Datos del Ministerio de Transportes muestran que en 2014 hubo un total de 661.573 conductores que desobedecieron la norma en 13 pistas, mientras que el año pasado, en las mismas calles, hubo 395.247.
Cerca de $47 mil es el costo que tiene para un automovilista transitar por una vía exclusiva para el Transantiago, una multa que todos quieren evitar. Y según las cifras, al parecer, cada vez más conductores están cumpliendo la norma y evitando la sanción: por ejemplo, en Santa Rosa en 2014 hubo 199.932 infractores detectados por las cámaras de vigilancia, y el año pasado esa cifra se redujo a 45.563.
Se trata del efecto disuasivo que estaría teniendo esta tecnología para disminuir el número de automóviles que transitan por las vías exclusivas o las pistas solo buses en la capital.
Según datos del Ministerio de Transportes solicitados por «El Mercurio» por Ley de Transparencia, el total de infracciones detectadas por cámaras de televigilancia en 13 pistas priorizadas (exclusivas y solo buses) cayó de 661.573 en 2014 (cuando se masificaron las cámaras) a 395.247 en 2017, es decir, una baja del 40%.
Si bien actualmente hay 16 pistas priorizadas, en el análisis se consideraron solo las 13 que han permanecido durante los últimos cuatro años con cámaras de vigilancia de manera permanente.
«La baja sostenida refleja un aprendizaje y un éxito en el cambio de comportamiento de los automovilistas, lo que ha permitido disminuir los tiempos de viaje de quienes usan diariamente el transporte público», dice la ministra de Transportes, Gloria Hutt.
La tecnología
En 2012 se implementaron las primeras cámaras de vigilancia en las pistas solo buses, 103 en total, y desde ese año a la fecha, se ha ido expandiendo la instalación a otras zonas donde también se encuentran vías priorizadas del transporte público.La iniciativa fue concebida en siete etapas y con una meta de 234 kilómetros de cobertura.
La segunda etapa fue en 2014, con la instalación de otras 158 cámaras, y en marzo de este año se inició la tercera para aumentar a 80 kilómetros la vigilancia, con otras 239 herramientas.Además, estas se encuentran señalizadas y también visualizadas en un mapa disponible en la página web de fiscalización del ministerio, que también diferencia el tipo de pista.»La disminución de infracciones demuestra que al disponer de herramientas concretas de fiscalización se puede avanzar en una mejor distribución del espacio vial», apunta la ministra.
Cambio de conducta
Antes de que las cámaras se establecieran, los partes a quienes circulaban por las pistas priorizadas para buses eran cursados por carabineros o fiscalizadores del Ministerio de Transportes.»Antes, esas vías eran fiscalizadas una o dos veces en la semana y en ciertos horarios, pero con las cámaras pasa a ser una vigilancia 24/7″, sostiene Paula Flores, jefa del programa de fiscalización.Para Alejandro Tirachini, investigador del Departamento de Ingeniería Civil de la U.
de Chile, «se genera un efecto disuasivo, porque la gente sabe que hay cámaras, por lo que no se mete a esas vías.
Es un modelo exitoso, porque reduce el efecto que tiene la congestión en los buses, y con eso, el tiempo de viaje para quienes usan ese medio de transporte».Otro factor es que la información para evitar estas pistas también ha mejorado, como apunta Rodrigo Troncoso, investigador de la Facultad de Gobierno de la U. del Desarrollo: «Al principio, aunque existiese la voluntad, era difícil seguir la norma, porque no se conocían todas las salidas y era complejo evitar estas calles».
Ahora, sostiene, «está todo mejor informado, tanto en las calles como en las páginas institucionales», pero advierte que «sería prudente hacer una evaluación de las pistas, y de si se justifican».