Hero Image

Noticias

Lucas Palacios (UDI) y gestión del ministro Valdés: “Está absolutamente aislado»

El ex subsecretario agrega que “El ministro, de manera progresiva, se ha ido transformando en un director de presupuesto cuyo único objetivo es mantener el déficit fiscal, pero una visión de futuro o injerencia en reformas mal hechas, nada.”

Ingeniero Comercial de la Universidad Católica y máster de Estudios Latinoamericanos en Economía Internacional de la Universidad de Salamanca en España, Lucas Palacios fue asesor de la directora de Presupuestos del Ministerio de Hacienda y se desempeñó como subsecretario del Ministerio de Obras Públicas durante el gobierno del presidente Sebastián Piñera.

También ha sido director en varias instituciones, entre ellas la Casa de Moneda y ejerció como gerente de administración y finanzas en varias empresas.

Concejal de Puente Alto durante ocho años, hoy es Vicerrector Económico de la Universidad del Desarrollo e integra el directorio de TVN.

-Esta semana se ha conocido una mala cifra de Imacec de octubre, la cual muestra una caída de 0,4%. ¿Cuál es la sensación respecto de las señales que esta cifra está entregando al país?

-Lo que más llama la atención es la incapacidad del gobierno para reaccionar. Si bien ya la cifra que hemos conocido es bastante mala, ya desde hace un par de años que estamos con una economía que no se reactiva, que pierde empleo y que registra una caída libre en la inversión. Pero como le digo: si el gobierno no ha sido capaz de reaccionar en estos años, dudo que ahora lo haga para generar las condiciones y tomar las medidas para salir del mal momento.

-¿Y son señales y cifras que se seguirán profundizando?

-Espero que no, pero son señales que ratifican las pésimas condiciones en que está nuestra economía. Todo ello producto de pésimas políticas públicas y reformas mal hechas.

-¿Y tiene claro cuál es el elemento clave que ha marcado esta tendencia negativa de la economía chilena en el último tiempo?

-Hay un cúmulo de malas decisiones económicas, partiendo por una reforma tributaria mal hecha. A ello se ha sumado la incertidumbre que genera la reforma laboral que atenta contra el empleo y el desarrollo. Sumemos lo que pasa con la reforma a las aguas, con las dudas que genera en el sector agrícola e industrial. A todo este panorama se suma las dudas respecto de lo que sucederá con el proceso de reforma constitucional. Todas las señales son equívocas. El gobierno dice que las cosas van bien, pero al menos un 70% de la caída del desempeño de nuestra economía es atribuible a políticas internas. Por eso es que ninguna autocrítica es, al menos, una ingenuidad por parte del gobierno.

-En medio de este escenario, ¿cómo califica la gestión del ministro Valdés? ¿Es tan casi “heroica” como algunos quieren hacerla aparecer por haber resistido los embates desde la propia Nueva Mayoría?

-Para nada es heroica. El ministro, de manera progresiva, se ha ido transformando en un director de presupuesto cuyo único objetivo es mantener el déficit fiscal, pero una visión de futuro o injerencia en reformas mal hechas, nada. Ha estado absolutamente ajeno a ese debate.

-Pero algo bueno habrá hecho en medio de las fuertes presiones que ha debido aguantar desde la propia Nueva Mayoría…

-Está haciendo lo que puede, pero está absolutamente aislado dentro del gobierno, muy solo. Se ha impuesto como meta no seguir incrementando el déficit fiscal y eso, para un ministro de Hacienda, es un poco pobre. Tampoco ha tenido injerencia relevante en otras materias que son importantes para el devenir económico del país, como temas asociados a inversión o cuestiones laborales. Tampoco ha podido influir para que los ejercicios futuros en materia fiscal estén contenidos, por lo que el próximo gobierno deberá contener un gasto fiscal alto y ya comprometido.

-¿Algún logro a destacar de su gestión?

-Quizás haber cerrado el presupuesto 2017 dentro de ciertos márgenes que nos permiten seguir pensando a Chile como un país serio. Y es algo relevante en medio de la situación que enfrentamos, ya que las ganas de comenzar a abrir la billetera y ponerse a gastar son inmensas.

-¿Cree que esa ha sido una presión importante por parte de algunos sectores de la Nueva Mayoría?

-Sin duda, han presionado mucho al ministro Valdés. Al menos ha tenido una fuerte voluntad  por no pasarse de un déficit fiscal de 3,1 el cual, por lo demás, es bastante más alto del déficit que él recibió, el cual fue de 0,6.

Las dudas económicas de la NM

-Precisamente lo del control del déficit ha sido expuesto como una cuestión relevante en la gestión de Valdés. ¿Usted no lo ve así?

-Él habla de una convergencia de déficit cero al 2024. Pero es muy fácil entregar a otros la responsabilidad de volver a ordenar el país. Le insisto: está muy lejos de un desempeño heroico en materia económica.

-¿Cuáles son a su juicio las medidas prioritarias que debiera tomar el gobierno para revertir el mal momento económico?

-Debiera dar señales claras en empleo y en materia de inversión para que el sector privado recupere la confianza para invertir y contratar. Así es como se mueven las economías modernas. Todo lo demás es ir por el camino equivocado.

-La carrera presidencial está desatada. ¿Qué visualiza en materia económica desde las opciones presidenciales de la Nueva Mayoría?

-Lagos tiene experiencia como gobernante y entiende que la economía debe reactivarse desde la inversión. Pero está con un discurso dual: apoya la reactivación económica, pero también apoya las reformas del gobierno. Está en una situación incómoda. Insulza no ha entrado al terreno económico, pero cuando lo haga también enfrentará la contradicción de Lagos.

-¿Y Guillier?

-Él es la continuidad de la Nueva Mayoría. No quiere reconocerlo, pero es lo mismo que Bachelet. Solo intenta camuflarse y para ello retrasa al máximo sus definiciones. Pero es un veranito de San Juan, ya que no puede seguir en el limbo, ya que la ciudadanía va a exigirle respuestas concretas.

-¿Qué hay de la derecha? ¿Hay una línea común en materia económica entre los candidatos del sector?

-Hay diferencias. Por ejemplo, en el caso del ex presidente Piñera, hay claridad que sin una economía robusta cualquier política social tiene menos alcance. Tiene experiencia y en su gobierno la economía crecía al 5,3 %.

-¿Ossandón es un misterio?

-No entra demasiado el tema económico. Alude más a su experiencia en la calle y hace referencia a los sectores más vulnerables. Es un discurso distinto: Piñera se basa en la experiencia, mientras que el de Ossandón es más social.

-¿Y los Kast?

-Felipe Kast tiene una mirada social y José Antonio Kast más ético, desde el deber ser y la recuperación de la confianza. Como sea, el discurso más contundente y que mejor interpreta la realidad que enfrenta el país es el del ex presidente Piñera.

-¿Cree que será central el tema económico en la campaña presidencial que se avecina?

-Lo que pasa es que el tema económico es complejo y árido. Por eso, si es que se impone un discurso más populista durante la campaña, lo que veo es que se terminarán imponiendo otras promesas a la ciudadanía, lo cual sería gravísimo.

Ver entrevista completa AQUÍ.