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Discurso Presidencial ¿Destino final? por Isabel Rodríguez

Hoy Michelle Bachelet realizó su cuenta anual de cara a la ciudadanía, instancia que debía ser un broche de oro para terminar de reordenar la casa luego del cambio de sus ministros, las promesas cumplidas, y sus nuevos anuncios como la reforma constitucional. Con ello, hoy 21 de mayo debía darse inicio a una nueva etapa de gobierno que sintonizará a la Nueva Mayoría hacia un proyecto común y que este proyecto fuera comprendido por la ciudadanía. No obstante el discurso no ha dejado contento a muchos actores y el diagnóstico ha sido de ambigüedad sobre lo que se viene, en el sentido que el discurso tuvo mucho de cuenta pública y poco de definiciones sobre el destino final de su gobierno. También se esperaba que la Presidenta hiciera un mea culpa sobre los problemas de la política en el país y que son en gran parte responsabilidad del hacer y no hacer de su gobierno. Al respecto, no se hace cargo de la responsabilidad del gobierno en la situación política del país: crisis de confianza, corrupción y descrédito de la política.

En concreto, no fue un discurso mediático que enfatizara ciertos tópicos claves y reposicionara su liderazgo, tampoco fue un discurso de conducción hacia lo que viene. El destino final entonces parece ser que es concretar las reformas ya anunciadas pero no se detalla el camino para llegar a eso. Ejemplo es lo poco que se dijo sobre la Reforma a la Constitución, es decir, se reafirmó el destino final pero no se precisó nada respecto a como esto se llevará a cabo, lo mismo en relación a aumentar el crecimiento económico del país, en cuanto se resaltó el logro pero no se indicaron medidas concretas para la reactivación del país tan necesarias.

Lo único transversal en este discurso y reconocido por todos los actores fue el llamado al diálogo y a los acuerdos. Lo anterior pudo ser una estrategia, es decir, no marcar la agenda con claridad así las críticas no se hilarían con posterioridad al discurso cuestionando y generando disenso sobre el cómo llegar a destino. Así, el resultado ha sido que hemos estado hablando de lo que no se dijo en el discurso.

En consecuencia, hay que destacar el detalle en el discurso sobre todo lo logrado con principal énfasis en lo social, pero hay que reconocer que lo que viene es poco claro, incluso lo que el gobierno puede entender como diálogo es ambiguo. Si hay un destino final en las promesas del gobierno que quedan por cumplir, nos acompaña mientras tanto la incertidumbre sobre como estas serán llevadas a cabo.

Columna publicada en www.lalupadelcumplimiento.cl