Según ex ministros Harald Beyer, Sergio Bitar y José Pablo Arellano, se han descuidado aspectos relevantes como la calidad de la enseñanza y la inversión en investigación.
Aunque fueron titulares del Ministerio de Educación en Gobiernos de tres Presidentes diferentes, ayer, al momento de analizar la actual reforma a la educación superior, Sergio Bitar, José Pablo Arellano y Harald Beyer tuvieron más puntos en común que diferencias.
En el seminario llamado “El futuro de la educación universitaria”, organizado por la Universidad del Desarrollo y moderado por el ex ministro Cristián Larroulet, un tema fue el que concentró la atención: la promesa de gratuidad universal y los detalles de su implementación.
En el punto de partida hubo pleno consenso, porque a pesar de ser de tendencias políticas diferentes, los tres ex ministros plantearon que la actual discusión de la reforma a la educación superior está mal enfocada, ya que gira equivocadamente en torno a la gratuidad.
Porque independiente de las diversas percepciones sobre qué tan conveniente es avanzar hacia un sistema que garantice la gratuidad universal, los reparos apuntaron a los problemas de diseño, de restricciones para acceder al financiamiento y a la improvisación de la medida.
Sergio Bitar, quien fue ministro de Educación de Ricardo Lagos, partió replicando una de las frases más usadas por el ex mandatario, cuando dijo que en educación superior faltaba una mirada larga que permitiera analizar la reforma en su conjunto, y criticó el que la discusión se centre únicamente en los métodos de financiamiento.
A pesar de valorar el aumento de recursos destinados a financiar educación superior, Bitar planteó que “hay que poner el concepto de gradualidad en los procesos de cambio. No podemos hacer los cambios solamente con afirmaciones y eslóganes, hay que hacerlos con evidencia empírica. Estos criterios que están ausentes tenemos que reponerlos.
Por su parte, el ministro de Educación de la administración Piñera, Harald Beyer, planteó que impulsar la gratuidad universal iba en la dirección contraria a la tendencia mundial, donde se busca equilibrar los aportes privados y estatales, pero sin buscar suprimir los primeros.
“El efecto es aterrador desde el punto de vista de las perspectivas de largo plazo. Aquí hay cosas de realismo que nuestra discusión aún no reconoce”, dijo Beyer.
José Pablo Arellano, en su calidad de ministro de Educación de Eduardo Frei y ex Director de Presupuestos, abordó la glosa que se introdujo en el erario 2016 para financiar el primer año de gratuidad.
Según el ex ministro DC, “la discusión que lamentablemente va a tener que darse en el presupuesto, debe ser muy cuidadosa, porque es contar con recursos con los que no se ha contado en años anteriores y que difícilmente se va a contar en años próximos”.
Es por eso que los ex ministran plantean que el exceso de foco en la gratuidad ha implicado que temas fundamentales de una reforma como el aseguramiento de la calidad y los fondos para investigación han pasado a un segundo plano.
Según Bitar, “el 2016 debe ser una prueba de cómo esto va a funcionar, porque todavía hay que hacerle muchos ajustes”.
Nota publicada en El Pulso por Renata Fernández