El discurso oficial de la RPCh sostiene que la soberanía de este estado sobre Taiwán, Tíbet y Xinjiang, es el producto de un inevitable destino histórico que liga a estos territorios con China, desde tiempos remotos. Sin embargo, contrario a la teleología promulgada por la historia oficial, lo cierto es que ni el reclamo de estas regiones como indudablemente pertenecientes a China, ni el significado de “China” (Zhongguo) y “chinos” (zhonguoren) proclamado por la RPCh, han sido un discurso y conceptos estables e invariables a lo largo de la historia.
Apenas llegué a vivir a la República Popular China, en el año 2008, pude constatar que el volumen de China de la guía de viajes Lonely Planet era imposible de encontrar en este país. La razón: Taiwán no se encontraba incluido en el texto, contraviniendo lo que la RPCh considera como parte de sus territorios naturales. En aquel mismo año mi intención era visitar la provincia del Tíbet, sin embargo, las protestas ocurridas en esta provincia y en otras regiones tibetanas, llevaron al gobierno chino a ejercer un fuerte control, cerrando las fronteras de ésta para los visitantes extranjeros. Un año más tarde una historia similar se repetiría. Esta vez, mi plan de recorrer la provincia de Xinjiang, se vio interrumpido abruptamente debido a levantamientos de grupos uigures en contra de las políticas del gobierno de Pekín en la región.
Estos tres ejemplos de mi experiencia con estos territorios en disputa, nos sirven de puerta de entrada para revisar el legado de la dinastía Qing (1644-1911) en la China comunista. En efecto, un análisis desde una perspectiva histórica es pertinente, pues, ayuda a entender tanto los reclamos de soberanía del Partido Comunista Chino como las protestas en contra de la legitimidad de los territorios reclamados por éste como propios.
En los casos del control de ambas insurrecciones al igual que en la prohibición de la Lonely Planet, el gobierno central de Pekín esgrime, entre otras razones, ligazones históricas de estas regiones con las dinastías pasadas, las cuales legitiman el hecho que estas zonas y las “minorías nacionales” (shaoshu minzu) que ahí habitan, sean consideradas como parte integral de la RPCh. En estos casos el conflicto aparte de ser uno de carácter político es uno conceptual y guarda estrecha relación con lo que para el PCCh, a diferencia de uigures, tibetanos, taiwaneses y los editores de la Lonely Planet, representa el concepto de Zhongguo, caracteres que en la actualidad se traducen como “China”.
El discurso oficial de la RPCh sostiene que la soberanía de este estado sobre Taiwán, Tíbet y Xinjiang, es el producto de un inevitable destino histórico que liga a estos territorios con China, desde tiempos remotos. Sin embargo, contrario a la teleología promulgada por la historia oficial, lo cierto es que ni el reclamo de estas regiones como indudablemente pertenecientes a China, ni el significado de “China” (Zhongguo) y “chinos” (zhonguoren) proclamado por la RPCh, han sido un discurso y conceptos estables e invariables a lo largo de la historia. De hecho, éstas son nociones más bien recientes. El proceso de creación de China como un estado-nación; esto es, una entidad política imaginada como una comunidad étnicamente relacionada, la cual comparte una historia común y un territorio delimitado, sólo comenzó con el proceso de expansión territorial y de demarcación de las fronteras de la dinastía Qing, durante el siglo XVII. Este fue un proceso que aparte de conquistas militares, también fue uno intelectual que llevó a la re-teorización del concepto de Zhongguo y al desarrollo de una producción geográfica que informara y legitimara a estos territorios y sus habitantes bajo la soberanía de la dinastía Qing. Asimismo éste influenció no solo la creación de la identidad del estado Qing y de los habitantes bajo la soberanía pretendida por éste, sino también, durante los últimos años de la dinastía y a lo largo de la época republicana (1912-1949), debates en torno a la creación del estado-nación moderno.
La dinastía Qing fue fundada por un pueblo originario del noreste de Asia, conocidos primero como yurchen y luego como manchúes, quienes en 1644 luego del colapso de la última dinastía de origen han (“nacionalidad” (minzu) que corresponde actualmente a más del 90 por ciento de la población total de China), la dinastía Ming (1368- 1644), conquistaron los territorios ocupados por ésta. En los años siguientes, los Qing derrotaron e hicieron alianzas con otros poderes vecinos tomando control de Xinjiang, Mongolia y sus territorios originales en Manchuria. Además ejercitaron considerable influencia en Tíbet, anexaron Taiwán y atrajeron bajo su firme control áreas del sudeste de China, las cuales sólo de forma nominal habían sido parte de los Ming. Como resultado de esta expansión, la dinastía Qing a mediados del siglo XVIII controlaba, o afirmaba controlar, un territorio similar al de la China actual y ciertamente mayor que el de la dinastía Ming, cuyos reclamos de soberanía no incluían Mongolia, Manchuria, Taiwán, Tíbet y Xinjiang.
