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Asia Pacífico: El nuevo centro neurálgico de la geopolítica mundial

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Hace  diez años, pocos  entendían la importancia del Asia Pacífico en la geopolítica y en la economía mundial. Para ser franca, sólo una elite. Ha tenido que emerger China como la primera potencia económica y comercial –  incluso desplazando a Japón y a EE. UU. en dicho ámbito, -para que públicos más ampliados adviertan hoy el cambio producido ya desde mediados y fines del Siglo XX, desde el Atlántico hacia el Pacífico. Es esta inmensa Cuenca del Pacífico, que abarca no solamente los países del Asia (incluyendo al sudeste asiático), sino también la vertiente de Oceanía y la americana y por cierto Chile, un mundo heterogéneo, que ha logrado ciertos consensos básicos en torno al Consejo de la Cuenca del Pacífico (APEC):  apertura de comercio, aunque a diferentes ritmos, facilitación del mismo y cooperación entre ellos. El consenso en estos puntos ha sido fundamental, en un mundo no exento de conflictos y problemas. Es también digno de destacar el grado de integración económica y comercial de los países de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (Asean), contemplando paso a paso, una integración social y de defensa, además de cubrir a dicha asociación con China, Corea del Sur y Japón, y a futuro con la India y países de Oceanía.

No es extraño que los países del Asia Pacífico estén incorporando al subcontinente indio, una potencia emergente. Ya el presidente Trump se refirió en su reciente visita al Asia, a la región “Indo Pacífico”, un término que por lo demás no es nuevo, porque su ubicación es estratégica, por su gran tamaño y población, por su proceso de desarrollo más lento que China pero en ascenso, y porque así le sirve de equilibrio con China, potencia rectora comercial y económicamente en Asia y en particular, en el Sudeste del Asia. De ahí la reelección del presidente Xi Jinping en octubre del 2017 como Jefe de Estado, Secretario del Partido Comunista y Jefe militar, que será el que conduzca a su país hacia el desarrollo y convertirse en una potencia mundial completa.

Sin embargo, Asia no está libre de problemas y conflictos regionales, los que por la importancia que ha adquirido la región, hoy si crecieran, repercutirían en todo el mundo, incluso en nuestro país, que tiene una de las economías más abiertas del mundo y mantiene acuerdos comerciales con más de 60 países, entre ellos, varios del Asia. De hecho, nuestro mayor socio comercial es en la actualidad China (venta de cobre principalmente).

Frente a la amenaza proteccionista de EE. UU., China ha emergido paradójicamente como el “defensor del libre comercio” (discurso de Xi Jinping en Apec 2017), proponiendo una red global de   zonas de comercio, en tanto el presidente Trump se manifestó en contra del multilateralismo que los chinos apoyan y partidario de acuerdos bilaterales y con diferentes países de la región “Indo Pacífico”. Esta incorporación oficial de la India a la región,  junto con el retiro de EEUU del Acuerdo Transpacífico han sido cambios estratégicos y geopolíticos  relevantes durante este año, lo que abre una espacio de incertidumbre para países del Asia que esperaban beneficiarse del TPP (exceptuando a China que nunca fue invitado a unirse, y por ello  tiene su propio acuerdo que  en algún momento relanzará: el RECEP y el proyecto de largo plazo de “la Nueva Ruta de la Seda”, que contempla  construcción  de infraestructuras claves para sus necesidades de materias en  Europa, Asia, África y América Latina).

Los temas de seguridad también han preocupado a los asiáticos, en particular a Japón- que ya decidió reinterpretar el artículo 9 de su Constitución que sólo le permitía tener fuerzas de autodefensa- y por ello está rearmándose, y a Corea del Sur, el segundo pivote de seguridad de EE. UU. en Asia. Los hechos han demostrado que la inicial postura del Presidente Trump de no priorizar la región,  ahora  con la amenaza  de Corea del Norte  y su poder disuasivo nuclear, pudiendo según  afirma, lanzar misiles intercontinentales que alcancen a los EEUU, lo han llevado a cambiar su postura inicial hacia un mayor involucramiento en el área, con una postura más fuerte que su antecesor, en términos de no tolerar las amenazas de Corea del Norte e intentar  que China continúe  neutralizando a Corea del Norte y lo detenga en sus intentos. El tema de la división de la península coreana atañe no solamente a todas las potencias que fueron mediadoras para la reunificación de las dos Coreas- China, Corea del Sur, Japón, y Rusia-sino también al mundo entero- por las dimensiones que éste tendría si llegase a más.

Las disputas territoriales entre China y los países del Sudeste Asiático por las islas del Mar de China meridional, constituyen otro foco potente de conflictos en el mediano plazo, en donde China reivindica su soberanía, no solamente por las riquezas del suelo y subsuelo de las islas allí ubicadas, sino también porque constituye un paso estratégico para controlar el comercio regional y mundial. El terrorismo,  los refugiados  y focos  de islamismo extremo que alientan  separatismos, aquejan asimismo a algunos países de la región, en particular a  países del Sudeste Asiático.

En síntesis, Asia Pacífico o la región Indo Pacífico, no obstante algunos conflictos y problemas apuntados, es en la actualidad la región más dinámica y relevante del mundo, en donde China será una de las potencias más grandes del mundo, India potencia emergente y el sudeste Asiático un gran mercado de más de 600 millones de personas, con clases medias ascendentes y con interesantes proyectos de desarrollo (Singapur, Malasia, Tailandia, Vietnam por ejemplo). Es por ello que Chile debe estar más atento a estas realidades, porque la mitad de nuestros vínculos comerciales y económicos están allí, amén de vínculos culturales y de cooperación. Interesante sería una política más afinada con este centro neurálgico mundial, que atraiga inversiones y cooperación en ámbitos en donde ellos lideran. La región es un ejemplo, en donde pese a todas las dificultades mencionadas,  han podido integrarse, crecer a tasas más altas que el resto del mundo e incorporar  interesantes proyectos de desarrollo.

Verónica Neghme Echeverría

Académica Universidad Diego Portales