RODRIGO ARELLANO, Académico Facultad de Gobierno UDD.
La imágenes que se vieron en todo el mundo de la guardia civil y policía española reprimiendo a civiles que querían concurrir a ejercer su derecho a ejercer el voto nos golpearon a todos. A nadie le gusta ver el ejercicio de la fuerza sobre otros. El espectáculo del domingo era perfectamente evitable. Fue una crónica anunciada con bastante tiempo de antelación. Todos los mensajes recibidos iban en esa dirección.
Quienes hemos podido seguir el proceso independentista ilegal que ha liderado el gobierno de Cataluña temíamos que la jornada de ayer iba a terminar en lo que fue: un triste espectáculo donde no ha habido ningún vencedor. El gobierno de Cataluña había anunciado que el referéndum se hacía si o si, no importando ir contra la orden judicial de los tribunales de justicia.
El municipio de Barcelona también auspiciaba este acto, su alcaldesa Ada Colau (Podemos) ha sido una ferviente partidaria de llevar adelante el golpe independista.
La preguntas que debemos intentar responder hoy son dos. En primer lugar ¿Quién es o son los responsables? y segundo ¿Qué pasará con Cataluña y España? La primera es muy fácil: el principal responsable es el presidente de la Generalitat Carles Puigdemont que no sólo se ha saltando el ordenamiento constitucional sino que además ha hecho caso omiso de los estatutos de su propio congreso y ha desobedecido una orden judicial que sentenciaba la ilegalidad de la votación. Puigdemont sabía perfectamente lo que iba a pasar y al mismo tiempo sabía que era la oportunidad de ganar apoyos por medio del reproche que la violencia iba a generar en otras zonas de España. Ha logrado armar un perfecto plan.
El otro gran responsable es jefe de gobierno español Mariano Rajoy. Nunca supo leer la verdadera dimensión de lo que sucedía en Cataluña. En su gobierno anterior y lo que ha transcurrido de este se ha confiado en el funcionamiento de las instituciones constitucionales y no ha tomado medidas ni políticas ni judiciales contra los que incitaron el 1-0. No ha entendido que los populismo y los nacionalismos son ideologías que les importan muy poco los valores y principios de la democracia. Son ideologías políticas radicales que generalmente no cesan en la búsqueda de sus objetivos, y que los estándares legales no constituyen obstáculos para sus fines.
Frente a la segunda respuesta aún queda mucha agua que tendrá que correr. Lo mas probable es que el gobierno de Cataluña intente la independencia unilateral avalado por la votación del 1-0, sin embargo Bruselas ya ha anunciado que no reconocerá un nuevo gobierno. Se vienen días difíciles para España. El 1-0 abrió una caja de pandora y nadie con certeza puede anticipar en que podrá terminar este intento ilegal de independencia. Rajoy deberá hacer algo que no le ha sentado muy bien en este asunto: empezar a tomar decisiones.