“La caja de Pandora: Hacia un nuevo mapa de la Educación Superior”. Así se llama el libro lanzado hace un mes, en el que entregan su mirada diversos personajes públicos que han estado vinculados a la educación, ya sea desde el Gobierno, las universidades, el Congreso o las marchas.
El ex rector de la Universidad de Chile, Luis Riveros, participó en la confección del libro y este es su comentario sobre el texto.
“Esta obra, publicada por la Facultad de Gobierno y el Centro de Políticas Públicas de la Universidad del Desarrollo, por el Centro de Políticas Comparadas de Educación de la Universidad Diego Portales y por la Cátedra de Políticas Comparadas de Educación Superior de la UNESCO, condensa diversos puntos de vista sobre una materia de decisiva importancia para Chile. El libro presenta las entrevistas a una serie de actores relevantes del sistema de educación superior, abriendo discusión sobre temas contingentes a la vez que estructurales con relación a los diversos ámbitos de la educación superior chilena. El contenido de la obra se proyecta decididamente al ámbito de preocupaciones fundamentales sobre el destino de este sector de la educación, primando consideraciones variadas sobre su diseño, los incentivos, las reglas y los mecanismos de interacción público-privado. Para cumplir con su objetivo, los autores congregaron a un número importante de actores relevantes del sistema, incluyendo Rectores, ex Rectores e intelectuales preocupados de esta temática, quienes presentaron sus visiones en un amplio rango de materias.
La Educación Superior chilena sufrió agudos cambios en la década de 1980. Muchos de ellos trataron de responder a la necesidad de expandir la cobertura de la universidad, que hasta los años 70 incluía a no más de un 10% de la población entre 18 y 24 años. Siguiendo las doctrinas en boga, y no existiendo un contraste de ideas propicio a mejores decisiones, se implementó una estrategia “de mercado”, liberalizando el ingreso de nuevas instituciones y adoptando una visión de precios para enfrentar el crecimiento del sistema. Este modelo fue exitoso en proveer crecimiento en la cobertura, que al cabo de los años alcanza ya a casi 50% de la población entre los 18 y los 24 años, pero dejando mucha insatisfacción en cuanto a una heterogénea calidad y alta inequidad distributiva de los resultados observados. Existe insatisfacción con las políticas instauradas en aquella época, pero más aún con la ausencia de correcciones vitales para superar los defectos inherentes al modelo y a la forma en que el mismo se implementó. Un proyecto de ley que, 25 años después de comenzar la llamada transición a la democracia, pretende ahora corregir todos los problemas pendientes con una visión unilateral que es abordado en este libro a través de las posiciones de los distintos actores entrevistados.
También intentaron las transformaciones adoptadas en la década de 1980, recuperar la enseñanza técnico profesional, que había venido sufriendo un acelerado desgaste producto de poco propicias políticas educativas generales. En efecto, éstas habían subrayado esencialmente a la Universidad como el único destino de la educación superior, dejando de lado la formación de los niveles técnicos que requiere el normal desarrollo del país en términos de la composición del empleo. Así surgieron los Institutos Profesionales y los Centros de Formación Técnica, que son producto de una visión que no concebía una diferencia estructural en cuanto a la misión de ambos, y que no cumplían con el papel estratégico que se presumía necesario al incorporarlo explícitamente en el nuevo esquema de la educación superior. Tampoco este ámbito de política experimentó ningún cambio fundamental en las medidas adoptadas post 1990, no siendo tampoco atacado con decisión en el nuevo proyecto de ley que actualmente se discute.
El plano del financiamiento ha sido uno de los más mencionados por parte de los participantes en el libro, abriendo preguntas respecto a la validez que tendría como prioridad la gratuidad universal perseguida por el actual Gobierno. Se señaló que esto no es viable, en la medida en que exista desfinanciamiento de la universidad estatal y de los programas relativos a investigación y desarrollo, como asimismo en materia de posgrado y perfeccionamiento académico, que mantiene en serios problemas a las distintas instituciones tanto públicas como privadas. Diversos participantes en este libro sostienen la necesidad de una discusión integral sobre esta materia, lejos de los slogans y de las ideas con horizonte temporal limitado que han sido las que más han abundado recientemente. Un problema que no ha sido atacado estructuralmente con líneas de política que el país, y los actores de la educación superior, miran con profunda inquietud.
En particular, varios entrevistados pusieron énfasis en las fallas estructurales del sistema educativo nacional. De este modo, se manifiesta preocupación por la calidad efectiva de la educación básica y, sobre todo, media, que lleva a la universidad y a los otros centros formativos de la educación superior, un legado de retraso formativo que afecta la calidad del trabajo de estas instituciones. Varios creen que no será posible una reforma esencial en materia de calidad y equidad de la educación superior, si primero no se aborda con decisión los similares problemas que enfrenta la educación general en el país, especialmente en vistas a su componente público o municipalizado. La crítica que se contiene en esta visión, es que la discusión sobre los temas educativos se ha llevado a cabo en compartimentos inapropiados en cuanto a la integralidad que requiere el enfoque sobre los recursos humanos y la ciudadanía del siglo XXI.
El libro provee la opinión de muchos líderes que tienen una visión concreta sobre la educación superior y las transformaciones que necesita. Contiene propuestas específicas sobre un problema complejo y multidimensional, y que debe preocupar a nuestra sociedad y sus dirigentes de manera prioritaria. Desde ese punto de vista es una lectura que debe impregnar de esperanza puesto que el contenido de la obra muestra que la cuestión no radica en la ausencia de ideas y propuestas, sino más bien en la falta de oportunidades para que éstas sean la semilla que origine un cambio que el país necesita”.
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