La cada vez más notable presencia de China en Chile va de la mano con las fructíferas relaciones comerciales de ambos países que, en 2016, se hicieron presente con imágenes de la marca Huawei en los metros de la capital, la inauguración del Banco de la Construcción de China, o la visita del presidente Xi Jinping, que culminó con la firma de una serie de tratados bilaterales. A esto último, se suma el establecimiento del Centro Cultural de China en Santiago, otro de los centros e instituciones que enseñan la lengua y la cultura de ese país, la reinauguración del parque chino en el Parque O’Higgins y las constantes celebraciones en torno al año nuevo chino, la que se ha ido insertando como una nueva fiesta que celebran los chilenos.
China hace hincapié en el estudio del idioma chino y los Institutos Confucio destacan por esta labor. En 2016 fueron alrededor de tres mil los estudiantes que recibieron clases de chino en los establecimientos de los Instituto Confucio de la Universidad Católica y la Universidad Santo Tomás. Chile ha colaborado en la inserción del aprendizaje del idioma con programas de enseñanza del Ministerio de Educación de Chile, INJUV y Cruzando el Pacífico, extendiendo la enseñanza del chino a diversos establecimientos educacionales del país. El resultado ha sido dar a conocer el idioma chino a miles de estudiantes de casi todas las regiones.
Nos preguntamos, entonces, cómo están repercutiendo todas estas múltiples maneras en que, tanto la diplomacia cultural china, como los actores locales, desarrollan en torno a la cultura y el idioma chino. ¿Cuáles son los resultados finales de aprendizaje del idioma chino en los estudiantes? ¿Existe una continuidad del estudio del idioma para aquellos jóvenes que quisieran mantener sus estudios? ¿Qué tan conscientes son las instituciones académicas de esta influencia cultural de los chinos si en casi toda América Latina no existe una licenciatura sobre Asia y menos aún, de sinología?
Sobre la continuidad de estudio del idioma chino en los estudios superiores, no son muchas las universidades que tienen enseñanza de chino, sobre todo aquellas ubicadas en regiones distintas a la Metropolitana. Al respecto, el Instituto Confucio de la U. de Santo Tomás está realizando un esfuerzo importante, pues se han abierto clases de chino en sus sedes repartidas en el país, como también en la U. de Talca. Esto ha sido un aporte significativo, no obstante, aún hay estudiantes que quedan imposibilitados para continuar sus estudios.
Aunado a lo anterior, hay una gran deficiencia o más bien inexistencia de licenciaturas especializadas en el área de Asia, de idiomas o culturas asiáticas. Esto es una gran limitación no sólo para los estudiantes, sino también para aquellos profesionales que han realizado estudios en Asia y, al regresar a Chile, no les queda más que adecuarse a áreas ajenas a sus especializaciones. Esto último, porque no hay licenciaturas o estudios de posgrados, donde se puedan insertar como docentes e investigadores. Los centros de estudios sobre Asia que existen en el país tienen una cantidad muy controlada de académicos, por lo que son escasos los puestos en el área. Los profesores deben repartirse en varias universidades para poder sumar un salario decente.
Sin lugar a dudas, ya no debemos continuar con meros diplomados o minor sobre loes estudios asiáticos, la educación chilena debe hacerse cargo de esta carencia que tenemos en la educación superior de nuestro país.
Investigadora CERI, Facultad de Gobierno, Universidad del Desarrollo.
