Urge la necesidad de levantar una encuesta longitudinal de largo plazo y de mejorar la encuesta de los más pobres entre los pobres: la población de situación de calle. Sólo esta información, en combinación con datos administrativos, permite el entendimiento de este tipo de fenómenos, no sólo para su análisis político o académico, sino para su erradicación.
Tras el anuncio del gobierno de crear una comisión que revise y planifique la Encuesta Casen 2015, surgen una serie de desafíos a resolver antes de su licitación.
Esta planificación requiere la evaluación de otras dimensiones del desarrollo, así como también la incorporación de nuevos indicadores de fenómenos tan importantes como la seguridad, el capital social o la resistencia a shocks. Si bien la Casen 2013 incluye otras dimensiones a las incorporadas en el índice, éstas se sustentan en preguntas subjetivas cuya comparación interpersonal y temporal es cuestionable. Sería interesante empezar a evaluar y testear posibles indicadores de segunda generación, en vez de improvisar en cinco años más. Por otro lado, de ser complementada con instrumentos adicionales que permitan la comparación y el seguimiento de los individuos y hogares.
Urge la necesidad de levantar una encuesta longitudinal de largo plazo y de mejorar la encuesta de los más pobres entre los pobres: la población de situación de calle. Sólo esta información, en combinación con datos administrativos, permite el entendimiento de este tipo de fenómenos, no sólo para su análisis político o académico, sino para su erradicación.
Finalmente, los resultados de la Casen pueden y deben incidir en el control de los ciudadanos sobre sus autoridades nacionales, pero sobre todo locales. La validación de la Casen pasa por la posibilidad de tener datos comunales representativos, a pesar del alto costo que esto implica. Datos que permitirían entender los desafíos, y a sus votantes evaluar objetivamente la labor de su gobierno local.
Carta publicada 07/04/2015 en La Tercera