las tasas de natalidad».
Las excepciones
No todas las zonas muestran una tendencia a la baja, ya que hay siete provincias que escapan a la norma: Chacabuco (Colina, Lampa y Tiltil, en la Región Metropolitana), Cauquenes (Maule), Ranco (Los Ríos), Palena (Los Lagos), Capitán Prat y General Carrera (Aysén) y Antártica Chilena (Magallanes).
En el Hospital Base de Coyhaique, donde se atiende el 98% de los nacimientos de la región, el número de partos entre 2017 y 2018 se ha mantenido en 90 mensuales, y «podría atribuirse a un factor migratorio de haitianas y colombianas», indicó la matrona administradora de los cuidados, Vilma Ojeda.
Las cifras también confirman la tendencia hacia la postergación de la fecundidad en Chile. La mayor contribución al nivel de la fecundidad en el país proviene de los grupos de edades de 25 a 29 y de 30 a 34 años. En términos porcentuales, este grupo aporta el 49% al número medio de hijos por mujer total.
Características
Expertos comentaron la influencia de los años de estudio de las mujeres y su entrada al mercado laboral en este panorama. El director de la Escuela de Sociología de la U. Central, Emilio Torres, planteó que «si uno mira las cifras de hace 20 o 30 años, se va a dar cuenta de que esto es un proceso sistemático. No solamente ocurre acá, sino en todos los países desarrollados».
De hecho, los números muestran que del total de nacidos de 2016, 110.725 madres tenían 10 a 12 años de estudio.
«Por ejemplo, hoy hay más mujeres en el sistema de educación superior que hombres. Más del 50% (del alumnado) son mujeres y eso cambia la perspectiva», dijo el experto.
Otras cifras
De acuerdo con los datos del INE, de los 231.749 niños nacidos vivos en 2016, 117.801 fueron varones, es decir, un poco más de la mitad del total.
Además, hubo 803 personas que fallecieron entre los 100 y 104 años, y 87 que murieron con más de 105 años. En 1920, la esperanza de vida era cercana a los 50 años.
«Eso demuestra una eficiencia en las políticas de salud y mejores condiciones de calidad de vida. Y probablemente, vamos a seguir teniendo el menor índice de mortalidad infantil. Por eso, no me extraña que tengamos muchas personas con edades sobre los 100 años, lo que es muy consistente con las cifras», sostuvo Torres.
Además, el académico indicó que la mayor longevidad «presiona a las políticas públicas en torno a la tercera edad».
A nivel general, la principal causa de muerte en Chile son las enfermedades del sistema circulatorio (28.148) y tumores malignos (26.027). Eso significa 27% y 25%, respectivamente, del total de causas.
«Si uno mira las cifras de hace 20 o 30 años, se va a dar cuenta de que esto es un proceso sistemático. No solamente ocurre acá, sino que en todos los países desarrollados».
«No me extraña que tengamos muchas personas con edades sobre los 100 años, lo que es muy consistente con las cifras».
Dr. Emilio Torres
Director de Escuela de Sociología de U. Central
«Un dato de referencia que nos entrega el servicio de maternidad del Hospital de Iquique es que un 30% de los partos en Tarapacá son de mujeres migrantes».
Manuel Fernández
SEREMI de Salud de Tarapacá
En dos años, los matrimonios aumentaron en 720 casos
Según las Estadísticas Vitales del INE, aunque no se trata de un crecimiento notorio, entre 2015 y 2016 se registraron más matrimonios a lo largo del país.
Así, mientras en 2015 hubo 61.744 casamientos, en 2016 la cifra se elevó a 62.464, lo que corresponde a un 1,2%. En tanto, la tasa bruta de nupcialidad, que corresponde al número de matrimonios por cada mil personas, se situó en 3,4, al igual que en 2015.
Mauricio Apablaza, investigador del Centro de Políticas Públicas de la Universidad del Desarrollo, destaca que «las cifras también muestran una tendencia al alza en la edad promedio a la cual las parejas se casan».
De hecho, aumentó tanto en hombres como mujeres: en el primer caso pasó de 36 a 37 años, mientras que en el segundo, de 33 a 34 años. Además, en el 62% de los casos, las mujeres que se casaron en 2016 tenían entre 20 y 34 años, mientras que cerca del 60% de los hombres, entre 25 y 39.
Apablaza añade que, en comparación con 1986, «el promedio de edad en que las parejas se casan ha aumentado diez años, desde 25,5 a 35,5 años».
Edad
El 62% de las mujeres que contrajeron matrimonio en 2016 tenía entre 20 y 34 años.