Viene llegando de Sudáfrica, donde lidera la estrategia comunicacional de una de las precandidatas del Congreso Nacional Africano, el partido de Nelson Mandela.
Se acaba de incorporar, en Argentina, a la campaña senatorial del ex peronista Sergio Massa, y ayudó a ganar al actual Presidente de Haití, Jovenel Moïse, como lo hizo con su antecesor, Michel Martelly.
Son algunos de sus «clientes» más recientes.
Se trata del español Antonio Sola, estratega electoral tan apasionado con su oficio como irreverente cuando se trata de hablar de política.Reconoce que se ha equivocado muchas veces, apostando por figuras que luego lo defraudaron, pero su currículo también habla de contiendas exitosas: José María Aznar y Mariano Rajoy, en España; Juan Manuel Santos, en Colombia; Felipe Calderón y Vicente Fox, en México.
En total, más de 400 campañas a su haber.
Más de una lo ha colocado al centro de la controversia.
Como cuando en México, apoyando a Calderón, ideó la contra-campaña «Andrés Manuel, un peligro para México», para desacreditar a López Obrador, el eterno candidato de la izquierda, a quien ahora se declara dispuesto a ayudar.¿Campañas del terror? «No, campañas de contrastes, en las que yo digo quién soy y lo que mi oponente no es.
Son campañas duras, aguerridas, pero no sucias; despiertan al ciudadano y polarizan.
Yo soy un defensor de la polarización en nuestras sociedades, y si salgo a ganar un partido, salgo a ganar», dice.»La derecha es muy poco sexy en el mundo»A Chile ha venido varias veces y esta semana participó en un seminario sobre comunicación política en la Universidad del Desarrollo.
Cuenta que conoció a Sebastián Piñera hace diez años, cuando le presentó una propuesta para su anterior campaña (no llegaron a acuerdo), y hace cuatro se reunió con Joaquín Lavín, entonces generalísimo de Evelyn Matthei.
«Le dije a Joaquín por qué iba a perder la candidata si no corregían las cosas; tenían que desprenderse de ese halo, de ese pecado original, que arrastra la derecha todo el tiempo…
Nunca me llamaron».-¿Cuál es ese pecado de la derecha?-Es un pecado de la derecha mundial: ese pecado de ‘gestionamos, gestionamos, hacemos, somos’…
La derecha es muy poco sexy en el mundo, son muy áridas.
La izquierda es todo lo contrario: nada de números.
Y es muy sexy a la hora de vender, tienen un muy buen márketing natural.-¿Qué factores hacen una campaña exitosa?-Hay cinco elementos clave.
Primero, ser atractivo para la sociedad en un momento determinado, y esto te marca que no hay ni buenos ni malos líderes.
Trump es un tipo que detesto personal y profesionalmente, pero en su momento supo ser atractivo para los norteamericanos.
Aznar tenía labio leporino, un tipo que para sacarle dos palabras es casi como sacarse la lotería, y el tipo fue atractivo.
Entonces ser atractivo no es solo la imagen.
Lo segundo es que ese líder tenga hambre de poder.
Tercero, tienes que sembrar algo para transformarlo en un éxito político.
Cuarto, tener una causa; siempre digo a los candidatos: ‘dales una causa y te devolverán un voto’.
Y me pregunto cuál es la causa de Piñera, no lo sé; y la de Beatriz y la de Alejandro Guillier, pues tampoco lo sé…
más bien pareciera que él está en un proceso de autodestrucción permanente, por eso va a perder.
Y, quinto, ser un buen persuasor.El error de los favoritos: Mirar de arriba a abajo-¿Cuál es el tipo de errores en que pueden caer los que aparecen como favoritos y que les hacen perder una elección?-La soberbia, la vanidad, el mirar de arriba a abajo.-¿Ve soberbia en algún candidato chileno?-Sí, no sé si están en una actitud de soberbia, pero yo veo la campaña de Piñera con riesgo de que entre en un proceso de soberbia.-¿Lo dice por las encuestas?-Sí, claro, eso te empodera y pienso que no está nada dicho en esta campaña.
Treinta puntos de indecisos es una bomba de relojería para cualquiera, y yo mayores árboles he visto caer.
Muy amigo de Piñera, Guillermo Lasso, el candidato ecuatoriano, que tenía todo para ganar y terminó perdiendo, se equivocó en todo.
