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El sueño torcido de la princesa – actual situación política de Corea del Sur

El año 2017 se celebra el 100° aniversario del nacimiento del presidente Park Chung-hee, militar y político surcoreano que gobernó la República de Corea durante 17 años, desde 1962 hasta 1979. Park llegó al poder a través de un golpe de Estado el 16 de mayo de 1961, que terminó con la instauración de una junta militar provisional. Se conformó el Consejo Supremo para la reconstrucción nacional y fue elegido como presidente luego de celebrar elecciones presidenciales “democráticas” en 1963.

Park impulsó el crecimiento económico del país e intentó negociar la reunificación de la península coreana. Pero su mandato fue controversial, autoritario y dictatorial. Logró un gran desarrollo económico, pero en 1972 declaró la ley marcial y aprobó una nueva constitución llamada Yusin, que otorgaba poder absoluto al presidente, lo que permitió perseguir a los líderes opositores. Se llevó a cabo una serie de manifestaciones contra la constitución Yusin, pero el antagonismo del pueblo perdió su poder persuasivo y resistencia ante el anticomunismo, cuando su esposa y primera dama, fue asesinada por un espía norcoreano durante la ceremonia del día de independencia del 15 de  agosto de 1974, mientras intentaba atacar al propio Park. Finalmente, el dictador murió asesinado por el director de la agencia central de inteligencia surcoreana el 26 de octubre de 1979. Desde entonces, su hija Park Geun-hye, actual presidenta de Corea del Sur desde 2013, ha sido símbolo del conservadurismo surcoreano.

Cuando su madre falleció, Park Geun-hye asumió el cargo de primera dama en funciones hasta el día de asesinato de su padre. Park hija estuvo alejada de la vida política durante la década de 1980 y se dedicó a diversas actividades sociales. A raíz de la crisis económica de Asia de 1997 volvió a la política para “reparar el país construido por su padre”. Ganó las elecciones presidenciales de Corea en 2012 y fue la primera mujer electa en historia política de Corea del Sur.

Desde que entró a la casa presidencial, intentó restablecer las políticas de su padre Park: el anticomunismo y el vínculo entre gobierno y grandes empresas. Las tres líneas de su discurso electoral fueron la ´prosperidad cultural’, ´felicidad de la población´ y la ´reconstrucción de la economía´, cuyo crecimiento se había estancado. Pero no contaba con que los ciudadanos coreanos del siglo XXI no se preocupan tanto de la ideología como en el siglo XX. La economía empeoró y aumentó el desempleo. Ante la crisis del naufragio del ferry Sewol en 2014, no tomó las medidas apropiadas, apareció en público luego de siete horas del accidente, y no respondió a las preguntas sobre la tardanza en su ausencia, bajo el pretexto de “inmiscuirse en la vida privada de la presidenta, que además es mujer”. La instalación del THAAD (Terminal High Altitude Area Defense) de EE.UU., nuevos acuerdos comerciales con la República Popular China, el acuerdo de intercambio de inteligencia militar entre Corea y Japón, el cierre del complejo industrial de Gaesung en Corea del Norte, el acuerdo entre Corea y Japón sobre las ”Mujeres de Confort” -el reconocimiento sobre la existencia de esclavas sexuales durante la Segunda Guerra Mundial y recompensación-, entre otros, fueron acciones que se llevaron a cabo por el Gobierno sin previa comunicación hacia los pueblos coreanos, lo que despertó la ira del pueblo y provocó manifestaciones masivas a nivel nacional y el posterior proceso de destitución de la mandataria. Luego de la decisión de realizar el impeachment, la corte constitucional surcoreana reveló que existía una lista negra para controlar sus actividades y restringir el apoyo financiero a los operadores antigubernamentales y/o con tendencia progresista. En síntesis, el pueblo coreano ha quedado inquieto y afligido por las consecuencias de todo este episodio sobre la prosperidad cultural y la felicidad de la población que supuestamente buscaba el actual gobierno.

Para los conservadores coreanos, Park hija es una pobre huérfana y una víctima política, que ellos deben proteger para agradecer a su padre Park. No se dudó sobre su capacidad política porque se creía que la habría cultivado durante 17 años de su vida en la casa presidencial con sus padres. Sin embargo, la investigación reveló que sus amigos cercanos apoyaban, o más bien, controlaban a una “princesa Park” durante toda su vida. La política se encuentra inmersa en un escándalo relacionado a su amiga íntima, hija del predicador de una secta religiosa que fue mentor de la presidenta durante su infancia. Su hija Choi Sun-sil ha estado recibiendo tratos y favores que le dieron acceso a documentos confidenciales y a “donaciones” de hasta 60 millones de dólares por parte de empresas coreanas. Cual dialéctica maestro-esclavo de Hegel, parece ser que la princesa Park que ellos cuidan queda inhabilitada sin ellos.

En el año 2015, el gobierno de Park anunció una polémica reforma de los libros de texto de historia para los alumnos de secundaria, después de que el partido gubernamental dijera que los manuales actuales están inspirados por un sesgo izquierdista. Los textos usados en los colegios provenían de 8 editoriales diferentes, pero a partir del 2017, los estudiantes sólo dispondrán de una sola versión aprobada por el ejecutivo. La decisión oficialista ha recuperado la memoria del país asiático y en especial las prácticas del dictador Park Chung-hee, padre de la presidenta, cuya administración solía redactar los libros educativos ensalzando su golpe de estado en 1961, al que los escritos describían como una revolución para rescatar a la nación. El nuevo libro, desarrollado solo en un año, fue redactado por historiadores elegidos por el gobierno y se llama “El manual correcto de historia”. Al parecer este nuevo texto, un homenaje preparado para la celebración del 100° aniversario del nacimiento del Park Chung-hee no podrá ejercer su función de ofrenda, considerando la delicada situación de su hija.

Desde que comenzaron a ocurrir estos hechos, todo el pueblo coreano comenzó a interesarse en las noticias y talk show políticos, y no dejaron de observar la política gubernamental y a los políticos. Así, irónicamente, Park hija logró la integración del pueblo coreano independiente de la ideología de cada uno. Corea del Sur ha vivido consecutivas manifestaciones de día sábado, que piden la dimisión de la presidenta conservadora Park desde el mes de noviembre de 2016. El mar de velas contra la presidenta surcoreana no es una revolución de progresistas. Las velas reflejan el sentimiento traicionado de los conservadores, por el hecho de no haber cumplido el rol correcto del partido conservador. El pueblo surcoreano quiere saber la verdad y construir un país democrático de verdad.

Wonjung Min

Centro de Estudios Asiáticos, Pontificia Universidad Católica de Chile