Cuando faltan apenas 35 días para la histórica elección de gobernadores y convencionales, que se suman a los posterga dos comicios municipales, existe incertidumbre por la realización del maratónico proceso y en qué condiciones sanitarias nos encontraremos. El covid-19 se disparó el viernes a más de 5.300 casos y las autoridades revisan las opciones para que este se lleve a Cabo de la forma más segura y participativa posible.
Es en este escenario que el Gobierno ingresó la noche del lunes 1al Parlamento un proyecto de reforma constitucional, con el cual busca que la elección se realice en dos días, argumentando motivos del tipo sanitario y la gran cantidad de candidatos en las papeletas solo para los convencionales son cerca de 1.200 los postulantes a nivel nacional y más de 12 mil aspirantes a concejales en todas las comunas del país, lo cual podría generar aglomeraciones mayores a las del plebiscito de octubre del año pasado.
La iniciativa del Ejecutivo, que fue aprobada en general por el Senado, pero rechazada por falta de quórum el viernes por la Cámara de Diputados -necesitaba 102 votos a favor, consiguiendo solamente 92-, y que pasa a comisión mixta esta serán: a una serie de modificaciones y nuevas facultades al Servicio Electoral de Chile (Servel). Sobre esta materia, el proyecto apunta a que el organismo “pueda establecer horarios exclusivos de votación a diferentes grupos de personas, con miras a la seguridad y participación efectiva de grupos de riesgo, como adultos mayores, personas embarazadas y enfermos crónicos”.
Además, indica que el Servel deberá establecer normas respecto del “sellado de urnas del día 10 de abril, así como la reapertura de la votación el 11 de abril, custodia de las urnas y de los útiles electorales y orden del escrutinio”. En cuanto a los vocales de mesa, estos deberán cumplir sus funciones ambos días, recibiendo un bono de $30 mil por cada jornada de elección, una suma mayor a los dos tercios de UF (aproximadamente $19 mil) que se cancela normalmente, totalizando en cerca de $11.000 millones el total de recursos que se utilizarían para remunerar a los vocales.
El diputado y experto electoral Pepe Auth (Ind), destaca la propuesta del Ejecutivo, asegurando que nace de una sugerencia que hicieron con algunos parlamentarios con miras al plebiscito y que reiteraron en enero pasado, en el marco de la discusión por el voto anticipado. “Estoy contento de que finalmente, aunque algo tardía, el Gobierno se haya allanado ala idea”, apunta.
El representante del Distrito 8, indica que inicialmente se pretendía “imponer el voto anticipado, a pesar de que el Servel decía que el tiempo era muy breve para asegurar un padrón distinto, para que votara gente el día viernes en forma excepcional; cuando el problema que teníamos y que tenemos, es que si no hacemos nada, si repetimos la elección del 11 como fue el plebiscito del 25 de octubre, las aglomeraciones y el riesgo sanitario que está asociado van a ser gigantesco”.
El parlamentario considera que para esta oportunidad podría haber una cantidad similar o hasta mayor de personas en las urnas, en comparación con el referéndum, atendiendo que podrían concurrir adultos mayores que no participaron en la oportunidad anterior por miedo a la pandemia. De todas formas, apunta a que podrían producirse aglomeraciones, debido a la mayor cantidad de papeletas y opciones en cada una de ellas, lo que ciertamente produce un riesgo sanitario.
“Es indispensable hacer algo, y hay dos alternativas: o tú multiplicas por dos el número de locales, generando inseguridad, porque según nos dicen los encargados de seguridad, si multiplicamos los centros disminuye la seguridad naturalmente; o extiendes el plazo de votación y le agregas un día. Esto se hizo en muchos países que tuvieron elecciones en el período de pandemia, y por lo tanto, garantiza bien la protección de las urnas, previo sellado al término del primer día, francamente podemos garantizar una elección masiva en términos de participación y segura, desde el punto de vista sanitario”, afirma Auth.
En una línea similar, el director del Centro de Políticas Públicas de la Universidad del Desarrollo (UDD), Gonzalo Müller, asegura que el proyecto “es una propuesta necesaria». Y si bien repara en que podrían llegar críticas sobre lo “tardía” que resulta la iniciativa, “indudablemente es necesaria. Vamos a tener unas elecciones muy importantes en abril y las razones sanitarias no habían sido objeto de ninguna medida especial”.
