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Columna de Paula Daza en La Tercera: Gestores para la salud

Mala gestión. Así se puede resumir la labor realizada en la red asistencial, tras conocer su último informe de la glosa VI correspondiente al cuarto trimestre de 2023. En su mayoría, los resultados son negativos: aumentaron en 48% el número de personas que fallecieron mientras esperaban recibir su prestación GES durante 2022. De esas más de 5 mil personas, 1.182 tenían garantías no cumplidas asociadas a la causa de defunción en el año 2022, lo que se traduce en un aumento de 44% entre 2021 y 2022. Y otro dato más: casi dos mil pacientes con cáncer fallecieron en 2022, sin recibir su prestación GES.

Detrás de estos números hay personas. Las cifras nos revelan que más mujeres murieron esperando ser atendidas por su prestación GES, aumentando un 54%, con 2.671 fallecidas. Sin embargo, son más los hombres quienes fallecieron (2.766), experimentando un aumento de 42% entre 2021 y 2022. En cuanto a edad, son las personas mayores de 60 años, quienes representan el 90% del total de fallecidos en espera de su GES, con un total de 4.891 personas.

¿Cómo pueden explicarse todos estos lamentables incrementos? Ya no puede seguir siendo excusa los resabios de la pandemia. Un buen sistema de salud debe sobreponerse, a esta altura, para estar al día con las prestaciones de pacientes cuya vida corre más riesgo. Las demoras llegan a tal punto que, otros actores que no tienen la responsabilidad, deben suplir las falencias de un sistema mal administrado, como son los alcaldes.

La semana pasada escuché el testimonio de ediles rurales que desembolsan de sus propias arcas dinero para poder darles a sus vecinos la oportunidad de tener un chequeo preventivo a tiempo. ¿Por qué destaco esto? Porque si hay algo que define una buena labor de los alcaldes es su capacidad de gestión. Es esta característica, precisamente, la que está carente en el Ministerio de Salud y en su red asistencial.

No sería en vano revisar cuáles son las razones de por qué regiones como la Metropolitana, Valparaíso y el Maule experimentaron alzas significativas de fallecidos en espera de prestaciones GES. ¿Qué es lo que está fallando en cada servicio?, ¿cuáles son las trabas en la ruta del paciente?, ¿cómo es la coordinación entre servicios, alcaldes y seremis de salud para mejorar el acceso de las personas? Todas estas preguntas debiesen tener respuestas claras por parte de las autoridades regionales y nacionales. Tener un panorama claro es la base para trazar un buen plan que se enfoque en gestionar correctamente y disminuir las brechas de acceso.

Sin embargo, sospecho que estas preguntas no tienen respuestas claras que generen un plan concreto de acción. Es importante que quienes están a la cabeza de áreas de salud, ya sea directores de hospitales o Cesfam, como también cargos regionales o nacionales, tengan actitud de alcalde. En salud, la elección de autoridades regionales y nacionales no puede estar dada por la confianza política o el amiguismo. La carencia de buenos gestores en salud puede ser un factor más, aunque no menos relevante, que incida en más muertes que se podrían haber evitado o bien, dilatado.

Por tanto, frente a estas cifras nefastas, donde detrás hay familias que perdieron a un ser querido, es momento de revisar si quienes están en un cargo en salud tienen esta actitud proactiva y estratégica. Nuestro alicaído sistema de salud requiere gestores en salud que permita resguardar vidas, aunque deban tomar decisiones que, a veces, no le guste a su entorno más político.

Por Paula Daza, directora ejecutiva de CIPS-UDD

Columna completa en La Tercera