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Gonzalo Müller y quinto retiro: “Boric dejó a Marcel en una posición imposible”

El analista político y director del Centro de Políticas Públicas de la UDD sostiene que la estrategia comunicacional del Gobierno es que los ministros paguen los costos y que el Presidente no se vea afectado.

-El gobierno cumple un mes con algunos ripios en su instalación. ¿A qué se deben estos desajustes?

-Como toda instalación genera mucho ruido, sobre todo cuando hay una coalición nueva como la actual. En ese sentido, es más parecida a Chile Vamos en 2010, que por primera vez llega al poder. Se nota mucho la diferencia entre los que tienen experiencia de gobierno y los que no la tienen. Por eso las primeras dos semanas estuvimos hablando de dos almas: Socialismo Democrático (ex Concertación) y Apruebo Dignidad (PC y Frente Amplio). Han cometido muchos errores.

-¿Cuáles son los más importantes?

-Me llama la atención decidir enfrentar el quinto retiro con un retiro. Y más encima focalizado, es decir volviendo a políticas de los 80 y 90. Pero hay un patrón que se repite en los errores: ellos creen que, por el solo hecho de ser quienes son, no les va a pasar lo que le sucedió a Piñera, por ejemplo.

Va la ministra a Temucuicui y cree que la van a recibir con los brazos abiertos. Pero no. La reciben a balazos. Para los retiros, pensaban que bastaba que el presidente diga que ahora hay que rechazarlos, y todos se van a alinear. Y no fue así. El PC no cede, mantiene la reflexión hasta el último momento y le dobla la mano al ministro Marcel y tiene que mandar un proyecto de retiro con su firma.

Esa sensación de que hay una autoridad que se va a imponer por presencia, está detrás de la mayoría de las dificultades. El descontrol de la agenda, que los medios y la ciudadanía te critiquen. “Esto le pasaba al gobierno anterior, no a nosotros”, piensan. Y se equivocan.

-¿El quinto retiro muestra una debilidad política importante?

-Boric no logró explicar su cambio de opinión, ese es el problema. Por qué ayer eran buenos y hoy día son malos. No tuvo credibilidad ni el ministro de Hacienda ni el Presidente. Salió todo el equipo de gobierno, a decir que había que rechazarlo y no lograron alinear a sus parlamentarios. Este episodio le recuerda a Boric que en primera vuelta obtuvo un 26%, que su gobierno tiene un débil apoyo en el Congreso, un débil apoyo en general. Y que el 54% de apoyo en la segunda vuelta no lo puede marear, como mareó a Bachelet y mareó a Piñera.

-¿El Presidente se ha comportado mejor que su gabinete?

-La estrategia de comunicación del Presidente ha sido la correcta. Es decir, un Presidente que habla muy poco, que solo aparece muy estudiadamente para dar señales. Incluso cuando hace apariciones casuales, caminando en la calle, pero dice algo relevante y sigue caminando porque no quiere que le cambien el tema, no quiere que le pregunten nada.

La puesta en escena comunicacional del Presidente es lo más destacado de este mes. Los ministros que han tenido protagonismo han sufrido las consecuencias de los errores. Los costos los ha pagado el gabinete, no el Presidente. Desde esa lógica el diseño está bien, pero la pregunta es: ¿qué tan sostenible es cuando los fusibles se queman tan rápido?

-El poder del PC llama la atención. Desde la izquierda Jadue critica al Gobierno, y desde el Parlamento presionan a Marcel.

-La estrategia comunista es la de siempre: ser muy influyente aunque sean pocos. Y hacen sentir su peso. No tienen problema en distanciarse del gobierno o someterlo a tensión. Karol Cariola, la más oficialista y la más cercana a Boric, lo tuvo una semana en reflexión sufriendo las consecuencias.

-¿Qué tan afectada quedó la posición de Marcel en el gabinete y su relación con Boric?

