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Descrédito de las autoridades por Miguel Ángel Fernández

Muchos podrán argumentar que es un mal manejo comunicacional, pero lo datos dictaminan que el descrédito afecta a las autoridades de manera especial, arrastrando a las instituciones tras ellas a un abismo en el horizonte.

La última encuesta Adimark no parece ser una sorpresa para nadie. La aprobación histórica más baja de la Presidenta Bachelet se condice con el peligroso momento de nuestro sistema político. Lo problemático es cómo esto se arrastra hacia las instituciones tras las autoridades en tela de juicio.

La información revelada a la opinión pública por los casos de financiamiento político y tráfico de influencias, golpea fuerte a un gobierno que prometió reformas profundas que solucionarían la vida de los chilenos. Ese nuevo aire que respiraba la Nueva Mayoría tras su rotunda victoria parece esfumarse hoy, y el único causante de esto es el problema de la ética de algunas autoridades, cuestión rechazada por los ciudadanos.

Como todo fenómeno que ocurre en nuestra sociedad, es importante mirarlo desde diferentes aristas. En este caso, desde el descrédito de las autoridades y coaliciones que los aglutinan. En el caso de estas últimas, tanto la Alianza como la Nueva Mayoría están en decadencia. El 63% de desaprobación de la primera y el 74% de la segunda son el resultado de un enfermo en la UTI; mientras que para las autoridades es un punto crítico el que sólo una ministra mantenga su aprobación

Así, mientras la centroderecha se rearticula en nuevos partidos – como Evópoli- y busca un norte coherente para enfrentar las próximas elecciones, una coalición refundada -como es la Nueva Mayoría- parece haber desgastado en menos de 18 meses el apoyo de la ciudadanía.

Muchos podrán argumentar que es un mal manejo comunicacional, pero lo datos dictaminan que el descrédito afecta a las autoridades de manera especial, arrastrando a las instituciones tras ellas a un abismo en el horizonte. Esto último es lo que pone en jaque a nuestra democracia, ya que personas pueden desaparecer, pero las instituciones deben persistir.

Publicada en La Tercera 02/04/2015