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21 propuestas para eliminar el cáncer en cervicouterino en Chile en la próxima década

Expertos nacionales se reunieron durante un año para analizar el panorama de Chile entorno al cáncer cervicouterino: evaluaron la evidencia internacional, realizaron un diagnóstico y teniendo en cuenta la estrategia global para eliminar el cáncer cervicouterino  presentada por la OMS en 2022 decidieron entregar 18 recomendaciones reales y plausibles para llevar a cabo en contexto chileno con el propósito de erradicar esta enfermedad y evitar las más de 800 muertes anuales que existen por este cáncer en Chile.

Fue el Centro de Políticas Públicas e Innovación en Salud (CIPS-UDD) quien convocó a fines del año 2023 a los mejores especialistas en cáncer a nivel nacional para invitarlos a colaborar en un trabajo cuya finalidad era hacer un diagnóstico y dar recomendaciones de políticas públicas para la erradicación del cáncer cervicouterino. Los especialistas dividieron en mesas, de acuerdo a su experiencia y según los pilares recomendados por la OMS: prevención, detección y tratamiento.

Estas recomendaciones se darán a conocer el próximo 11 de diciembre en el “Seminario Internacional de Cáncer Cervicouterino en Chile: Recomendaciones para su Eliminación” que se realizará en la Universidad del Desarrollo en la comuna de Las Condes.

La pobreza y la vulnerabilidad son factores que determinan el acceso, tratamiento y diagnóstico oportuno a esta enfermedad. La mortalidad por este cáncer es mayor en quienes tienen menor cantidad de años estudiando en el sistema escolar. La OMS plantea que este es un problema de salud pública y que hay que erradicarlo. Como equipo creemos que si se implementan estas 21 medidas llegaremos a esta meta en Chile para 2034 y, lo que es mejor, estaremos eliminando una enfermedad social”, dice Paula Daza, directora ejecutiva de CIPS-UDD.

Cada mesa realizó entre siete a ocho propuestas, sin embargo, hay tres que llamaron transversales y que creen son esenciales para avanzar en los tres pilares. En primer lugar, es tener un sistema informático integrado que permita realizar la trazabilidad de las mujeres desde que se vacunan, incluyendo su detección y tratamiento si corresponde y todas las derivaciones y su ruta dentro del sistema. En segundo lugar, la educación en distintos niveles de atención de salud, tanto a profesionales como a usuarios del sistema y también incorporar al sistema educativo. En tercer lugar y quizás lo que será un gran desafío país, es implementar un sistema de vigilancia de Virus Papiloma Humano en donde se pueda hacer un monitoreo de la prevalencia de este virus en la población, tal como fue propuesto en el decreto 7 el 2019. Este grupo de expertos se ha propuesto implementar el primer observatorio para el virus papiloma humano de Chile lo que permitirá poner en marcha estas recomendaciones para disminuir la incidencia y mortalidad como ha ocurrido en otros países que han avanzado en esta materia.

“Desde CIPS tenemos la certeza que este observatorio nos permitirá contribuir en la construcción de políticas públicas que sean efectivas para la eliminación del cáncer cervicouterino. Este grupo cree en que esto no se trata solo de cumplir con una meta, sino que es un trabajo conjunto, que debe monitorearse, evaluarse y adaptarse a las necesidades tanto nacionales como locales”, comenta la doctora Solana Terrazas, investigadora de CIPS-UDD y coordinadora de las mesas de trabajo.

En cuanto a vacunación, existe un consenso en que la vacunación es el pilar fundamental para la eliminación de este cáncer, por lo que las recomendaciones propuestas tienen que ver con ampliar el grupo de vacunación no sólo a niños y niñas, sino que también a mujeres.  En ese sentido, hay dos propuestas relacionadas a este tema.

La primera es permitir que se pueda indicar vacunación en mujeres con alto riesgo de infección o reinfección por VPH, principalmente para mujeres que hoy no cuentan con la oportunidad de vacunarse en Chile, pero para lo cual existe evidencia necesaria y ya se aplica en otros países del mundo.

Por otro lado, recomiendan ampliar los grupos objetivos en la población femenina hasta los 25 años de edad. Elegir los 25 años coincide con el primer tamizaje recomendado; por ello, se podría vacunar a las mujeres en el momento de solicitar el PAP. “El cáncer de cuello uterino es una enfermedad que se puede prevenir y curar si se detecta a tiempo y se trata adecuadamente. La OMS propone alcanzar el 90% de cobertura de vacunación contra el VPH en las niñas menores de 15 años a nivel global.  En Chile las coberturas de vacunación para la primera dosis se han mantenido cercanas al 90%, con excepción de los años de la pandemia de SARS-CoV-2. Por eso en la mesa de trabajo de vacunación, hemos realizado recomendaciones que van en la línea de puesta al día, que pretenden mejorar las coberturas de las cohortes que son población objetivo y que no han recibido sus vacunas es decir vacunar a las mujeres que hoy tienen menos de 20 años no vacunadas y ampliar la vacunación hasta los 25 años. Esta estrategia se ha usado en otros países, y ha sido eficiente”, comenta la doctora Cecilia González, presidenta de la mesa de trabajo de prevención.