-Marcel se dio cuenta de que no era distinto al resto de los ministros. Los costos siempre van a estar en los ministros. Una de las pocas cosas que el Presidente se ha preocupado que trascendiera es que él se implicó personalmente en el proyecto de retiro. Así, dejó a Marcel es una posición imposible. ¿Qué hacía, reclamarle al presidente? No podía. Si hubiese sido Jackson, Marcel no lo hubiera tolerado. Pero como era el presidente, tuvo que aceptarlo. De nuevo, los costos para los ministros, los beneficios para el Presidente.

-¿Qué lecciones saca La Moneda de este episodio?

-Boric logra evitar una derrota política, sin duda. Demostrando un pragmatismo que no se le conocía. Porque tiene que aprobar una política que deja de ser universal, para volver a ser focalizada, a la antigua usanza. Gabriel Boric no es tan ideológico: tiene pragmatismo, que le permite poner en una posición imposible al ministro de Hacienda o sacrificar a la ministra del Interior, pero él se mantiene fuera del problema.

Boric debe estar meditando que su equipo político quedó dañado rápidamente. Lejos la que tiene más talento político es Izkia Siches, pese a sus errores. Es la única que tiene capacidad de conectar con la ciudadanía de manera amplia. Que ella quede herida políticamente es motivo de profunda preocupación para Boric. La perdió o al menos está dañada

-Aunque menor, Boric tuvo un encontrón con una señora en la calle que le enrostró el tema del retiro. ¿La opinión pública está siendo algo esquiva con el gobierno?

-Sucede que los retiros se transformaron en una política muy popular y todos lo que se han opuesto han sufrido las consecuencias. Electoralmente, por ejemplo. En parte Boric le gana a Kast porque él estaba a favor de los retiros y apoyó el cuarto a dos semanas de la segunda vuelta.

Es evidente que el Presidente sabe que los retiros han sido un arma electoral muy potente y que en parte explican su triunfo. La primera vez que lo encaran en la calle es por los retiros. Se dio cuenta de que le estaba haciendo daño a su imagen, un daño político, por lo tanto piensa: “esto no resiste, nos va a hacer demasiado daño”. Y prefiere que se apruebe un retiro que él llama acotado. Lo que busca es salvar en parte el prestigio y credibilidad de Mario Marcel.

-Para agregar más complejidad al escenario, la Convención también hace ruido con algunas de sus propuestas. ¿Afectan a Boric?

-El Gobierno está muy alineado con la Convención, muy de acuerdo con lo que se va aprobando. Lo que sí observa es que las normas más extrañas, le pueden significar costos, y quiere tomar distancia, aunque no puede. De hecho, Jackson hace un par de semanas dijo que el destino del gobierno se jugaba en la Convención y Boric, que iba a aprobar lo que saliera, porque sería mejor que la del 80.

-Pero cambió de postura. Dijo que estaba preocupado…

-No, dijo que esperaría que se acordaran más los temas, que no hubiera tanta pelea. Una cosa formal más que de fondo. Me parece que él está de acuerdo con la Convención, él es parte de eso.

El problema del gobierno no es la Convención sino el quinto retiro, porque es un tema que está en todas las mesas de Chile y le estaba haciendo un daño enorme a la credibilidad de Boric.

-¿Qué pasa con la oposición? ¿También es difícil instalarse?

-Normalmente las oposiciones son bastante irrelevantes frente a los gobiernos que se instalan. Lo ojos se fijan en el gobierno. Después del lío de la  presidencia del Senado, han actuado de manera coordinada Chile Vamos con Republicanos. Ahora bien, la oposición entendió que va a tener competencia porque va a haber una oposición por la izquierda, encabezada por Daniel Jadue y otras fuerzas, como Pamela Jiles. Ellos actúan como oposición.

La derecha debe entender que oponerse a todo no basta: lo que la gente está esperando es que tengan alternativas, necesitan un proyecto. Eso te transforma en alternativa de gobierno.

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