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¿Qué ganó en la elección del país democrático más poblado del mundo?

La Democracia más grande del mundo finalizó sus 38 días de elecciones. Proceso que se llevó a cabo de forma completamente electrónica y que consta de 7 etapas en donde los 29 Estados, los 6 territorios de la Unión y el Territorio de la Capital Nacional (Delhi), van sufragando de acuerdo a un orden predeterminado. Los más de 600 millones de votantes (de los 900 que están inscritos en el padrón electoral) eligieron la continuación del gobierno imperante. Aquí algunas claves para entender las razones y la importancia para el futuro de India.

El Partido de Narendra Modi, el BJP (Bharatiya Janata Party), obtuvo 302 de los escaños en la Lok Sabha (Cámara Baja del Parlamento, la Casa de Pueblo), mientras que su principal contrincante, Rahul Gandhi, del Partido del Congreso (INC), obtuvo solo 52 bancas. Frente a esta aplastante victoria, Modi es reelegido como Primer Ministro por 5 años más, afirmando que su victoria representa para India el camino conjunto de “crecimiento, prosperidad e inclusión”.

“Together we grow. Together we prosper. Together we will build a strong and inclusive India,”

Si bien, muchos tienden a dudar que este gobierno sea realmente inclusivo debido al nacionalismo hinduista que caracteriza al BJP y al propio Modi, al menos existe un consenso en que su espectacular triunfo se explica por el crecimiento y transformación económica que han caracterizado su administración unido a una ardiente oratoria.

Hoy India es la quinta economía más grande y el país que más rápido crece a nivel mundial de acuerdo al FMI. La proyección del PIB de India para el 2019 es de 7,2% mientras el de China es exactamente un punto menos. Esto quiere decir que India es la economía más dinámica del orbe. Las razones que explican este dinamismo las hemos explicado en un artículo anterior, pero algunas de las más importantes son la liberalización de la economía India en los años 90´, el bono demográfico, el desarrollo de las Tecnologías de la Información, la exponencial demanda de artículos de consumo masivo, grandes holdings de origen familiar que se han vuelto transfronterizos, una clase media con creciente poder adquisitivo, y la promoción y desarrollo de la industria india gracias a la utilización de la automatización.

El triunfo de Modi significa el triunfo de una visión positiva hacia la globalización, hacia el liberalismo y hacia la actividad empresarial. Desde la liberalización de la economía India –que antes de 1991 estaba anclada en un sistema proteccionista- por el Primer Ministro Naroshima Rao y su Ministro de Hacienda Manmohan Singh, India ha experimentado un considerable crecimiento económico. Ambos se convirtieron en el “Deng Xiaoping indio”. Modi es el continuador de este modelo, pero “apretando aún más el acelerador”. Su gobierno no solo busca potenciar el crecimiento económico del país;  su desafío es que India sea un motor de la economía mundial y se ubique como la tercera economía a partir del 2022. En definitiva, el Premier logró que India se ubique en el centro de la geopolítica mundial.

Modi ha inspirado un sentimiento de “orgullo” en el empresariado indio; ha potenciado y destacado su labor económica y social, razón por la cual gran parte de este grupo lo apoya (originalmente la casta de los comerciantes vaishias). Algunas de las grandes reformas que beneficiaron al gremio fueron lograr la simplificación tributaria y mejorar las leyes de propiedad intelectual. El gran y reconocido logro fue el espectacular ascenso en el indicador Doing Business desde el puesto N° 134 el 2014 (año que asumió su primer gobierno) hasta el actual puesto N° 77.  El exitoso programa “Make in India” ha fortalecido la producción de la manufactura y los servicios en India para exportarlos al resto del mundo al mismo tiempo que ha generado una importante atracción de IED. La confianza que inspira Modi en el empresariado y la ciudadanía al recuperar niveles de crecimiento económico, fomentar el orgullo empresarial, mejorar la infraestructura y los servicios básicos son claves para analizar su triunfo. Esta confianza fue superior a las promesas no cumplidas: mejoramiento del indicador de pobreza que continúa sobre el 20%, aumento inequidad (mientras aumentan los multimillonarios, el salario promedio se mantiene en 1,6 USD diarios), elevado desempleo debido al desplazamiento de mano de obra barata producto de la robotización (7%); y al caos inicial que produjo el abrupto cambio del billete de 500 y 1000 rupias por el de 2000.

