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El cerebro catalán detrás de la nueva estrategia política de Joaquín Lavín – El Mostrador

En La Moneda hace semanas que se comentaba que el alcalde de Las Condes, Joaquín Lavín, tenía “un asesor español”, pero solo después de que el edil lanzó su idea de construir un edificio de viviendas sociales en el sector de la Rotonda Atenas, se supo en palacio y en la derecha quién era ese experto: el catalán Antoni Gutiérrez-Rubí, quien desde las sombras colabora con la autoridad gremialista.

Gutiérrez no es el gurú de turno que podría disolverse en las cenizas de una campaña electoral. De 57 años y apariencia jovial, fundó en los años ochenta su empresa -Ideograma- con base en Barcelona. Pero la consultora, que ofrece múltiples servicios derivados de la comunicación digital, especialmente en el ámbito de la comunicación política, tiene presencia en al menos siete países de centro y Sudamérica.

Por eso, según sus cercanos, Gutiérrez-Rubí no solo pasa unos 200 días al año viajando y ha plasmado su experiencia en unos 30 libros, sino que además da asesorías para ganar campañas políticas usando las redes sociales. Algo en lo que se sabe Lavín ha destacado, no solo por los más de 94 mil seguidores que lo convierten en una “marca” de internet, sino que además por demostrar que tiene una relación directa con sus electores en las plataformas digitales que usa también para hacer anuncios.

Detrás de esa estrategia de cercanía está el experto catalán, quien en sus habituales artículos y entrevistas -desde la edición mexicana de la revista Forbes hasta el diario El País de España- ha dicho, entre otras cosas, como fue el caso el año pasado en el diario argentino Página 12, que “ya no hay que esperar cuatro años para premiar o castigar una gestión con el voto. Hoy la gente vota cada día, la opinión diaria cuenta mucho, no se puede gestionar sin capacidad de escucha y observación. Es imposible prescindir de estas opiniones”.

Se nota la mano de Gutiérrez-Rubi en el Lavín que se ha visto desde que regresó al municipio de Las Condes, comentaron en la derecha, como su instrucción para avanzar en su camino a una posible candidatura presidencial el 2021. Una ruta que es larga, pero en la cual el alcalde está lentamente cosechando una nueva percepción sobre él entre los votantes, la que podría eclipsar su pasado de ensayo y error.

Todos los que han trabajado con él no recurren a sus servicios a tiempo completo, porque -según reconocieron en el círculo de Lavín- sus honorarios “son muy elevados”. No trabaja solo. Cuando él no está vía Skype o a través de otra plataforma a distancia, su representante y encargado de los asuntos en Chile es Santiago Catelo, parte de su equipo en Ideograma.

En la derecha afirman sin dudar que para el grenialismo, la única posibilidad es Lavín. Mientras que en el sector más extremo está como outsider, José Antonio Kast; en RN tienen a Manuel José Ossandón y Evopoli a su líder, Felipe Kast, sin dejar fuera de la lista las aspiraciones del ministro de Desarrollo Social, Alfredo Moreno. “En la UDI, Lavín es el único candidato posible”, dijo una fuente de ese partido, donde sacan cuentas alegres con su actual desempeño.
De perfil muy bajo, Gutiérrez-Rubí “no habla de sus clientes”, según aseguró una fuente de su entorno, lo que en efecto se comprobó al ser consultado para esta nota, ya que se excusó de ir en un vuelo transcontinental, sin hacer comentarios posteriores una vez que aterrizó.

Sin bandera
A Chile ha venido en 2011 y 2015 como charlista, aunque su fuerte es el papel de consultor político.  Fuera de España se hizo más o menos público en dicho rol en Argentina, donde fue detectado el año pasado como el principal responsable en el giro que evidenció Cristina Fernández de Kirchner, quien -ya fuera de la presidencia- cambió los actos masivos y la retórica confrontacional por una disposición más relajada e integradora usando Twitter como principal vínculo con los electores. Esta fórmula, que incluía un instructivo de cómo tuitear y postear en redes, ayudó a que CFK en agosto del 2017 ganara las primarias legislativas y luego un escaño en el Senado trasandino.
Sin embargo, hubo algunos tropiezos, como el fiasco de mayo del año pasado cuando se lanzó el hashtag “el fracaso de Macri”, que fue mal implementado y se descubrieron las cuentas falsas, lo que convirtió a la oposición trasandina en el motivo de las burlas políticas.

