La jornada del día de ayer será recordada en la historia de nuestro país. No sólo por lo que votábamos, sino porque los resultados abren un escenario de incertidumbre inusual, al que no estamos acostumbrados. Este escenario será tanto para la conformación de acuerdos de la convención constitucional como para los próximos desafíos electorales que se vienen. En noviembre tendremos que renovar gran parte del Congreso, y elegir un nuevo Presidente, y los números que vimos ayer pueden entregar ciertas señales de lo que veremos los próximos meses.
En primer lugar, estamos en presencia de otra elección que nos dejó números negativos en participación. Habrá que observar que pasó con ese 10% menos de chilenos que en octubre dijo que quería una nueva Constitución y este fin de semana no concurrió a elegir a las personas que debían hacerlo. ¿La Pandemia? ¿La falta de épica? ¿la suspensión de la elección? Lo cierto que sigue pendiente el desafío de aumentar los índices de participación. Las democracias modernas y estables se construyen con una ciudadanía responsable y consciente de sus derechos y obligaciones.
En segundo lugar, y en el mismo orden como se contaron los votos el día de ayer, tenemos que observar los resultados electorales de este proceso: a) La convención constitucional. Pareciera que llegar a acuerdos no será un trabajo fácil. El oficialismo no logró llegar a la cifra mágica del 1/3 que se habían autoimpuesto como meta, y el Frente Amplio terminó de sepultar a lo que quedaba de la ex Concertación. Sorprende el número de votos que la lista del pueblo y la Nueva Constitución, lo que podría interpretarse como un castigo a la clase política tradicional. Desde el punto de vista de costos de transacción, pareciera que estos serán más altos de lo que todos los analistas esperaban. b) Los resultados de alcaldes dejan a Chile Vamos entrando a cuidados intensivos, perdió mas de 50 alcaldes en manos del Frente Amplio y la Unidad Constituyente, alguno de ellos muy emblemáticos y del circulo de la clase media. Maipú, Estación Central y Viña del Mar son solo algunos de ellos. Las buenas noticias son el número de concejales, ahí parece que el oficialismo puede buscar su capacidad de retomar las energías perdidas con los ediles.
En tercer lugar, los presidenciables. Si bien los resultados de su sector no dan para celebrar, Lavín puede estar tranquilo con su apuesta, logró instalar a Daniela Peñaloza por una diferencia importante sobre el candidato de la derecha más tradicional que representaba De la Carrera. Mujer, nueva para efectos electorales, y con preparación. Un perfil que al parecer está en sintonía con el elector del fin de semana. Otro que puede sacar cuentas alegres es Daniel Jadue. El alcalde del Partido Comunista fue reelecto con una alta votación, y su bloque obtuvo importantes triunfos. Se consolida su candidatura por sobre otras del sector. Quien no debe estar contenta con el resultado es Pamela Jiles, si bien su sector político obtuvo una buena votación, su apuesta personal y mediática en la Gobernación Regional de Santiago, perdió en manos de la ex Concertación representada por Orrego y de Oliva, la candidata del Frente Amplio.
Por último, esta elección deja un claro mensaje a la política tradicional. Estamos frente a la elección con mayores índices de volatilidad desde el regreso de la democracia. Personas que votaron un sector político hoy cambiaron su voto. Pareciera que las personas están dispuestas con menor dificultad a cambiar su voto de una elección a otra. Sin lugar a duda, estamos frente a una elección para la historia.
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