El ranking de notas fue incorporado en 2012 -admisión 2013- al Sistema Unico de Admisión (SUA), al que actualmente adscriben 36 universidades. Una de las críticas que ha recibido la herramienta es que habría producido una “fuga” de alumnos de liceos emblemáticos para mejorar su puntaje.

Lo anterior, ya que al comparar a los alumnos con el rendimiento de su colegio, los estudiantes de liceos emblemáticos se cambiarían a establecimientos con menores exigencias académicas.

Según un sondeo de la fundación Nodo Veintiuno, que consideró la variación de matrícula de 10 liceos emblemáticos de la RM, desde 2012 a 2016, dichos establecimientos bajaron su matrícula en educación media en 924 alumnos. El que más disminuyó fue el Liceo Manuel Barros Borgoño, que en cinco años perdió a 429 de sus alumnos de educación media. Le sigue el Instituto Nacional, con 316 estudiantes menos en dicho nivel, y el Liceo José Victorino Lastarria, con 121 alumnos.

Según explicó el investigador a cargo del sondeo, José Miguel Sanhueza, el fenómeno de pérdida de matrícula se ve exclusivamente en el caso de la educación media, ya que en la educación básica en dichos liceos, la matrícula se ha mantenido constante, con un leve aumento de 73 alumnos.

Sanhueza señaló que “las cifras dan para plantearse que no es que haya un esfuerzo de las familias de educar a sus hijos en ambientes libre de movilizaciones, ya que en ese caso la disminución sería en ambos niveles, sino que son comportamientos estratégicos asociados al ranking de notas”.

Cambios de colegio

Mauricio Bravo, académico del Centro de Políticas Públicas de la Universidad del Desarrollo, explicó que cambiarse de colegio ya no tendría efectos sobre el puntaje. “Con la original fórmula de ranking de notas, si te cambiabas de colegio te ranqueaban según ese último colegio, pero eso ya se arregló. Sin embargo, ahora se considera el historial del alumno. Por lo tanto, ya no se está generando el incentivo para irse”, dijo.

Luego de que se conocieran los resultados de la PSU, quedó en evidencia que los liceos emblemáticos disminuyeron sus puntajes promedio en la prueba respecto de años anteriores.

Una de las explicaciones a las que apuntó la subsecretaria de Educación, Valentina Quiroga, en entrevista con La Tercera, es el efecto que podría haber tenido la pérdida de clases producto de las movilizaciones.

En ese sentido, Víctor Orellana, director de Nodo Veintiuno, opinó que “ha habido una campaña explícita contra la educación pública, que construye mitología que no tiene asidero. Se culpa a las movilizaciones de la fuga de alumnos, pero hay otros culpables”, dijo Orellana. Agregó que “me gustaría que la subsecretaria y quienes han afirmado eso indicaran evidencias respecto de cómo las movilizaciones afectan la educación. En realidad, son otras las razones de ese deterioro, como políticas públicas mal diseñadas. Si no fuera por las movilizaciones estudiantiles, no se hablaría de calidad en serio ni de educación”.

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