En cuanto al pilar de detección, el objetivo planteado por la OMS es Lograr un 70% de las mujeres examinadas mediante una prueba de alta precisión antes de los 35 años y una vez más antes de los 45 años. Por otra parte, recomiendan que el examen de elección no sea el Pap convencional sino que la detección del VPH, ya que permite detectar a las mujeres en riesgo de desarrollar cáncer cervicouterino. Además, este examen puede realizarlo un profesional de la salud, como médico o matrona, pero también puede ser tomado por la misma mujer a través de la autotoma vaginal. Este último estaría orientado para poblaciones específicas, con la mayor dificultad para acceder a los servicios de salud, teniendo presente que es fundamental continuar con la asistencia a los controles ginecológicos y de salud.

Para eso recomiendan realizar una evaluación sobre los tipos de test de detección molecular de VPH disponibles en el país, sus costos, beneficios, factibilidad de implementación e impacto en los indicadores de incidencia y mortalidad e Implementar un sistema de vigilancia para los genotipos de VPH en la población.

Otra iniciativa de esta mesa es utilizar la inteligencia artificial para tabular información en relación a tener acceso oportuno a servicios de salud luego de que se tiene un VPH positivo y se necesita derivar para una colposcopía de forma rápida y eficaz.

“Es fundamental proporcionar información clara y precisa a las personas, con el objetivo de garantizar una detección temprana para la prevención del cáncer cervicouterino, promoviendo así una atención en salud integral y equitativa”, comenta el doctor Roberto Altamirano, presidente de la mesa de detección.

En cuanto al tratamiento, la OMS plantea que de aquí al 2030 el 90% de las mujeres diagnosticadas con cáncer del cuello uterino deben recibir tratamiento eficaz y oportuno (90% de las mujeres con lesiones precancerosas tratadas y 90% de las mujeres con cánceres invasivos tratadas).

El pilar de tratamiento hoy tiene como su gran barrera la centralización de los especialistas, generando una inequidad en el acceso a estas prestaciones que hoy se encuentran en el GES.

Es urgente poder contar con un facilitador para la activación de segundo prestador en los casos de mujeres con garantías GES vencidas, informar al paciente de sus derechos y potenciar la derivación oportuna por parte de los servicios responsables. Se enfatizará la existencia actual del plazo GES (Garantías Explícitas en Salud). Además, se buscará que los prestadores de salud informen a los usuarios sobre la activación del segundo prestador cuando no se cumplan estos plazos, dado el alto desconocimiento de este proceso entre los usuarios de FONASA.

Lo anterior se une con la necesidad de tener un sistema informático integrado para asegurar la trazabilidad de las pacientes y las indicaciones a seguir durante la contrarreferencia a sus centros de origen, como, por ejemplo, la oportunidad de vacunación en mujeres tratadas.

Como metas a largo plazo, existe un deber de asegurar que las pacientes accedan a su tratamiento en centros cercanos a sus domicilios a través de propuestas que incentiven la permanencia de especialistas y subespecialistas en los centros del sistema público.

“En lo referente al tratamiento tenemos un compromiso con nuestras mujeres y debemos abordar con energía el tema como las necesidades son muchas y el recurso humano es limitado debemos privilegiar el abordaje de los casos de cáncer invasor con subespecialistas ginecólogos oncólogos y dejar los casos de enfermedad pre invasora en manos de ginecólogos con capacitación. Ese desafío es capacitarlos y darle amplia cobertura nacional. En ello el rol de las universidades es clave para aumentar el capital humano. Finalmente, a un plazo mayor el desafío es acercar el tratamiento a la mujer y evitar su desplazamiento con lo que ello involucra en alterar la dinámica familiar y social de estas mujeres la mayoría de ellas en plena etapa laboral y muchas veces como jefas de hogar. En resumen, no solo tratarlas sino que hacerlo bien a tiempo y con dignidad. Mientras exista población vulnerable este cáncer va a existir y nuestra obligación es evitar q mueran por ello», concluye el doctor Omar Nazzal, presidente de la mesa de trabajo CIPS-UDD de tratamiento.

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