1 «Esta medición corresponde a Santiago, no a todo el país; a nivel nacional puede haber variaciones».

2 «Aquí no se mide intención de voto, sino preferencia. Esto significa preferir a alguien dentro de un conjunto de opciones -en este caso se dio un listado fijo con los candidatos que suenan más fuerte-, pero eso no supone necesariamente una decisión de voto para el encuestado. Dentro de esas preferencias se aprecia una ventaja de Piñera frente a Guillier, lo que refrenda lo que han mostrado otras encuestas».

3 «Dentro de las preferencias que favorecen a Piñera, y yendo ya a las votaciones, uno se encuentra con un 25% de personas que votarían por él a todo evento y otro 25% lo haría si es que no hay otra opción. Es decir, hay un voto más duro y uno más blando, cosa natural frente a una elección para la que faltan 8 meses. Y hay también un 36% que dice que no va a votar nunca por él. Lo que resulta central es que como se trata de personas que no necesariamente irán a votar, luego, cualquiera que sea el caso y la preferencia, las campañas deberán intensificar o dedicar esfuerzos a incorporar nuevos votantes o recuperar a aquellos que han dejado de hacerlo».

4 «Al tomar a ese 50% que votaría o eventualmente votaría por Piñera, nítidamente lo haría por el tema de la situación económica y el empleo, y la expectativa de que haría las cosas mejor. Factores como si es de derecha o no es de la Nueva Mayoría no tienen mayor impacto y relevancia. Esto nos da un indicio de que los sectores más indecisos son personas poco ideologizadas, y hoy día ven que el panorama económico-social está muy debilitado. No deja de llamar la atención que el factor ‘experiencia’ aparece con un 18%, lo que puede ser un elemento decisivo, además de las expectativas económicas».

5 «Independientemente de que la situación pueda cambiar una vez definidos quiénes serán los candidatos, si hoy se suman las preferencias de los de Chile Vamos y los de la Nueva Mayoría presentes en la encuesta, el 57% se inclina por alguno de los que compiten dentro del conglomerado de derecha y el 43% por los de la coalición de Gobierno. Ello podría estar indicando que en la medida en que las candidaturas de izquierda comiencen a clarificarse, la situación será distinta, redistribuyendo las preferencias por candidatos».

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