“Ya tenemos una experiencia después del plebiscito y, por lo tanto, era importante ver qué medidas adicionales se podían tomar que garantizaran que la mayor cantidad de chilenos puedan ejercer su derecho al voto con total libertad y seguridad sanitaria. (…) Ahora va a ser más seguro ira sufragar y lo más probable, es que hay una gran cantidad de chilenos que no fueron a votar en el plebiscito -se estima en aproximadamente 400 mil mayores de 65 años-,a pesar de que lo habían hecho regularmente en todas las otras elecciones y que ahora lo harán», remarca el académico, quien también experto electoral.
Asimismo, Müller añade que “eso hace suponer que el sesgo se produjo, básicamente, por el temor al contagio. En la medida que bajemos ese temor, ya sea garantizándole horarios o un día a los mayores de 55 años, vamos a lograr mayor participación o, al menos, una más segura».
Mauricio Morales, doctor en Ciencia Política y académico de la Universidad de Talca (U Talca), explica que se trabajaron tres alternativas al respecto. “La primera, era realizar las elecciones en dos jornadas, dividiendo las papeletas, es decir, un día gobernadores y convencionales y al siguiente, alcaldes y concejales. Esa opción, que era la peor de todas, fue desechada y era la peor, porque estaba hecha a la medida de los alcaldes. Como ellos están acostumbrados a realizar un proceso de movilización electoral el día de los comicios y conocen muy bien las estrategias para acarrear gente, entonces, votando menos personas, lograban que su movilización tuviese más impacto en la elegibilidad que podían tener al final de la jornada”, afirma.
La segunda opción es la que se está discutiendo actualmente y la tercera, apunta a lo que se realizaba normalmente, que es un solo día para sufragar. Respecto de esta última, Morales asegura que “en Chile sabemos que la gente se concentra para votar entre las 10 y las 14 horas; ahí se producen las aglomeraciones o el aumento muy significativo de la participación. Por lo tanto, si se establecían horarios exclusivos, por ejemplo, de 8a12 para los adultos mayores y luego para el resto de la población, se podía segmentar el padrón y evitar las aglomeraciones, te evitabas la custodia de los votos y las críticas que podrían existir respecto de la transparencia del proceso».
Lo último que expone el académico no es menor, tomando en cuenta que la realización de los comicios en doble tanda es algo inédito en el país, lo que puede provocar suspicacias en sectores de la ciudadanía. Al respecto, Morales espera que el proceso “sea con absoluta limpieza y transparencia, pero, evidentemente, hay riesgo de acusaciones de fraude que tengan como propósito deslegitimar el proceso electoral. Por eso mismo, la cadena de custodia es el aspecto crítico en estos comicios y no me parecería extraño que la reforma que está discutiendo el Gobierno, incluya la posibilidad de que los apoderados de mesa participen en este proceso de custodia, con el fin de generar un control cruzado de las urnas de votación”.
“Si pensamos que, aproximadamente, vamos a tener entre 40 mil y 50 mil mesas y cada una tiene cuatro urnas, estamos hablando de 180 mil a 200 mil urnas que hay que resguardar, con ayuda de las Fuerzas Armadas y el personal de Servel, pero sería bueno incorporar a los apoderados, con el fin de establecer esta especie de control cruzado”, agrega el director del Centro de Análisis Político de la U Talca.
El diputado Auth, en tanto, asevera que “el Servel es un organismo autónomo, responsable de la votación, tiene a las FFAA que podrán garantizar la preservación durante una noche de las urnas. No veo francamente que haya que temer algún tipo de anomalía en el proceso electoral. ¿Cómo no vamos a ser capaces, con la protección de las FFAA y con el carácter autónomo del Servel, de garantizar que las urnas estén protegidas durante una noche?
De todas formas, el legislador aclara que en condiciones normales “sin distanciamiento social, sin todos los requisitos y protocolos que hay que aplicar por una votación, se podría hacer la votación en un día, con un pequeño número de locales más, en fin; pero si tú agregas alta participación, la inédita elección de cuatro elecciones en una y protocolos sanitarios estrictos, francamente hace imposible que la elección se haga en el mismo número de horas que en una elección cualquiera”.