Ligado a las conquistas territoriales, los gobernantes manchúes llevaron a cabo una reformulación de lo que significaba la palabra Zhongguo. Este término deriva de un antiguo concepto que refería a los diferentes “estados centrales” durante el tiempo de los Reinos Combatientes (475-221 a.C.), período anterior a la unificación lograda por la dinastía Qin (221-206 a.C.) Así varios de los reinos de esa época se referían a ellos mismos en contextos, más o menos formales, como Zhongguo. Gracias a esta tradición, una vez que los diferentes estados en competencia fueron derrocados y unificados bajo un solo monarca, la mayoría de las dinastías que siguieron por dos milenios adoptaron la idea de ser Zhongguo, un concepto que además de lo territorial indicaba una centralidad política y cultural. No obstante, en forma paralela al uso de este calificativo, las dinastías mantuvieron la tradición de tener un nombre alternativo y distintivo, tales como Han, Song, Yuan, Ming, los cuales se usaban como títulos intercambiables con Zhongguo y referían a la misma entidad que éste. Más aún, aparte de los nombres propios de las dinastías y Zhongguo, existieron otra serie de términos que se utilizaban, a veces dependiendo del contexto, para referirse a los territorios bajo la soberanía de una u otra dinastía.
Derivado del hecho que los fundadores de nuevas dinastías usualmente provenían de grupos étnicos distintos al de sus predecesores, su entendimiento de lo que significaba Zhongguo varió con el tiempo. Así cuando una dinastía fue instituida por miembros de la etnia han, como fue el caso de los Ming, Zhongguo pasaba a referir sólo a las locaciones históricamente asociadas con este grupo. En el caso inverso, cuando una dinastía fue formada por grupos no pertenecientes a la etnia han, Zhongguo pasó a denominar una entidad que agrupaba tanto a los han como a otros grupos étnicos. Esta adaptabilidad del término hizo posible que distintos pueblos que no fueron han, dominaran parte o la totalidad de los territorios de la China actual y adoptaran este concepto para referirse a sus estados, sin tener que perder por ello su identidad étnica.
Si bien antes del colapso de los Ming los manchúes diferenciaban entre el estado manchú y Zhongguo, el cual era entendido al igual que como lo hacían los Ming como el “estado de los han” (en manchú, Nikan Gurun); luego de la caída de los Ming y la conquista de sus territorios, Zhongguo comenzó a ser entendido por los nuevos soberanos como un término inseparable y equivalente con Qing o Gran Qing (Da Qing). Éste fue asimismo adaptado con el fin de que no solo refiriera a la etnia han y sus territorios, sino también a todas las regiones que estaban bajo control manchú y los diferentes grupos étnicos que ahí habitaban. De este modo han, manchúes, mongoles, taiwaneses, tibetanos y uigures, pasaron a constituir parte del estado de Zhongguo y el nombre de “chinos”, zhongguoren, que se usa hoy en día para definir a los ciudadanos de la RPCh, también comenzó a ser utilizado como un denominador común por sobre diferencias étnicas. Esta nueva conceptualización de Zhongguo fue de este modo fundamental en legitimar avances hacia zonas como Taiwán y Xinjiang, expansiones que habían sido rechazadas por muchos oficiales han que consideraban a esos territorios, no habitados por chinos-han, como inadmisibles en su idea de Zhongguo. Por el contrario la corte Qing había dejado atrás esta visión de Zhongguo y había creado una nueva definición de éste, como una entidad de naturaleza multiétnica, cuyo soberano no se proclamaba únicamente como un emperador chino, sino que también como un monarca universal budista, un kan mongol, además de utilizar otros títulos similares con uigures y manchúes.
El proceso de expansión territorial, de transformación del concepto de Zhongguo y de legitimación de la soberanía de la dinastía Qing sobre estos nuevos territorios, fue asistido por una serie de trabajos geográficos. Estos trabajos en conjunto sirvieron de apoyo en registrar y comunicar conocimiento preciso sobre el territorio Qing, permitiendo un mayor control y manejo de éste. Al mismo tiempo, fueron instrumentos útiles para reafirmar los reclamos del imperio, tanto en el plano nacional como en el internacional, ayudando a dar forma a los bordes de la China moderna de hoy. De esta forma estas obras buscaban proyectar una imagen geográfica y política de un estado en expansión y una entidad cultural y étnicamente diversa. Con esto colaboraron en promocionar el nuevo concepto de Zhongguo que se estaba formando y fueron parte esencial en el forjamiento de la identidad nacional china en los siglos XIX y XX.
