Expertos consultados por «El Mercurio» aseveran que los 52 alcaldes independientes electos son reflejo de un castigo del electorado a casos concretos, y no parte de un fenómeno generalizado. La prueba sería la magra votación que obtuvieron en concejales, hecho que augura un futuro complejo para los que no forman parte de un pacto, pues es el mismo sistema electoral que se utilizará para los comicios de congresistas del próximo año. Matías Bakit R.
Tanto la Nueva Mayoría como Chile Vamos habían apostado fuerte en la comuna de Conchalí. Por un lado estaba la candidata del PS, Marcela Rosales, quien durante la campaña había sido apoyada por las principales figuras del partido, y por otro, Loreto Seguel, ex ministra del gobierno de Sebastián Piñera. Nadie, sin embargo, tenía entre sus cálculos que ambas cayeran derrotadas frente a una de las candidaturas independientes menos tomadas en cuenta, según reconocen las colectividades: la de René de la Vega.
Pero la victoria del ex cantante no fue aislada. A lo largo del país se repitieron casos de independientes fuera de pacto que, o bien alcanzaron la victoria en comunas importantes -como Jorge Sharp y Karen Rojo-, o lograron sorprendentes votaciones que favorecieron un cambio en la alcaldía por la que competían.
En total, los independientes lograron un 17,35% de votos, más que cualquier partido político tradicional y 7% más que en la elección anterior.
Asimismo, 52 alcaldes fuera de pacto resultaron elegidos, misma cantidad que la colectividad más votada, la UDI.
Para los expertos, estos números son prueba del descontento con la política y el desprestigio de la actividad entre la población.
Sin embargo, ¿representa la buena votación de los independientes un fenómeno a largo plazo? ¿Prefiere hoy la gente votar por independientes que por integrantes de partidos tradicionales?
Para varios expertos consultados por «El Mercurio», las implicaciones de estos resultados no serían suficientes para complicar el futuro de las grandes coaliciones.
La investigadora del CEP Loreto Cox asegura que «la mayor respuesta del electorado a candidaturas independientes responde a un aumento de la desconfianza con los partidos. En 1990, un 80% de las personas se identificaba con algún partido. Hoy, ese porcentaje es menos de un 20%. Además, la confianza en los partidos políticos está en un 3%, por lo que es comprensible lo que está ocurriendo».
Esto, dice, se manifestó en un «castigo» a algunos candidatos.
Coincide con ella Mauricio Morales, director del Observatorio Político Electoral de la UDP, quien expresa que la ciudadanía votó «informada» y que «varias figuras fueron castigadas por financiamiento ilícito y acusaciones de corrupción».
Sin embargo, ambos descartan interpretar el resultado de las elecciones municipales como una derrota para los partidos tradicionales. ¿La razón? El resultado de los candidatos independientes a concejales, elección en la que ninguno de los 91 candidatos fuera de pacto obtuvo una victoria.
«Cuando uno mira lo que pasó con las coaliciones tradicionales en la elección de concejales, estas mantuvieron su supremacía. Esto, para mí, significa que no hay un rechazo a la política tradicional en general, sino un fenómeno más individual. No es que esté cayendo el llamado ‘duopolio’. En ningún caso», explica Cox.
La razón de esto, según Morales, es que debido al sistema proporcional que se usa en los comicios de concejales -el mismo que tendrán las próximas elecciones al Congreso-, los partidos tradicionales «saturan» la papeleta de candidatos, que se presentan en varios pactos, «lo que produce un cubrimiento de toda la comuna. Y en ese caso, la gente vota por la etiqueta partidaria, por la identificación. Es un indicador de que aún existen votantes programáticos. Quizás no conocen a los candidatos, pero sí conocen la lista y el pacto. El sistema de partidos tradicional sigue vivo. No hay hecatombe ni quiebre ni reemplazo».
En este contexto, los expertos consultados consideran que la elección de concejales podría augurar lo que pasará en las próximas de congresistas, por cuanto también se espera que las coaliciones tradicionales presenten una gran cantidad de candidatos. «Y si eso pasa, se generará una mucho menor preponderancia de las candidaturas independientes», dice Morales.
Por su parte, Cox explica que «lo más lógico sería que en las parlamentarias pase algo similar a lo que pasó en las elecciones de concejales».
Para Eugenio Guzmán, decano de la Facultad de Gobierno de la Universidad del Desarrollo, el triunfo de los candidatos independientes en las elecciones del domingo pasado no representa un fenómeno real, porque buena parte de quienes se presentaron como tales «no son realmente independientes».
De hecho, según los cálculos de la facultad que dirige, 129 de los candidatos fuera de pacto que se presentaron a la elección de alcaldes han participado en un pacto o movimiento político en otras elecciones, cifra equivalente a un 41% de las candidaturas independientes presentadas.
«El fenómeno de las victorias de los independientes no es tal, puesto que para hacer un buen análisis hay que sacar de la ecuación a aquellos candidatos que no son independientes reales. Y resulta que haciendo ese ejercicio, el porcentaje bajaría mucho», explica Guzmán.
Aun así, pese a sus raíces ideológicas, muchos candidatos hoy prefieren ser independientes que militantes, a la hora de afrontar una elección.