El vicerrector de Postgrados, Educación Continua y director de Investigación de la Facultad de Economía y Negocios de la UDD destacó la labor que lleva adelante Rodrigo Díaz, pero considera que los intendentes deben tener más atribuciones para ejecutar las políticas públicas, que hagan despegar a la Región del Biobío.
La Región del Biobío ha tenido en los últimos años un mejor desempeño que el resto del país, lo que es una buena noticia y lo «asigno a algo importante, que ha funcionado bien, que son todas las políticas proemprendimiento e innovación», dice el ex ministro Cristián Larroulet. Sin embargo, agrega que no se puede pedir todo a ese modelo, pues hay que apuntar a las iniciativas de empleo e inversión. Y esto se está empezando a reflejar negativamente en la zona.
En conversación con este medio el actual vicerrector de Postgrados, Educación Continua y director de Investigación de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad del Desarrollo, el ingeniero comercial Cristián Larroulet, hizo un crudo diagnóstico de la realidad del país.
Quien fuera ministro secretario general de la Presidencia en el gobierno de Sebastián Piñera, indicó que la Región ya está mostrando índices negativos, como el Inacer de trimestre julio septiembre que llegó a -0,5% y la desocupación, que de acuerdo al último informe del INE, en el trimestre agosto-octubre de 2016 se situó en 7,3%, la cuarta a nivel nacional.
Pese a que el desempleo se ha estabilizado, hizo ver que no hay que equivocarse, porque detrás de esto hay un deterioro en la calidad del empleo. «Hoy día, el 80% en el aumento de la ocupación se debe a cuenta propia», subrayó. Estos son indicadores que vienen mostrando una situación que «yo considero grave. Es verdad que el -0,4% que arrojó el último Indice Mensual de Actividad Económica (Imacec) está influido por temas puntuales, como 4 días me nos, huelgas del sector público, pero el fondo es que la economía chilena no está creciendo más del 2%».
Al calcular el incremento de la población, se está creciendo entre 1 y 0 per cápita, lo cual significa que «estamos alejándonos de la meta del desarrollo, de la equidad porque no hay posibilidad de hacer de este país más grande y justo sino hay crecimiento económico».
SE CAE
Con esto, reconoció, se cae el discurso del gobierno que apunta en esos sentidos, porque las sociedades hoy necesitan que haya crecimiento, porque son mucho más exigentes en temas de oportunidades. Si no hay impulso económico las opciones de mayor y mejores trabajos no existen.
También, recalcó, las sociedades son demandantes en igualdad porque al no haber crecimiento no hay más recursos para poder financiar las tareas del gobierno en salud, educación y delincuencia.
En ese sentido, el ex ministro consideró como un desastre la reforma tributaria. «Toda evidencia académica muestra que cuando se suben los impuestos a las corporaciones, afecta la tasa de inversión. Eso fue dicho desde el año 2013 y hoy día está pasando que la inversión está estancada desde hace tres años. Esto significa que es muy difícil retomar el crecimiento», recalcó.
Por ende, estimó que todo lo que está pasando en Chile demuestra que la reforma tributaria fue una calamidad. Ahora, en cuánto este proyecto ha afectado al Producto Interno Bruto (PIB), Larroulet dijo que para ponerlo en términos más amplios hay un debate sobre cuánto perjudica. Al compararlo con el gobierno pasado, el crecimiento promedio fue de 5,3% y esta administración será de 2%, la tasa más baja desde la década de los 90.
El economista remarcó que la Presidenta Michelle Bachelet tiene un récord. En su primer gobierno su número promedio fue de 3,3%, batió la marca de tener un incremento medio desde 1990 y ahora le ganó a ese resultado. «Ahora, cuánto de eso se debe a las políticas internas o a un ciclo económico adverso internacional, explicado por el menor precio de los commodities, para el caso de Chile, el cobre. Creo que, de acuerdo a los estudios, el 60% se debe a factores domésticos y el resto a externos. En el fondo, no es solo la reforma tributaria, también lo es el cambio laboral», aclaró.
Pero no es solo eso, porque recordó que hace unos días el Indicador Mensual de Confianza Empresarial (Imce), que elaboran Icare y la Escuela de Negocios de la Universidad Adolfo Ibáñez (UAI), marcó 40,97 puntos en noviembre. Esto representa una caída de 1,76 unidades en comparación al mes inmediatamente anterior (octubre, cuando se situó en 42,73 puntos) y una baja de 1,54 puntos frente a la medición de noviembre del año pasado (42,51). Es, además, el cuarto menor registro de este año.
MENOS INVERSIÓN
Y además destacó que hay otro elemento clave en política económica, que es la incertidumbre. «Cuando tu no sabes cuánto va a cambiar la reforma tributaria o qué va a pasar con la definición constitucional sobre el derecho de propiedad, cuando avanza un proyecto de ley de cambio al Código de Aguas que deteriora la propiedad en el uso del recurso… todos son elementos que generan incertidumbre y, cuando eso ocurre, la gente invierte menos», consideró.
Pese a todo esto, Larroulet dijo que es optimista sobre el futuro del Biobío y del país, pues esto está muy asociado a errores de política pública, con reformas mal hechas y una generación de vacilaciones que no son necesarias. Las bases en materia económica están muy sólidas, con una inflación controlada, un Banco Central prestigiado y hay una regla fiscal, pero lo que se necesita es generar de nuevo confianza a los consumidores, a los empresarios y a los emprendedores.
«Cuando eso se genera de nuevo, la economía chilena despegará. Para esto se necesita un buen diagnóstico de lo que está pasando. Por ejemplo, oportunidades de trabajo, reforma en el mercado laboral, las cuales hay que hacer, pero en la dirección de dar más oportunidades laborales a la mujer», cree.
Al hacer eso, se pueden generar entre 600.000 y 700.000 nuevos empleos, lo cual afecta un 1 punto más en el PIB. En materia de inversión, se sabe que la burocracia limita enormemente proyectos. Si se moderniza el Estado y se agiliza, se puede agregar otro punto de crecimiento. Y tercero, hay un tema de productividad, que está asociado a capital humano, capacitación, a cambiar regulaciones en sectores de servicios y eso puede ser un nuevo punto. «Por lo tanto, de dos puntos que estamos creciendo, podemos pasar a 5%», estimó.
En relación al trabajo que viene desarrollando el intendente Rodrigo Díaz en la zona, el ex secretario de Estado consideró que ha hecho una muy buena labor y eso lo lleva a otro tema: falta dar más autonomía de gestión y de política a los gobiernos regionales, es decir, cambiar sus competencias. «Para mí, esa es la prioridad de la política de descentralización, no es la elección directa de los intendentes. Necesitamos darles atribuciones para que puedan gestionar las políticas con mayor autonomía», cerró.
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