Pecó de soberbia.-Piñera ha pedido restringir el número de participantes en los debates solo a quienes aparecen mejor posicionados en las encuestas.
¿Es razonable ese planteamiento?-No le recomendaría eso.
Yo le diría: ¡ándate a discutir con todos!, porque un debate no va a cambiar nada si no te equivocas.»Él lo que está diciendo es ‘no arriesguemos, si igual podemos entrar a la segunda vuelta sin necesidad de debatir con diez candidatos, ¿para qué me expongo a eso?’.
Pero la gente lo va a ver como un síntoma de soberbia, de debilidad y de temor».-¿Qué consejos les daría a los competidores chilenos?-A Piñera le diría no te equivoques, porque si no te equivocas, vas a ganar.
A Beatriz Sánchez le diría haz una campaña de contrastes, porque sin contraste no te vas a poder diferenciar; a ella le toca quitarle el velo del que Piñera se ha cubierto.
Y Alejandro, que no gaste plata de su bolsillo, porque va por muy mal camino, se va a hundir en las encuestas.
A Marco Enríquez le va a faltar pulmón, porque no ha aclarado lo que tiene que aclarar, y el resto de los candidatos son el pelotón que no va a poder despegar porque no hay espacio ahí, no han sembrado lo suficiente.-¿Cuánto puede cambiar el resultado final lo que ocurra en las últimas semanas de campaña?-Todo, son decisivas.
La decisión del voto está hospedada en un nivel del cerebro absolutamente emocional; es decir, el voto está compuesto en un 95% de emociones primarias, de encono, tristeza, amor, odio.
Por ejemplo, yo puedo votar Piñera porque, aunque yo sea de izquierda, me revienta Beatriz.
El 25% del componente del voto de Trump era ira profunda: no querían lo que Hillary Clinton representaba.
Como es tan irracional ese sentimiento, va a haber mucha indecisión hasta la recta final.»Es muy cansador ese tipo de Presidente que dice ya te construí 3 carreteras y 7 puentes»-¿Por qué fue a La Moneda en esa visita a Chile durante el último año del gobierno anterior?-Fui a una reunión con el ministro del Interior de la época.
Había dado una entrevista en la cual fui muy duro con el gobierno de Piñera y entonces me llamaron, almorcé y luego estuve con el director de comunicaciones de la Presidencia.
Bueno, y ahí fui peor: no me contrataron.
Yo les dije van a perder la elección presidencial, como ocurrió.-¿Qué encontraba tan mal?-La comunicación de Piñera fue un desastre, sustentada en la pura racionalidad, la comunicación de los números.
Yo siempre pregunto para qué luchas contra el narcotráfico: la respuesta de Piñera hubiera sido para meter al narcotraficante a la cárcel, y no, la respuesta es ‘para que no llegue la droga a mis hijos’.
Pero esa es una limitación de la derecha mundial, porque creemos que dos por dos son cuatro.
Y fíjate que todo el boom de salvar a los mineros, todo ese activo que recogió, lo terminó perdiendo.
Y eso sucedió porque la gente decía ‘no, otro gobierno así, Dios mío, qué rígido que es, qué poco sexy’.
Es muy cansador ver a ese tipo de presidente que dice ya te construí 3 carreteras, 7 puentes, 4 cárceles, ya tu vida está mejor, qué más quieres.
Y el ciudadano, en su fuero interno, piensa: es tu obligación, pelotudo, y ahora dame lo que sigue y es que me des cariño, que me des afecto.
Y entonces te vas a la izquierda, que es la revolución y que es todo afecto y es todo rosas.
¿Y los puentes? No, de ahí veremos de dónde sacamos la plata.-Pero la gente vota igual por Piñera.-Porque no hay otra cosa acá (hace gesto con la mano hacia la izquierda).
Si aquí tuviéramos un genio de la comunicación, de la política o un Frente Amplio bien articulado, Piñera no ganaría.
Con el actual gobierno, Piñera debiera estar en 53% y la victoria en primera vuelta no debiera estar en discusión.»Le diría a Alejandro (Guillier) que no gaste plata de su bolsillo, porque va por muy mal camino».»No está nada dicho en esta campaña.
Treinta puntos de indecisos es una bomba de relojería para cualquiera, y yo mayores árboles he visto caer».