Entró en crisis hace ya rato. Cedió espacios en Francia y España. Tensiona al laborismo inglés. Acá, de sus entrañas vio emerger a una fuerza contestaria, radical, que en lugar de confrontar a la derecha se afana por desplazar al padre y a todos los izquierdistas que han seguido la ruta social demócrata, la madre del estado de bienestar que ha cambiado sociedades y vidas, aunque ahora late bajo la sombra del fracaso. ¿Hacia dónde va la izquierda? Cuando el PS desechó a Ricardo Lagos optando por Alejandro Guillier, marcó una huella: rechazo a lo tradicional y repudio a la vieja política… ¿bajo embrujo del populismo? Noticia en desarrollo.
Difícil ser de izquierda en estos tiempos. Y da lo mismo si es en Chile, América Latina o Europa, con escenarios que varían. ‘Hoy, la izquierda solo sabe decirle a la derecha: ´Cualquier cosa que hagan ustedes, nosotros la hacemos mejor´. Cuesta distinguir entre gobierno de izquierda y de derecha’, dijo al El País el nonagenario sociólogo y filósofo polaco Zigmut Bauman, muerto en enero pasado, luego de dedicar su vida al estudio de asuntos sociales y escribir 57 libros. Habiendo sido comunista, fue benévolo en su comentario. Otros estudiosos, cientistas y analistas resultan más directos y lapidarios.
‘Nuestra gran falla es que no fuimos capaces de armar una gran fuerza política, un gran partido socialdemócrata renovado, que fuera la casa de la izquierda. Hace 30 años, cuando entré al PS, ésa era la idea. Ahí nos agruparíamos todos. Pero no sucedió. El PPD se constituyó como partido permanente. El PC estuvo en otra hasta hace muy poco. Y ha surgido una izquierda extraparlamentaria contestaria que busca desplazar a la izquierda tradicional más que confrontar a la derecha’, asume Carlos Ominami, a semanas de lanzar su libro ‘Lecciones de izquierda’, donde participaron líderes y ex presidentes de varios países. El ex ministro y parlamentario, ahora presidente honorario de la Fundación Chile 21, hace poco habló de esto con Ricardo Lagos. ‘¿Qué hicimos mal?, nos preguntamos. No ser capaces de construir una fuerza política sólida’, fue la coincidente respuesta.
Hay mucho más.
Mirando lo sucedido en Chile y el mundo, el independiente José Joaquín Brunner –político y académico que militó en el MAPU, MAPU Obrero Campesino, DC Y PPD- sostiene:
‘El gran error de la izquierda fue confundir su propio proyecto con la revolución. Creer que eso era lo esencial, cuando se trata de una falsa ilusión, una equivocación histórica. La idea de que las revoluciones hacen avanzar la historia me parece que, después del siglo XX, está perfectamente desacreditada. Los procesos históricos son esencialmente reformistas, graduales. Ese tipo de cambios es lo que realmente hace la historia’.
Patricio Navia, sociólogo, cientista, académico en Santiago y Nueva York, cree que en la base de la crisis de la izquierda hay dos puntos. Uno: ‘Creer que el crecimiento se daba por generación espontánea y, entonces, la prioridad era distribuir, pero el asunto es al revés: no se puede repartir lo que no tienes… Una parte importante sigue creyendo lo mismo, lo más evidente es la presidenta Bachelet, diciendo que no se puede crecer a cualquier precio’. Y dos: ‘La izquierda confía mucho en el Estado y no lo suficiente en el mercado o en los privados. Cada vez que ve un problema, su solución pasa por una nueva agenda o nuevo programa estatal. Pero el Estado es como los buenos remedios: lo debes usar para lo realmente necesario porque si recurres a él todo el tiempo, empeoras’.
Nota completa en: Diario Concepción