En CIPS-UDD se realizó una encuesta para indagar sobre la percepción de las personas en Chile en relación al gasto en medicamentos. El 88% de los casi mil encuestados afirmó que el gasto en medicamentos ha sido durante 2022 un gasto importante para él o ella o algún integrante de su familia. En cuanto a las consecuencias que implica la compra de medicamentos en el presupuesto familiar, está dejar de consumir otros insumos, bienes y servicios y (50%) y endeudarse (30%).
Casi nueve de cada diez personas afirmó que el gasto en medicamentos es un gasto importante para él/ella o su familia. Así lo evidenció una nueva encuesta del Centro de Políticas Públicas e Innovación en Salud (CIPS) de la Universidad del Desarrollo. Esta percepción es más frecuente en los sectores socioeconómicos C3 (89%) y D y E (90%). Es estadísticamente significativo comparado con el grupo socioeconómico ABC1, aunque no deja de ser un número menor que ocho de cada diez personas pertenecientes del ABC1 afirmaran que es un gasto considerable. “Esto va en concordancia con la evidencia nacional e internacional en donde el gasto de bolsillo en salud es uno de los más altos y es medicamento en donde más gasto se desembolsa”, dice la directora ejecutiva de CIPS, Paula Daza.
En el sondeo de CIPS-UDD se profundizó en cómo la compra de medicamentos influye en su presupuesto familiar. Aquí las personas podían marcar más de una opción. Y las alternativas más mencionadas fueron: en dejar de consumir otras cosas (50%) y en endeudarse (30%).
Al desglosar las respuestas a esta pregunta, es estadísticamente significativo la relación entre hombres y mujeres en la opción de renunciar al consumo de otros bienes. Y son ellas (52%) más que los hombres (46%), quienes escogieron esta afirmación. En cuanto a las edades, la opción más elegida por los mayores de 61 o más edad en cuanto a cómo le afecta la compra de remedios en otras actitudes de compra, fue dejar de consumir otros bienes para adquirir sus medicamentos, con el 57% de las preferencias para este grupo etario. Es estadísticamente significativa la diferencia con los de 31-40 años (42%) y quienes tienen 32 a 60 años (48%). Llama la atención que el 51% de los más jóvenes que respondieron la encuesta (18-30 años) eligieron también por esta opción (siendo el segundo grupo que más votó por dicha alternativa después de las personas mayores). Y dentro de su prestación de salud fueron quienes están en Fonasa (51%) quienes dejaron de consumir otras cosas para comprar sus medicamentos en relación a los afiliados de Isapre (45%).
Dentro de la encuesta, la segunda opción más votada (recordar siempre que se podía marcar más de una opción) fue endeudarse. Aquí fue similar tanto en hombres como mujeres: el 30% de los encuestados marcó esta alternativa. En cuanto a las diferencias por tramos etarios, un tercio de los encuestados entre 31 y 60 años optó por esta afirmación (31-40: 36%; 41-50:35%; 51-60:34%). Estos porcentajes son estadísticamente significativos con los más jóvenes (de 18 a 30 años) donde el 28% de ellos dijo endeudarse por sus medicamentos y el 24% de las personas mayores de 60 años que aseveró lo mismo. En cuanto a los encuestados por prestación de salud no hay diferencias entre beneficiarios de Fonasa (32%) o afiliados de Isapre (29%).
Por otro lado, se preguntó en relación a la adquisición de compra de fármacos durante 2022. En esta pregunta, como son conductas de compra, se dio la opción de que respondieran más de una opción. Con el 52% la alternativa más votada es que fue a la farmacia a comprar sus medicamentos para tenerlos más rápido; seguido, curiosamente, de comprar medicamentos en la feria libre (31%) e ir al consultorio por los medicamentos recetados (29%).
“Recordemos que las personas que están en Fonasa pueden adquirir sus medicamentos en el consultorio u hospital. Sin embargo, no fue la conducta más practicada. En las personas beneficiarias en Fonasa, el 49% marcó que prefirió durante este año ir a la farmacia para conseguirlo más rápido. Sólo el 36% de ellos dijo que fue al consultorio a retirarlo e igual porcentaje (36%) afirmó también que lo consiguió en la feria”, comenta Daza.
Estos resultados van de la mano con lo que presentó Fonasa el año pasado en una encuesta en donde 38% de beneficiaros Fonasa dijeron que no adquirieron sus medicamentos en el consultorio u hospital. El 32% de ellos dijo que optó en comprarlos para obtenerlos más rápido. “Esto nos muestra que hay un tema de gestión a largo plazo que debemos mejorar en cuanto a la disponibilidad de medicamentos y las brechas en la ruta del paciente para adquirirlos. Si realmente las personas han optado durante este año en comprar sus medicamentos en ferias, estamos ante un problema de salud pública que debemos atender”, enfatiza Daza.
En la encuesta de CIPS-UDD se preguntó a los beneficiarios de Fonasa cómo fue su experiencia de ir a retirar al consultorio sus medicamentos. Seis de cada diez de ellos dijeron que no tuvieron problema. En cambio, el 40% manifestó algún problema: 27% porque los medicamentos recetados no estaban disponibles y 13% aseguró que la espera fue larga y se tuvo que ir.
“El gasto de bolsillo es un indicador que sirve para medir la protección financiera del sistema de salud. Chile está al debe porque el gasto de bolsillo es uno de los más altos y donde más se gasta es en medicamentos. Debemos realizar una reforma de salud que mejore esta protección financiera. Mientras los problemas de acceso más grandes se solucionan, debemos implementar estrategias que ayuden a disminuir el gasto de bolsillo de las personas en medicamentos, sobre todo para el próximo año en que puede ser complejo en lo económico. Por eso, desde CIPS-UDD, hemos desarrollado una propuesta que podría disminuir hasta en 75% el monto a pagar por las personas en cada compra en medicamentos con receta que compran en la farmacia. Esta semana daremos a conocer el Plan Universal de Medicamentos Ambulatorios que pone al centro a las personas y sus preocupaciones financieras”.
