«Tengo una vida increíble en muchos sentidos precisamente porque no tengo hijos. Es simplemente una opción», fueron las palabras de la actriz Cameron Díaz en medio de una entrevista hace un tiempo cuando le preguntaron cuándo pensaba convertirse en madre. Su colega Helen Mirren también se suma a la generación childfree (libre de niños): «No tengo instinto maternal alguno. Ninguna mujer debería tener que explicar por qué no tiene hijos».
En estudios realizados en Alemania, Reino Unido, Japón y España las cifras muestran una notable baja en la natalidad. Las mujeres están dejando de tener hijos o los tienen cuando ya son mayores. Las cosas cambian y sus conceptos frente a la maternidad, no se escapan a esa evolución.
En Chile, la situación no es muy distinta, tasas de 1,9 hijos por mujer, demuestran que vamos por el camino de un país de viejos, y según los expertos, los motivos son muy variados, desde no querer postergar el placer de la independencia, o del desarrollo de una carrera o proyecto personal, hasta no estar dispuestas a afrontar los gastos que ser madre implica; todos motivos que bien sabemos se ven “tocados” con la llegada de un niño.
Censo 2017
Un país más envejecido. Es lo que confirman las cifras del Censo 2012. En 2002, el grupo de más de 80 años era el 1,6% de la población, y en 2012 pasó a 2,4%. Aumento que representa un alza de 62,3%, convirtiéndose en el grupo etario de mayor crecimiento del país.
Contrariamente, el grupo de menores de 15 años es el que más retrocede alcanzando una disminución de 9,1%, un gran cambio en los últimos 50 años. En 1960, ese mismo grupo de edad era el 40% de la población.
Algunas causas
Un estudio de la Facultad de Gobierno de la Universidad del Desarrollo buscó otras variables que podrían estar influyendo y determinó que la principal causa por la cual las chilenas dejan de tener hijos, es el costo de una buena educación. Lo que estaría detrás de esta opción, es el concepto de “hijos de calidad”, es decir, tener pocos, pero bien educados. Según la investigación, las personas tienen una mala percepción de la educación pública gratuita y una clara conciencia de que una mejor educación, genera mejores oportunidades.
La falta de tiempo para la crianza, es la segunda razón por la cual los chilenos deciden tener menos hijos y nos encontramos con que la dificultad para equilibrar trabajo y familia aparece como un argumento importante dentro del mismo estudio.
Para la socióloga Carolina Rivera, “hoy en día, muchas mujeres han decidido no tener hijos, decisión que por lo general se toma durante la adolescencia o bien en la adultez temprana debido a los cambios físicos, psicológicos y cognitivos por los que se atraviesa en esta fase del desarrollo humano. Esta decisión, va lentamente tomando fuerza, y finalmente termina con una consecuencia: la maternidad se va dejando de lado”.
“La decisión de una “infertilidad voluntaria” se va consumando al adquirir distintos roles en el contexto laboral y social. A ello se suman los procesos biológicos, psicológicos y de salud personal que implica un embarazo, además de las relaciones de pareja, que cada vez son más complicadas y por último podemos encontrar mala experiencia familiar que las llevan a tomar esta determinación”, puntualizó.
Eduardo Valenzuela, decano de la Facultad de Ciencias Sociales de la U. Católica, dice que la caída en la tasa de fecundidad y la disminución en el número de hijos por mujer, es uno de los elementos que influyó en el fenómeno. “Esto cambia la distribución por edad de la población, que antes tenía la forma de una pirámide, con muchos niños en la base y pocos viejos en la cúspide. Lo que está sucediendo es que disminuyen los niños (y luego los adolescentes y los jóvenes) y aumentan los adultos mayores, incluso aquellos que tienen mucha edad”, dice Valenzuela.
El proceso que Chile atraviesa se conoce como “segunda transición demográfica”, dice Valenzuela. La primera estuvo influida por la caída en la tasa de mortalidad, especialmente la infantil, en los años 50 y 60, gracias a las mejoras en urbanización y el traslado de gente hacia las ciudades.
La decisión de tener o no tener hijos pasó de ser un tema privado a ser un problema público. Con tasas de 1,9 hijos por mujer, Chile enfrenta una transición demográfica avanzada ya que disminuye la natalidad y la mortalidad, aumentando el envejecimiento de la población.
En los próximos años habrá menos población activa y más pasiva, una creciente necesidad por cuidar adultos mayores en vez de niños, menos colegios y más hogares de ancianos, más demanda por geriatras que por pediatras, entre otras miles de consecuencias que más bien se asocian a efectos en el crecimiento del país.
Atrás quedó esa faceta de la mujer en que a cierta edad debían estar casadas y con hijos, hoy en día las mujeres son más independientes y privilegian su vida profesional. Esta nueva generación se detenermina las NoMo (Not Mothers- No Madres).
Esta tendencia ha ocasionado polémica en todo el mundo, pues cada día más mujeres han decidido no ser mamas. Tan sólo en Inglaterra, Irlanda, Estados Unidos, Canadá y Australia, una de cada 5 mujeres está llegando a la edad de 40 años sin tener hijos.
A través de una obra semi-atuobiográfica, Jody Day pone en escena la realidad de estas mujeres, sus necesidades y sus decisiones. En su libro «Rocking the life unexpected», la autora –quien también es cofundadora de la asociación Getaway Women- describe que las mujeres que pertenecen a esta tendencia han decidido por cuenta propia transformar los roles que por mucho tiempo han ‘orillado’ a la mujer a cumplir obligaciones y renunciar a sueños y aspiraciones.