Nueve días. Ese es el plazo que tienen las autoridades de gobierno que quieran competir en las elecciones regionales y municipales de 2020 para renunciar a sus cargos.
Pero dentro de los partidos de Chile Vamos no se respira ningún apuro, pese a la inminencia del 25/10. ¿Qué hacer con los intendentes (el caso más visible es el de Karla Rubilar en Santiago) que tendrán que renunciar sin que haya algún acuerdo o metodología para dirimir al candidato único del oficialismo? ¿Debieran simplemente «saltar al vacío»?
El analista político de la UDD Gonzalo Müller asegura que este escenario sin definiciones en la coalición de gobierno «hace más difíciles las decisiones que van a estar tomando los actores políticos». Además explica que si los intendentes apuestan por dejar su cargo en el gobierno «esperarían que no hubiera primarias, porque desean contar con el apoyo del gobierno».
-¿Ve opciones de que antes del 25 de octubre los partidos de Chile Vamos se inclinen por una definición en algunas regiones?
-Los que tienen obligación de renunciar son aquellos que son autoridades, pero el resto no tiene ninguna obligación, por lo tanto el plazo del 25 de octubre no corre para ellos. Todavía ni siquiera están abiertas las negociaciones entre los partidos respecto de cómo van a definir los cupos cada una de las regiones. Hay alguna idea general que donde haya un candidato competitivo va a haber primaria, pero lo que muchos intendentes están mirando, como la intendenta metropolitana, es que si ellos van a renunciar esperarían que no hubiera primaria, porque esperan contar con el apoyo del gobierno del que fueron parte y al que representaron como intendentes.
-El que aún no estén abiertas las negociaciones entre los partidos, ¿desgasta a las figuras?
-El que los partidos no tengan definiciones o reglas claras hace más difíciles las decisiones que van a estar tomando los distintos actores políticos. Lo natural sería que Chile Vamos tuviera una carta de navegación respecto de cómo va a definir las gobernaciones regionales y empezar a tomar decisiones. Esa coordinación electoral fue una de las claves del triunfo el 2016 y 2017. El haber hecho la pega antes permitió tener muy tempranamente los candidatos, fue clave. Y resulta que hoy día vemos que se ha hecho de otra manera, no se aprecia la misma coordinación ni conversación de política necesaria de los partidos.
-¿Las autoridades de gobierno podrían «saltar al vacío» sin un preacuerdo político antes del 25 de octubre?
-Es bien riesgoso, pero también está el posicionamiento. O sea, creo que ningún intendente va a renunciar si no es porque hubiera posibilidad de ganar. Eso les pone presión a los partidos, porque si ese intendente ve la posibilidad de ganar la región, los partidos tienen que ver cómo eligen mecanismos que favorezcan los liderazgos y no que los terminen perjudicando.
-¿O sea que primero debería haber un «colchón» para que los intendentes o las autoridades de gobierno tomen ese riesgo?
-Si hay un intendente que asegura ganar o es muy competitivo los partidos debieran favorecer su tránsito hacia la candidatura única y no entorpecerlo.
-Como se avizora el escenario hoy día, ¿se podría zanjar antes del 25 de octubre?
-Creo que varios de los intendentes están conversando con las distintas fuerzas políticas para ver qué tan indispensable o necesaria es su candidatura y también si existe la posibilidad de ser candidato único rápidamente.
-¿Cuál debiera ser el rol que tome La Moneda?
-Recuerdo que el Presidente Sebastián Piñera les planteó a todos los intendentes que uno de los requisitos para asumir la intendencia era estar disponibles para ser candidatos. Obviamente que producto de su desempeño, de su propia gestión, del escenario político en cada región, quizás no siempre el intendente es la mejor carta. Para el gobierno va a ser importante el apoyo, pero el gobierno solo puede apoyar a cartas que de alguna manera no le generen división con sus partidos. También es difícil suponer que el gobierno va a poder ser muy neutral pensando que esos intendentes han trabajado para el gobierno durante más de dos años.
-¿Cómo ha visto la posición negociadora de la UDI? Una de las críticas que ha surgido es que han levantado varios nombres y que no tienen el escenario claro.
–Para cualquier partido la improvisación de candidaturas siempre ha terminado mal; sobre todo en las candidaturas uninominales se requiere un trabajo de largo plazo. Se va a producir un proceso de sinceramiento, creo yo, de aquí a diciembre, donde los partidos realmente van a ver donde sí tienen candidatos competitivos y donde no. La coordinación necesaria va a empujar a que donde no tengan candidatos apoyen a la carta más fuerte de la coalición y donde sí tengan candidatos existan primarias.
-¿Y cómo evalúa que Evópoli sea el partido más distante a la opción de generar primarias con el Partido Republicano?
-Uno tiene que mantener un discurso consistente; Chile Vamos tiene un desafío en el tema de ampliarse hacia el centro y también puede ser que necesita ampliarse hacia la derecha. Ahora, cualquier persona que quiera entrar a Chile Vamos tiene que saber que entra a una coalición que está en el gobierno, que tiene un mandato claro y una declaración de principios. O sea tampoco es llegar y entrar de manera instrumental. El fracaso de la Nueva Mayoría siempre debe estar presente, porque las coaliciones deben tener la amplitud de mente necesaria para tener un trabajo correcto en conjunto.
-José Antonio Kast valoró la figura de Karla Rubilar y aseguró que en el Partido Republicano están dispuestos a apoyarla en la elección de gobernadora regional. ¿Eso se podría entender como un gesto hacia Chile Vamos?
-También es un tema de realismo, porque como todo partido pequeño, en formación, como en el caso de Republicanos, quizás no están disponibles para competir en todo Chile en igualdad de condiciones. Probablemente ellos van a hacer más presión por el Rojo Edwards para que compita en La Araucanía, pero quizás no tienen candidatos para competir en todas las regiones. También le pasó al Frente Amplio en su minuto, le pasó a Evópoli, es muy natural que se elija competir en ciertos nichos e ir creciendo de a poco.