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¿Cuánto afecta al país un eventual fracaso en la Copa América? – La segunda

El 17 de junio, en Sao Paulo, Chile comienza ante Ecuador la defensa de su bicampeonato continental.Sin embargo, la previa ha sido terrible, con el capitán que levantó ambas Copas América marginado del plantel.

Reinaldo Rueda trató de justificar la ausencia de Claudio Bravo con razones futbolísticas, pero según El Mercurio, la verdadera razón fue una especie de “veto” que varios referentes le impusieron al arquero.

“Si vuelve, al menos diez se van”, dicen desde Pinto Durán.

Entre ellos, Gary Medel y Charles Aránguiz, pilares de la “generación dorada”, y, más veladamente, Arturo Vidal, con quien ha tenido un round público y privado desde que la selección quedó fuera del Mundial de Rusia, en noviembre de 2017.“El fútbol es siempre una válvula de escape”La ilusión de la hinchada es escasa, y varios sondeos en redes sociales así lo demuestran.

El mismo país que celebró, hoy está más cercano a un estado de rabia y depresión.“En general, el tema de la selección es bastante sensible porque tiene que ver con las pasiones, con el estado de ánimo”, comenta el psicólogo Francisco Flores, director de la ONG Mente Sana.

“El fútbol para los chilenos es siempre como una válvula de escape, la posibilidad de hacer frente y revertir un momento de complejidad social”.“Las dos últimas conquistas de la Copa América demostraron que el estado de ánimo de nuestro país varió.

Por lo tanto, un fracaso o la posibilidad de que Chile no pueda repetir el título afecta en términos de que el estado anímico decae”, agrega Flores.“Es razonable suponer que los estados de ánimo colectivos en países futbolizados como el nuestro tienen que ver con los resultados”, apunta el analista político Cristóbal Bellolio.

“Es famoso el caso de Hitler, que quería que los blancos ganaran en las Olimpíadas de Munich (de 1936).

Otro ejemplo es el del Mundial de 1978, que para la Junta Militar de Argentina era muy importante ganar: se decía que si la selección argentina ganaba, la gente iba a estar tan contenta que no iba a estar preocupada de la opresión política”.“Los éxitos deportivos se han desacoplado del Gobierno”Pero las repercusiones podrían ser no sólo sociales.

Un fracaso en Brasil también podría tener consecuencias políticas, a corto y largo plazo.“Como el futuro de la selección no parece ser muy bueno —porque es evidente que la ‘generación de oro’ está llegando a su ocaso y lo que viene ahora serán más frustraciones y amarguras que harán muy difícil repetir los éxitos de esta selección—, habría que ver si las frustraciones deportivas que vamos a tener en los próximos años inciden o no en la política”, comenta Bellolio.Eso sí, el analista político cree que, curiosamente, en los últimos años los triunfos de la Roja no ayudaron de forma directa a los gobiernos de turno.“La gente no es tan básica de pensar que porque a la selección le va bien, es mérito de los políticos.

No me parece que sea tan así.

Por ejemplo, los mejores momentos de la Roja coincidieron con el caso Caval y no veo que la selección haya ayudado mucho para que Bachelet solidificara su capital personal.

Son cosas que discurren por canales paralelos”, apunta.Algo similar comenta el académico de la Facultad de Gobierno de la UDD Gonzalo Müller.

“La verdad es que en el último tiempo los éxitos deportivos se han desacoplado de la aprobación del gobierno.

Bachelet contó con los históricos triunfos en la Copa América 2015 y 2016, pero no significaron ninguna mejora en su aprobación”.¿Qué debe hacer la administración de Piñera?“La tentación de involucrarse va a ser difícil de resistir”, reconoce Müller.

“Pero si este gobierno no comete el error de involucrarse, no tendría porque verse afectado… más allá de un par de memes”.