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Rodrigo Arellano: Nuevas elecciones en España: El fracaso de la izquierda

¡Cuarta elección en cuatro años! ¿Quién tiene la culpa? Pedro Sánchez desde la sesión de ayer las ha emprendido con todos los líderes de los partidos importantes haciéndoles ver su grado de responsabilidad. Esto demuestra la ceguera con que ha actuado. Acá el gran culpable es él.

Solo bastaba un pequeño acuerdo para que Pedro Sánchez, el líder del partido socialista español, pudiese ser presidente por medio de una elección democrática. Pero no, la izquierda española volvió a fracasar. Unidas Podemos finalmente no dio sus votos para llegar a la mayoría numérica que requiere el sistema político español.

Tras meses intentando lograr un acuerdo, finalmente el rey ha decidido no optar por ningún líder de los partidos más votados para intentar una nueva investidura. Esto siginifica que por cuarta vez en cuatros años España vivirá una nueva elección general. Quien fuera el líder de la moción de censura y posterior caída de Mariano Rajoy ha tenido su propia caída. Una que le ha dolido mucho y que solo un resultado que le dé una abrumadora mayoría el próximo 10 de Noviembre, podrá calmar.

Son dos las preguntas que merecen mayor atención en este momento. Una para evaluar donde estuvo el error y otra para proyectar lo que vendrá en el futuro. La primera: ¿Quién tiene la culpa? Pedro Sánchez desde la sesión de ayer las ha emprendido con todos los líderes de los partidos importantes haciéndoles ver su grado de responsabilidad. Esto demuestra la ceguera con que ha actuado. Acá el gran culpable es él. Meses intentando llegar a un acuerdo. Solo bastaba un gesto para Ciudadanos (asegurar que no indultaría a líderes del proceso de Cataluña si la sentencia fuese condenatoria) o bien ceder espacios en el gobierno a Unidas Podemos. La soberbia y el mal calculo pudo más. Acá el gran culpable es Sánchez; él fue el candidato más votado y, por lo tanto, el llamado a buscar acuerdos. De esa manera se entienden los régimenes parlamentarios. En segundo lugar, Pablo Iglesias. Su discurso de cambiar la política española y encantar a los desencantados del Partido Socialista no se ha plasmado con hechos concretos y ha caído en los mismos males que había criticado.

La segunda pregunta: ¿Qué viene ahora? Una nueva elección general el 10 de noviembre. Repito hasta la majadería: ¡Cuarta elección en cuatro años! Esta elección es muy probable que tenga dos perjudicados: Unidas Podemos y Vox. Elecciones que apelan a la cordura y al voto útil tienden a perjudicar a la extremos. Además, el partido de Iglesias enfrenta las recriminaciones de todos los sectores de izquierda por negarse una segunda vez a dar los votos necesarios para que gobierne la izquierda (la primera fue el 2015 y terminó gobernando el Partido Popular). La pregunta central es quién se hará de esos votantes. Si las encuestas aciertan es muy probable que vuelva a ganar Pedro Sanchéz, pero sin mayoría. Es decir, estaríamos frente a un escenario similar al actual. Es de esperar que en estos meses den espacio al entendimiento. España no merece una nueva elección.