La Presidenta Michelle Bachelet ñrmó el proyecto de ley que modifica el sistema electoral para las elecciones parlamentarias, incluyendo una consideración interesante y polémica: los partidos políticos deberán presentar una tasa obligatoria de 40% de candidatas mujeres.
Es paradójico que con la disminución del número de distritos esta medida posea un efecto real sobre el número de mujeres que participan en los comicios, cifra que de manera natural ha ido en aumento (35 candidatas que representaban un 8% de los candidatos en 1989, a 90 candidatas que representaban el 19% en 2013).
Países que poseen este tipo de leyes, como Armenia, Burundi, Brasil, Irak, México entre otros 65 en el mundo en general son los que tienen menores porcentajes de libertad política y económica en índices internacionales.
Cabe preguntarse si son los mecanismos que restringen la libertad de los partidos políticos -y en consecuencia del sistema democráticouna herramienta efectiva para incentivar la participación femenina. La falta de respuestas a esta interrogante no es más que el reflejo de una reforma electoral que requiere mayor discusión y criterio técnico, dejando de lado anhelos ideológicos que podrían mermar su implementación y disminuir su eficiencia.