Una importante derrota legal sufrió este miércoles Uber luego que el Tribunal de Justicia de la Unión Europea decidiera que la empresa deberá ser tratada a partir de ahora como una compañía de transporte y no una plataforma digital.
Con esto, Uber deberá responder a todas las exigencias de la regulación propias de la industria del transporte privado en el viejo continente.El fallo del tribunal europeo echa por tierra una de las bases del modelo de negocios de Uber, que se auto describía sólo como un intermediario digital entre dos personas, por lo que podía acceder a una regulación más laxa que la de la industria del transporte.
Pero ahora Uber deberá pedir a sus conductores licencias especiales e incluso el fallo podría traducirse en exigencias tributarias para la empresa.Según expertos, la decisión del tribunal europeo debería ser tomada como un ejemplo en Chile, que actualmente tiene un proyecto de ley que busca regular estas plataformas y que hoy descansa en la Comisión de Transporte y Telecomunicaciones de la Cámara de Diputados.
«Si esto se hiciera en Chile sería una buena oportunidad para votar a la basura el proyecto de ley que hay hoy en el país, que es realmente malo», comenta el académico de la Universidad Católica y ex Seremi de Transporte, Raimundo Cruzat.
Uno de los puntos en el proyecto de ley que critica el experto es el impuesto por kilómetro que busca establecer, «y la creación de un fondo para los taxistas, que además pareciera ser anticonstitucional», advierte.Igual opina el académico de la Universidad del Desarrollo, Rodrigo Troncoso.
«El caso de la regulación que se quiere establecer en Chile es mucho más restrictivo que lo que planteó en Europa.
Incluso hay temas del proyecto chileno que podrían ser anticonstitucionales», comenta.Ambos expertos consideran que la aplicación de las nuevas exigencias que estableció el tribunal del viejo continente se traducirá finalmente en mayores costos para los pasajeros.