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Gonzalo Müller: Convención, el primer dolor de cabeza del futuro gobierno de Boric – Ex Ante

El Frente Amplio sabe que debe mantener el control de la Convención, como una manera de tener más poder frente al nuevo congreso donde es minoría. Lo había logrado con la dupla Loncon-Bassa, pero al cambiar a la representante de un pueblo originario por una de un partido de  de la ex Concertación −como la socialista Ramona Reyes−, le generó un rechazo inesperado por el resto de las fuerzas de izquierda, quienes la funaron por los reparos que habría recibido el 2019 como alcaldesa de Paillaco.

Así el Frente Amplio lejos de buscar una alternativa dentro del colectivo socialista, se sumó a quienes apoyaban a Cristina Dorador, negociación mediante que le asegurara la vicepresidencia a Beatriz Sánchez. Este rápido abandono a los socialistas por parte de los frenteamplistas generó molestia y desconfianza entre quienes conversan para ser incorporados al futuro gobierno de Boric.

Esto se agrava porque otro de los candidatos del colectivo, Patricio Fernández, quien llegó a ser muy competitivo frente a Dorador, también fue funado por redes sociales, cuestionando su rol como director del The Clinic, tanto en materia laboral como de respeto a la mujer. Al mismo tiempo, después de la bajada de Barbara Sepúlveda (PC), como un gesto de allanarse a los requerimientos de ‘La Moneda Chica’. Apenas se iniciaron las votaciones quedo en evidencia que  los Comunistas estaban en su propio juego de poder.

Lejos de estar coordinados con sus socios en Apruebo Dignidad, la futura coalición oficialista, aparecían duramente enfrentados en las 8 votaciones realizadas durante las 18 horas que duró la sesión. Al votar disciplinadamente por Eric Chinga, representante del pueblo diaguita y excomunista, impidieron el triunfo de la dupla Dorador- Sánchez.

Sin duda que hoy los 118 votos que tienen las distintas fuerzas de izquierda y centro izquierda en la Convención, se terminarán ordenando y eligiendo una mesa. Pero el daño y la desconfianza instalada entre quienes aspiran a formar gobierno genera efectos tanto en la conformación del futuro gabinete en un par de semanas como en la elección de las mesas del Senado y la Cámara de marzo próximo. No solo porque la correlación de fuerzas es muy distinta, sino que también porque las heridas y funas recibidas por la centroizquierda la volverán mas cauta a la hora de entregar su apoyo, sin ninguna garantía de que sean escuchados y respetados.

La épica de la segunda vuelta en torno a la unidad de todas las izquierdas detrás de Boric no se ha quebrado; pero se ve más frágil a solo 3 semanas de la elección presidencial.

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