No solo el empresariado está satisfecho con la labor de Modi, es a su vez el pueblo quien se siente identificado con el Primer Ministro. Ha levantado la identidad, la historia y el “orgullo hindú”. Fue Modi quien logró que la ONU aprobase el 2014 el 21 de junio como el Día Internacional del Yoga, milenaria disciplina físico-mental originada en India, pero que hoy es practicada en los 5 continentes.

El “populismo del Siglo XXI” que se refleja en figuras como la de Trump, también está presente en la de Narendra Modi. Gran movilizador de masas, poderoso liderazgo, carismático y por varios años aglutinador de un discurso anti oligarquía tradicional que hoy obviamente ha moderado. Recordemos que Modi creció en una familia comerciante austera. Debido a su historia, empatiza con las necesidades prácticas de las clases menos acomodadas. Una muestra de ello es la construcción de 100 millones de inodoros durante su primer gobierno. Sus detractores critican el excesivo populismo de Modi. Es una nueva característica en la política del país. La dinastía Gandhi que gobernó India por más de 40 años, representa justamente lo contrario. Rahul Gandhi, su contrincante, simboliza la tradicional política India basada en el laicismo, pluralismo, escaso carisma personalista y un “bajo perfil” en el escenario de las grandes potencias mundiales.

El nacionalismo e intolerancia religiosa es otro aspecto que preocupa, pues pareciera ser excesivo. Mientras Modi fue gobernante del Estado de Guyarat se produjo una masiva matanza contra los musulmanes que dejó más de 1000 muertos. Varios políticos y académicos le adjudican directa responsabilidad en la tragedia sin que haya mediado juicio alguno. Es el caso del destacado profesor Anand Teltumbde, quien señaló para The New York Times que el Primer Ministro es un “narcisista por excelencia” y que su política está arraigada en el nacionalismo hindú lo que corresponde a un “fascismo más algo”.

La escalada de tensión en la frontera India – Pakistán es otro de los elementos que ha caracterizado su gobierno. En febrero de este año, Modi ordenó el ataque aéreo al interior de la frontera pakistaní de la disputada región de Cachemira luego que un grupo terrorista atacara tropas indias. Para el premio nobel de economía, Amartya Sen, la retórica alarmista y su vehemente oratoria es eficazmente utilizada por Modi, quien “ha sido capaz de influir en el pensamiento de otros con su sorprendente disposición para hacer uso político del odio y el desprecio –hacia personas con diferentes formas de vida (izquierdistas, racionalistas, intelectuales liberales) y para personas con diferentes orígenes y creencias religiosas, como los musulmanes”.

En definitiva, ¿Qué ganó en la elección del país democrático más poblado del mundo? Triunfó la introducción acelerada de India en la economía globalizada, la apertura hacia el libre comercio, la visión empresarial, el desarrollo de la industria local y un profundo orgullo identitario que no tenía precedentes en la historia de la India independiente. Unido a lo anterior, triunfó un partido que no necesitó de coaliciones para ganar y que busca potenciar el nacionalismo y las costumbres religiosas hinduistas en un país que conviven también musulmanes, cristianos, budistas, jainistas, entre otros.

Veremos si Narendra Modi se sumará a la lista de grandes líderes del Siglo XXI, mejorando los indicadores sociales tan precarios de India, manteniendo el alto crecimiento económico y moderando el discurso nacionalista que en un país de gran diversidad religiosa y étnica solo puede traer rencor, división y polarización.

 

MAGDALENA DÍAZ

Directora Ejecutiva CAMINDIA
Profesora Facultad de Gobierno UDD