Mapas de la dinastía Qing, por ejemplo, en los cuales se representaban todas sus conquistas, comunicaban un mensaje muy distinto acerca del imperio comparado con un mapa Ming, los cuales mostraban un territorio considerablemente más pequeño. Así también textos oficiales se dedicaron a enfatizar la necesidad de entender que las regiones que se han considerado como parte de Zhongguo han variado con el tiempo y que los territorios de Asia Central y Mongolia no formaban parte de éste hasta que los Qing los incorporaron. Con el fin de dejar más en claro la soberanía Qing, se fue produciendo de manera paulatina un cambio de línea editorial en ciertas colecciones imperiales. Muchas de éstas fueron ubicando cada vez más a estos territorios en la sección de las zonas bajo soberanía del estado Qing y no en la de países aledaños, dedicada a los estados tributarios, como había sido la costumbre en colecciones anteriores y en varios trabajos de carácter privado escritos por literatos han.
Un último ejemplo acerca de la importancia que los trabajos geográficos tuvieron en legitimar y promover la expansión de los territorios de los Qing y de readaptar el concepto de Zhongguo a las nuevas circunstancias, dice relación con la anexión de Taiwán, ocurrida en 1683. La inclusión de Taiwán en los mapas de la dinastía Qing y en textos geográficos de la época fue algo completamente innovador en comparación con dinastías anteriores, y significó la posibilidad de ampliar el concepto de Zhongguo y su espacio geográfico de manera similar a como había ocurrido con Asia Central. Durante los Ming una concepción de su territorio como uno limitado por características geográficas naturales del terreno, entre las cuales se incluía el mar del sur de China, había prevalecido. La conquista de Taiwán y la posterior incorporación de esta isla en mapas y textos de geografía, llevó a que el concepto de Zhongguo contuviera por primera vez territorios consideradores más allá de los límites del mar (haiwai), un cambio de perspectiva geopolítica que tiene consecuencias hasta el día de hoy.
Desde finales del siglo XVIII y con mayor fuerza durante el XIX, el concepto de Zhongguo ideado por los Qing fue ganando cabida entre los literatos y funcionarios han. Como consecuencia de esto, varios escritos históricos y de geografía de estos intelectuales incluyeron a los lugares agregados por los Qing como parte del estado de Zhongguo en sus narrativas. Esta perspectiva asimismo permeó fuertemente el énfasis que la dinastía puso, a lo largo del período de las nuevas reformas políticas (1901-1911), en el desarrollo de los estudios de geografía en las escuelas, como una manera de estrechar los vínculos entre los estudiantes hacia la dinastía y su territorio. Estos nuevos textos geográficos no hicieron otra cosa que promover la idea de Zhongguo, como un estado multiétnico, a una más amplia gama de lectores, entre los cuales se encontraban los futuros líderes de la época republicana; periodo habitualmente citado como el génesis de la identidad moderna china.
Debates en torno a la nación china ganaron fuerza durante el cambio de siglo. Desde los grupos nacionalista han que derrocaron a los manchúes, irrumpieron visiones acerca de los grupos mongoles y manchúes como los enemigos más grandes de China, promoviendo la idea de una nación que sólo incluyera a los han. Sin embargo, uno de los mayores problemas que enfrentó esta idea, fue la gran pérdida territorial que esta construcción de nación llevaba consigo. De este modo este concepto de estado-nación fue rápidamente descartado. En contraste con esto, la mayoría de los intelectuales del periodo republicano, incluidos los comunistas, abogaron por el reclamo de casi todos los territorios que alguna vez pertenecieran a los Qing, a la vez que por la constitución de un estado-nación multiétnico.
A modo de conclusión se podría señalar que, si bien los grupos de nacionalistas anti-manchúes obtuvieron la victoria política, al final de los días fue la ideología de la dinastía Qing, la que salió airosa en definir lo que debía ser Zhongguo. Hoy en día el concepto de Zhongguo, inicialmente adaptado por los manchúes y luego asimilado por los intelectuales han, tanto en lo que refiere a su extensión territorial como en su idea de multietnicidad, ha sobrevivido en la RPCh y parece no tener fecha de caducidad. Por lo mismo no debiera causar sorpresa que la no inclusión de Taiwán en un guía de viajes o los levantamientos en contra de las políticas del gobierno de Pekín en la zona de Asia Interior, continúen siendo una afrenta a la imagen de Zhongguo que el PCCh aspira.
Candidato a Doctor en historia, mención Historia Moderna de China, East China Normal University, China.
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