Deberíamos avanzar hacia comunidades de aprendizaje más pequeñas, mayor autonomía en la gestión y mayor rendición de cuentas. Esto requiere aumentar la confianza en nuestros líderes escolares y reconocerles por el trabajo bien hecho. Adicionalmente, directivos y docentes deberían ser evaluados de forma constante y no solo por sus prácticas pedagógicas, sino también por los resultados de sus educandos
Si bien Chile destaca a nivel latinoamericano, no supera el promedio de los países de la OCDE en las pruebas internacionales. Por su parte, países tan distintos como Canadá, Finlandia, Estonia, República Checa y Estados Unidos se sitúan por sobre la media de la OCDE ¿Qué hacen estos países para alcanzar aprendizajes significativos?
El Centro de Innovación Educativa (de ahora CEI) es una organización sin fines de lucro con sede en Nueva York, líder en la promoción de importantes reformas en la educación pública y que cuenta con algunas respuestas.
El CEI promueve, por ejemplo, el desarrollo de pequeñas comunidades de aprendizaje: la clave está en escuelas de pocos alumnos donde el Director tenga reales posibilidades de generar transformaciones en los procesos de aprendizaje. En un edificio pueden existir dos o tres escuelas, con distintos directores que están pensando en las particularidades de sus educandos, ofreciéndoles programas especializados para sus necesidades educativas.
Asimismo, el CEI promueve una administración escolar con herramientas del mundo privado lo que permite dirigir el centro educacional hacia metas concretas y orientadas al logro de cada estudiante. Más importante aún, es que el Director posee alta autonomía en su gestión, es el mentor de su equipo docente y, por tanto, un líder validado y reconocido por toda la comunidad escolar.
El Manhattan Center for Science and Mathematics H.S. ubicada en el Bronx, pasó de ser una escuela de baja reputación y con altos índices de violencia escolar, a ser reconocida como una de las mejores High School del Estado de Nueva York. Especializada en Ciencias y Matemáticas, ha desarrollado un novedoso programa de robótica y ofrece una serie de cursos optativos en Artes y Humanidades. Su principal propósito es que sus alumnos, primordialmente inmigrantes, logren aplicar o ser seleccionados para ingresar a la Educación Superior.
Por su parte, M.S 232 Middle Schools, también ubicada en el Bronx y con un matrícula mayoritariamente de inmigrantes, centra su gestión en ir más allá de objetivos meramente educativos. Sus alumnos tienen diversas necesidades y su director orienta su gestión a resolver todos ellos. Su meta es que sus alumnos ingresen a los liceos más prestigiosos de Nueva York.
Por último, el Charter Schools For Educational Excellence, es una escuela primaria ubicada en el barrio de Yonkers, colindante con el Bronx y donde su población está compuesta mayoritariamente por inmigrantes. El CEI fue el promotor de las Escuelas Charter en Nueva York que desde 1990 les otorgó mayor autonomía a cambio de una mayor rendición de cuentas, obteniendo excelentes resultados en los aprendizajes de los estudiantes. El método de enseñanza de esta escuela está enfocado en atender las necesidades especiales de cada alumno de forma diferenciada. La escuela cuenta con salas de estudio para el trabajo personalizado con grupos de 6 a 8 alumnos. Por ejemplo, en estas aulas se refuerza el inglés de forma especializada según el idioma de origen y/o se atienden alumnos que presentan dificultades en la adquisición de aprendizajes significativos.
Asimismo, el sistema escolar neoyorkino promueve un método de evaluación constante, tanto de la gestión administrativa como pedagógica. Por su parte, los docentes son evaluados varias veces en el año tanto por sus conocimientos, prácticas pedagógicas como por los avances de sus estudiantes. La premisa del CEI es que un buen profesor debe ser evaluado en un 60% por sus prácticas pedagógicas y un 40% por el avance en el aprendizaje de sus educandos. Esto último, se obtiene gracias a exámenes estandarizados aplicados por el Estado de Nueva York, siendo sus resultados transparentes a nivel de escuela y alumno.
Junto con lo anterior, algunos los liceos de Nueva York (High School) establecen importantes alianzas con prestigiosas universidades americanas. Esta alianza consiste en que los estudiantes durante su educación media adelantan materias universitarias que luego son reconocidas cuando ingresan a la educación superior. Para esto las universidades acreditan tanto a los profesores que dictarán estos cursos como los programas académicos. Las escuelas también promueven fuertemente los talentos deportivos, académicos, artísticos, entre otros, esto como forma de ingreso a la educación superior.
Sin duda, la experiencia del Sistema Escolar de Nueva York y el trabajo del CEI abre una ventana de oportunidades para promover políticas públicas exitosas en Chile y para reconocer o prever los efectos que tendrán las reformas impulsadas en nuestro país.
En síntesis, deberíamos avanzar hacia comunidades de aprendizaje más pequeñas, mayor autonomía en la gestión y mayor rendición de cuentas. Esto requiere aumentar la confianza en nuestros líderes escolares y reconocerles por el trabajo bien hecho. Adicionalmente, directivos y docentes deberían ser evaluados de forma constante y no solo por sus prácticas pedagógicas, sino también por los resultados de sus educandos. Más importante aún es respetar la particularidad de cada proyecto educativo como pilar fundamental de la libre elección de padres y apoderados.
Por último, las voces que promueven la eliminación del SIMCE y la poca transparencia en la entrega de sus resultados, incrementan las posibilidades de tomar decisiones técnico-pedagógicas bajo incertidumbre, oscureciendo el futuro de los escolares chilenos.
Columna publicada en El Mostrador 14/02/2016