Camilo Escalona ha instalado un concepto claro y nítido: el clima de crispación actual poco favorece a quien espera hacer reformas importantes. El ex senador y presidente del Instituto Igualdad, está a favor de las tres reformas planteadas por el gobierno de la Presidenta Bachelet, de eso no hay duda, por lo que su comentario y experiencia apuntan más bien a la falta de destreza política y comunicacional que podrían hacerlas naufragar.
Si revisamos tanto el tono como la lógica que plantea el video “tributario” producido por los responsables comunicacionales del Gobierno, siguen la misma línea que ha desplegado el ministro Arenas; esto es, que se está a favor o en contra de la reforma, sin tolerar ni críticas ni dudas. Otra desafortunada frase del ministro de Hacienda es que, cuando él habla, informa, pero cuando hablan los demás, desinforman. Por lo mismo, no es casualidad que ya desde la propia coalición de gobierno se haya criticado tanto la forma como el fondo del video. En palabras del ex titular de Hacienda Andrés Velasco, se trata de un video políticamente torpe.
¿Qué queda de ese llamado inicial de la Presidenta Bachelet al diálogo? Después de ver el clima producido por la conducción política de la reforma tributaria, parece que poco o nada ha sido escuchada la Presidenta por sus propios ministros. Hay varios de ellos que no logran hacer el cambio de switch entre ser un dirigente político de trinchera y ser un ministro de Estado con obligación de gobernar para todos los chilenos, y en este cambio nada mejor que observar el lenguaje y lo poco que se cuidan de no caer en la descalificación personal de quien no comparte sus propuestas.
Este estilo de confrontación, que ha proscrito la palabra diálogo, empieza a reflejarse en una mala evaluación ciudadana de las propias reformas. En estas cinco semanas, desde que se presentó la reforma tributaria, su apoyo cayó 12 puntos, un brusco cambio en la opinión pública que indica que algo está fallando en la conducción política.
Por su cercanía con la Presidenta, por los nombramientos del equipo económico, donde no tiene contrapeso, todo llevaba a concluir que Alberto Arenas era el ministro más poderoso del gabinete y que su influencia podía ir más allá de su propia cartera. Es por lo mismo que, al momento de revisar los errores políticos y comunicacionales cometidos en estas semanas, los ojos se posan frecuentemente en él.
Ignacio Walker, quien mejor ha capitalizado los errores del Gobierno, a partir de lo que ha logrado fortalecer su posición dentro de la Democracia Cristiana, volvió a la carga apuntando esta vez por la ejecución del famoso video, que dijo no compartir, y transmitió a los encargados del Gobierno que no por simplificar el discurso se debe distorsionar el mensaje.
Estas diferencias al interior del Gobierno sobre cómo comunicar la reforma y cómo abordarla políticamente hoy son sólo matices, pero se irán agudizando en la medida en que se insista en el lenguaje descalificador visto en el video o, peor aún, se multipliquen en terreno las acciones en el mismo tono, que sólo genera división.
Pero no es el trámite legislativo de la reforma tributaria lo que está en juego, ya que salvo un descalabro mayor su aprobación está asegurada. Lo que sí a estas alturas parece un hecho es que los parlamentarios de la Nueva Mayoría leerán con atención lo que están avalando con su voto, pues su propio instinto les dice que la sintonía con la calle se ha ido perdiendo. Y que una victoria pírrica, como sería aprobar la reforma únicamente con los votos propios, puede traer como consecuencia no sólo un aumento de la crítica interna hacia el mal manejo político, sino que también una consolidación en el tipo de oposición que podrían enfrentar hacia adelante.
Fuente: Diario La Segunda.