Siempre que se acerca el final de un año aparecen los recuentos de lo que ha sido el año que nos deja. Los analistas de la economía y el comercio internacional no han sido indiferentes a esta tarea, finalizando el año con más luces que sombras cuando todo auguraba que el 2017 sería un año marcado por los conflictos internacionales. El TPP-12 desapareció, pero revivió con su nuevo formato TPP-11 dando nuevos bríos a la integración transpacífica. Las negociaciones del BREXIT han progresado mediante la búsqueda de acuerdos que faciliten una continuidad en las relaciones comerciales abiertas entre Gran Bretaña y la Unión Europea. La re-negociación del NAFTA no ha representado tampoco un punto de quiebre entre EEUU, Canadá y México, manteniéndose relaciones abiertas entre los tres países. Y la que se esperaba que fuese la bomba atómica del 2017, una guerra comercial o trade war, entre China y EEUU, tampoco se concretó en parte por el aparente feeling que hubo entre los líderes Donald Trump y Xi Jinping. En función de lo anterior, el 2017 fue un año relativamente bueno para el sistema comercial internacional. Los países no se retrotrajeron a sus trincheras con barreras proteccionistas, ni iniciaron guerras preventivas ni retaliatorias.
De igual manera que se hace un recuento a final del año, también se proyectan expectativas con respecto a lo que el próximo año, 2018, puede traer. Y es aquí donde pesa un cierto nivel de pesimismo, sobre todo en función de una potencial guerra comercial entre EEUU y China. Algunos analistas consideran que el 2017 fue efectivamente un año tranquilo, porque ambos bando estaban “afilando los cuchillos”, para eventualmente atacar el año 2018 con toda la fuerza de las medidas que hayan diseñado. Los últimos meses del 2017 vieron como Trump denominaba a China como un “competidor estratégico”, y junto con Rusia lo consideraba una potencia “revisionista”. Si bien estos apelativos los utilizó en el contexto de la seguridad, son recursos retóricos que pueden llegar a materializarse en forma de sanciones económicas para llevar a cabo la agenda que prometió priorizar durante su campaña: America First.
Robert Lighthizer, Representante Comercial de EEUU -director del USTR- ha estado preparando un análisis de todos los aspectos de la relación comercial bilateral entre EEUU y China en los cuales los derechos de EEUU supuestamente están siendo vulnerados por malas prácticas comerciales chinas. En función de este informe, la Administración Trump espera tomar medidas que lleven al gobierno a reducir el enorme déficit comercial que mantiene con el gigante asiático. Algunos de los temas que aparecerán en el horizonte en primer lugar serán el comercio de acero, los paneles solares, las lavadoras, y varios temas relacionados a la defensa de la propiedad intelectual. Estos representarán pequeñas batallas, que sumadas irán conformando una guerra completa en el escenario internacional. De ser así, estaríamos hablando de una guerra entre las dos principales potencias económicas del mundo, dado que China buscará también medidas retaliatorias para resarcirse del golpe. El volumen de esta disputa no dejará a nadie indiferente, y todo el sistema de comercio internacional se verá necesariamente impactado por la guerra sino-norteamericana.
¿Existe la posibilidad de atenuar esta guerra comercial? Es de esperar que así sea, y que las batallas por las lavadoras o los paneles solares permanezcan aisladas, y no crucen a un terreno que obligue a una re-evaluación completa de la relación comercial bilateral. Trump es un presidente que se caracteriza por lograr tratos puntuales (deals), y no acuerdos integrales (agreements). Al actual mandatario de EEUU le gusta presentar ante sus audiencias domésticas ganancias concretas y fácilmente explicables en los rallies que continua desarrollando pese a no estar en campaña. Este hecho, sumado a la supuesta buena relación que ha desarrollado con el mandatario chino, permitiría aislar el conflicto a temas concretos, limitando el impacto que tendría esta guerra a nivel mundial, y por lo tanto facilitando el progreso de los flujos comerciales a nivel mundial.
Profesor Investigador, CERI.
Facultad de Gobierno, Universidad del Desarrollo