Este año CFK ha seguido recibiendo consejos de Antoni Gutiérrez-Rubi, al menos hasta hace dos meses. Pero la expresidenta no puede sustraerse a su naturaleza confrontacional, y cuando en uno de sus últimos informes el consultor le propuso en un paper impulsar “un acuerdo nacional para enfrentar la crisis”, testigos de la escena afirmaron -según consignó la prensa argentina- que Cristina Fernández soltó una carcajada y mandó las instrucciones a una trituradora de papeles.

Aquí en Chile es distinto. Los acuerdos son el combustible de la “buena política” a la que la elite y la derecha dicen públicamente aspirar, y Lavín es perfecto para llevar adelante la base de la estrategia electoral que le ha dado éxito a Gutiérrez-Rubí en otros lugares.

Ya lo hizo como asesor de Podemos, el padre político del Frente Amplio chileno, recomendando una estrategia por fuera de los políticos tradicionales pero esencialmente no confrontacional. Gutiérrez-Rubí anticipó que la fuerza política responsable de acabar con la hegemonía del bipartidismo en España no era “una moda”, sino que iba a perdurar, a pesar de que después también anunció su desgaste, tal como está ocurriendo ahora.

El experto catalán es “un profesional” de la comunicación política y en ese contexto no tiene bandera. Ha trabajado con el exlíder del PSOE, Alfredo Pérez-Rubalcaba, a quien intentó barnizar con una nueva imagen en redes sociales y también con gente en la vereda contraria, como Juanma Moreno, del Partido Popular andaluz.

Todos los que han trabajado con él no recurren a sus servicios a tiempo completo, porque -según reconocieron en el círculo de Lavín- sus honorarios “son muy elevados”. No trabaja solo. Cuando él no está vía Skype o a través de otra plataforma a distancia, su representante y encargado de los asuntos en Chile es Santiago Catelo, parte de su equipo en Ideograma. En la derecha, algunos lo conocen, porque ha sido profesor invitado en la Universidad Autónoma, ligada al exministro de Justicia, Teodoro Ribera.

Nuevo círculo
Antoni Gutiérrez-Rubi no es el único cambio que explica el reperfilamiento de Lavín. El alcalde -que en la propia UDI es descrito “como una persona muy creativa, aunque a veces se equivoque”- formó un equipo de estrechos colaboradores, distintos a los llamados “Samurái” que se le conocieron en la primera década de este siglo. El más “político” de este nuevo círculo es el analista y director del Centro de Políticas Públicas de la Universidad del Desarrollo (UDD), Gonzalo Muller, quien además es panelista en el programa dominical de debate político en TVN “Estado Nacional”.

El equipo también está formado por la socióloga Javiera Benítez, directora del Departamento de Seguridad del municipio, desde donde vino la idea de usar drones con parlantes en la comuna, lo que generó burlas y controversias, pero que ha sido bien recibida por los vecinos. A ella se suman el constructor civil Juan Ignacio Jaramillo y el arquitecto Gonzalo Hevia, quienes han colaborado en el diseño del último acierto político y comunicacional del edil: el proyecto de viviendas sociales.

Este núcleo de confianza también lo integran Carlos Alarcón, del departamento de Desarrollo Comunitario, y Ricardo Scaff, quien junto a Carmen Gloria Osiel son encargados, por ejemplo, de la política para eliminar las bolsas plásticas de la comuna.

Ver nota publicada: http://www.elmostrador.cl/noticias/pais/2018/07/20/el-cerebro-catalan-detras-de-la-nueva-estrategia-politica-de-joaquin-lavin/