Gonzalo Müller, de forma más escueta, señala que “se puede garantizar (un proceso limpio). Las urnas son resguardadas por las Fuerzas Armadas desde el jueves, sería cosa de sellar las urnas el sábado y que participen en ese proceso apoderados de las distintas listas”.
Si bien para esta oportunidad se puso sobre la palestra únicamente el método de la elección en dos días, con anterioridad se habían evaluado otras opciones. El mismo Auth comentaba que a inicios de año se estaba discutiendo la posibilidad del voto anticipado, una opción que surgió también en el marco del plebiscito. Pero no fue la única, ya que se tanteó la implementación del sufragio por correo y también el electrónico, aunque este último la eventualidad más remota, tomando en cuenta lo complejo de su implementación.
Consultado por si alguno de estos métodos es mejor que la propuesta del Gobierno, Mauricio Morales advierte que “el voto electrónico es la peor medida que se puede tomar en este contexto. Y particularmente el voto online: esta opción debiese estar absolutamente descartada, debido a las posibilidades de hackeo. El voto electrónico, si lo entendemos como el hecho de que la gente entre en una casilla de votación y se enfrente a una pantalla donde tiene que marcar su preferencia, no va a corregir en nada ni va a acelerar el proceso de votación. Lo que funciona bien no se arregla y en Chile, lo que mejor ha funcionado, han sido los procesos electorales con lápiz y papel. Por tanto, no se debiese innovar en esa materia. Lo que sí podemos discutir es la aplicación del voto anticipado, que podría desarrollarse, pero siempre de manera presencial, jamás a distancia”.
“El único mecanismo que garantiza el secreto del voto es el método presencial. Hacerlo por correo, a distancia o postal, no son las mejores opciones para Chile. Lo que sí podemos discutir es, por una parte, el voto anticipado, y por otra, intentar que el Servel realice un proceso de georreferenciación de los electores para asignarlos a los locales de votación más cercanos que estos tengan, respecto de su domicilio, evitando que las personas deban recorrer grandes distancias e incluso, usando el transporte público para llegar a emitir su sufragio”, puntualiza el cientista político.
Por su parte, Gonzalo Müller sostiene que más allá de si el voto electrónico 0 a distancia son mejores o peores opciones, “lo que sí sé, es que son mucho más difíciles de implementar a 45 días de la elección. En el caso del voto electrónico, nos podemos demorar meses en tratar de tener un sistema que sea seguro, que dé garantías y siempre hay críticas: por ejemplo, Perú retrocedió y ya dejó de usar el voto electrónico por haber presentado problemas».
“En términos del voto anticipado -dice-, también requiere una logística mucho mayor, más compleja y difícil de implementar a 35 días de una elección. Pero es una alternativa razonable para pensar hacia futuro. Sería bueno que empezáramos a legislar no pensando en mañana o pasado mañana, sino que trabajar con instituciones que nos permitan proyectarnos a diez o veinte años plazo”.
Una opinión similar tiene el diputado Pepe Auth, quien recalca que “ninguna modificación relevante tú la puedes hacer a tan pocos días de la elección. De hecho, en la discusión del voto anticipado yo la voté en contra, porque el Servel dijo que no estaba en condiciones de garantizar la seguridad, porque consistía en que tú votaras unos días antes y que luego se creara un padrón especial para esa votación. Obviamente, a 40 días de la elección, eso es francamente imposible. En cambio, el Servicio Electoral ha dicho que está en perfectas condiciones de generar la elección en dos días, porque no obliga a un nuevo padrón, nia distintos locales, simplemente lo que tiene que concentrarse es garantizar la seguridad de las urnas”.
En ese sentido, al parlamentario apoya la creación de un padrón electrónico, enfatizando que esta idea “significa que en todos los locales de Chile esté el registro de todos los electores; y por lo tanto, si tú te encuentras en Punta Arenas y está alojando en un hotel determinado, puedas ira votar en el local más cercano de ese lugar. O que la gente que vive en Valparaíso, y que tiene un local a dos cuadras de su casa, pero tiene que ir a votar a un colegio que está a veinte cuadras -porque ahí está su mesa-, pueda sufragar en el centro más cercano de su hogar».